que habrian cambiado las sotanas por unos bombachos Victorianos. Una imagen encantadora, en mi opinion. Mas adelante, en 1932, se produjo un problema mas serio: el rector se convirtio al catolicismo apostolico romano y se llevo consigo a la mitad de los profesores y a un tercio de los seminaristas. ?Agnes Arbuthnot debio de revolverse en su tumba! Sin embargo, es verdad que la publicidad que se ha dado a este caso ha sido inoportuna, por supuesto.

– ?Asistio usted a la vista?

– Si, lo hice en nombre del seminario. Este bufete ha representado a Saint Anselm desde su fundacion. La senorita Arbuthnot, como toda su familia, detestaba Londres y, en 1842, cuando su padre se traslado a Suffolk y construyo la casa, nos pidio que nos hicieramos cargo de sus asuntos legales. Aunque estabamos fuera del condado, supongo que el buscaba cualquier firma del este, no necesariamente de Suffolk. La senorita Arbuthnot mantuvo el trato con el bufete despues de la muerte de su padre. Siempre ha habido uno de nuestros socios en el consejo de administracion del seminario. La senorita Arbuthnot lo dispuso asi en su testamento, especificando que dicha persona debia ser miembro practicante de la Iglesia anglicana. Yo ocupo ese lugar ahora. No se que haremos en el futuro si todos los socios resultan ser catolicos romanos, protestantes o directamente ateos. Supongo que tendremos que convencer a alguien de que se convierta. Sin embargo, hasta la fecha siempre ha habido un