iba a aguantar, o si se despediria ella misma antes de que la echaran a la calle. Cualquier incidente entre los dos seria tema de conversacion.

– Ya ven la importancia de la serpiente -senalo Dalgliesh-. O bien fue el asesino quien se la enrosco al cuello a Etienne y le embutio la cabeza en la boca, probablemente para explicar el quebranto de la rigidez en la mandibula, o bien el bromista encontro el cuerpo por casualidad y aprovecho la oportunidad para cometer una vileza particularmente aborrecible. Y si lo hizo el asesino, ?se trata de la misma persona que el bromista? Todas esas jugarretas, ?formaban parte de un plan minuciosamente trazado que se remonta hasta el primer incidente? Eso concordaria bien con el cordon raido. Si el asesino lo preparo deliberadamente para que se rompiera al tirar de el, tuvo que hacerlo a lo largo de un tiempo. ?O acaso comprendio la importancia de la mandibula suelta y utilizo la serpiente por impulso a fin de disimular el hecho de que habia extraido algo de la boca de Etienne?

– Aun existe otra posibilidad, senor -dijo Daniel-. Supongamos que el bromista encuentra el cuerpo, cree que es una muerte natural o accidental y decide hacer que parezca un asesinato solo para complicar las cosas. Pudo ser el o ella quien cambio de sitio la mesa, ademas de enroscarle la serpiente al cuello al cadaver.

Kate protesto.

– No habria podido desgastar el cordon de la ventana; eso tuvo que hacerse antes. Ademas, ?por que iba a molestarse en mover la mesa? Eso solo podia confundir el asunto y hacer que la muerte pareciese un asesinato si el bromista ya sabia que Etienne habia muerto intoxicado por monoxido de carbono.

– Tenia que saberlo. Apago la estufa de gas.

– Eso lo habria hecho de todos modos -adujo Kate-. El cuartito debia de ser como un horno. -Se volvio hacia Dalgliesh-. Creo que hay una teoria que cuadra con todos los hechos, senor. La primera intencion fue que la muerte pareciese accidental. El asesino pensaba ser el quien descubriera el cuerpo y que estaria solo cuando ocurriera. De esta manera, lo unico que debia hacer era colocar la llave de paso en su sitio y apagar el gas, una reaccion perfectamente natural, y a continuacion dejar los muebles como estaban, recoger la cinta magnetofonica y dar la alarma. Pero no encontraba la cinta y, cuando al fin la encontro, no pudo cogerla sin romper la rigidez de la mandibula. Sabia que eso no le pasaria inadvertido a un policia competente ni a los patologos forenses, de modo que utilizo la serpiente para dar la impresion de que se trataba de una muerte accidental complicada por la malignidad del bromista de la oficina.

Esta vez fue Daniel el que protesto.

– ?Y por que tuvo que llevarse el magnetofono? Me refiero al asesino.

– ?Por que iba a dejarlo? Tenia que coger la cinta, asi que lo mismo le daba llevarse la grabadora. Y lo mas natural seria que la hubiera tirado al Tamesis. -Se volvio hacia Dalgliesh-. ?Cree que existe alguna posibilidad de encontrarla en el fondo del rio, senor?

– Es improbable -respondio Dalgliesh-. Y aunque se encontrara, la cinta no estaria intacta. El asesino se habria encargado de borrar cualquier mensaje. Dudo que se justificara el gasto de la busqueda, pero de todos modos sera mejor que lo consulte con los de la policia fluvial. Averigue cual es la profundidad del rio en Innocent House.

– Hay otra cosa, senor -intervino Daniel-. Si el asesino queria dejarle un mensaje a su victima, ?por que no se lo escribio? ?Por que tuvo que utilizar una cinta? De un modo u otro, tenia que volver para recuperarlo. Le habria sido igual de facil recuperar un papel, quiza mas.

– Pero el riesgo seria mayor -replico Dalgliesh-. Si Etienne hubiera tenido tiempo suficiente antes de perder el conocimiento, habria podido romper el papel y esconder cada trozo por separado. Y aunque no lo rompiera, es mas facil esconder un papel que una cinta. El asesino sabia que quiza no dispondria de mucho tiempo; tenia que recuperar el mensaje lo mas deprisa posible. Ademas, hay otro aspecto: una voz hablada no se puede pasar por alto, y un mensaje escrito si. Lo mas interesante de todo este caso es por que el asesino necesitaba dejar un mensaje, en la forma que fuera.

– Para regodearse -sugirio Daniel-. Para tener la ultima palabra. Para demostrar lo inteligente que es.

– O para explicarle a la victima por que tenia que morir -anadio Dalgliesh-. De ser asi, es muy posible que el motivo de este asesinato no sea evidente. Puede remontarse al pasado, incluso a un pasado lejano.

– Pero, entonces, ?por que tuvo que esperar hasta ahora? Si el asesino es alguien de Innocent House, habria podido matar a Etienne en cualquier momento de los ultimos veinte anos. Gerard Etienne estaba en la empresa desde que salio de Cambridge. ?Que ha ocurrido en los ultimos tiempos que justifique la necesidad de su muerte?

Dalgliesh respondio:

– Etienne asumio las funciones de presidente y director gerente, se proponia impulsar la venta de Innocent House y estaba a punto de contraer matrimonio.

– ?Cree que su compromiso podria ser significativo, senor?

– Cualquier cosa puede serlo, Kate. Manana por la manana ire a ver al padre de Etienne. Claudia Etienne ha salido hacia Bradwell-on-Sea a media tarde para darle la noticia y pedirle que me conceda una entrevista. No se quedara a pasar la noche. Le he pedido que la reciba a usted manana en el piso de Etienne, en el Barbican. Pero lo primero es comprobar todas las coartadas, empezando por los socios y empleados de Innocent House. Daniel, Robbins y usted tendrian que hablar con Esme Carling. Averiguen adonde fue cuando se marcho de aquella libreria de Cambridge. El diez de julio se celebro la fiesta de compromiso de Gerard Etienne; hemos de comprobar la lista de invitados y entrevistar a los asistentes. Tendra que actuar con mucho tacto. La estrategia, naturalmente, consistira en preguntarles si dieron un paseo por el interior de la casa y si vieron algo extrano o sospechoso. Pero, por supuesto, nos concentraremos en los socios. ?Hubo alguien que viera a Claudia Etienne y su acompanante cuando navegaban por el rio, y a que hora? Comprueben en el hospital St. Thomas a que hora llego Gabriel Dauntsey y cuando se marcho, y su coartada, por supuesto. Yo saldre temprano hacia Bradwell-on-Sea, pero espero estar de vuelta a primera hora de la tarde. Por el momento, creo que podemos dar la jornada por concluida.

35

Los socios pasaron la noche del viernes cada uno por su lado. De pie ante la mesa de la cocina, mientras trataba de reunir fuerzas para decidir que cenaria, Frances reflexiono que eso no tenia nada de extrano. Fuera de Innocent House llevaban vidas independientes y, a veces, a ella le parecia que cuando no estaban en la oficina hacian un esfuerzo deliberado por distanciarse, casi como si quisieran demostrar que lo unico que tenian en comun era el trabajo. Pocas veces comentaban entre si sus compromisos sociales. En ocasiones, Frances acudia invitada a la fiesta de otro editor y le sorprendia distinguir por un instante los rasgos elegantes de Claudia entre un grupo de personas que hablaban a gritos, o estaba en el teatro con una amiga de sus tiempos de colegiala en el convento y veia a Dauntsey abrirse paso penosamente por la fila de enfrente, y entonces se saludaban con cortesia como simples conocidos. Pero aquella noche tenia la sensacion de que algo mas fuerte que la costumbre los mantenia separados, de que a medida que habia ido avanzando el dia se habian vuelto mas reacios a hablar de la muerte de Gerard, de que la franqueza de aquella hora de aislamiento compartido en la sala de juntas se habia trocado en cauteloso recelo de la intimidad.

James, como ella bien sabia, no tenia eleccion: debia volver a casa con Rupert. Frances le envidiaba la inexcusabilidad de tal obligacion. Ella no conocia a su amigo; nunca habia estado en casa de James desde la llegada de Rupert y, al pensar en ello, se pregunto como seria su vida en comun. Al menos el tenia a alguien con quien compartir las angustias del dia, un dia que ahora se le antojaba de desmesurada duracion. Habian salido temprano de Innocent House, por acuerdo tacito, y ella se habia quedado esperando mientras Claudia cerraba la puerta y conectaba la alarma.

– ?Estaras bien, Claudia? -le pregunto, y antes de terminar la frase ya advirtio claramente la futilidad, la banalidad de la pregunta.

Por un instante penso en ofrecerse para acompanarla a casa, pero temio que esta sugerencia se interpretara unicamente como una confesion de debilidad, de su propia necesidad de compania. Y Claudia, despues de todo, tenia a su novio, si es que era su novio. Probablemente preferiria recurrir a el antes que a Frances.

– En estos momentos, lo unico que quiero es llegar a casa y estar a solas -respondio Claudia. Y luego anadio-: ?Y tu, Frances? ?Estaras bien?

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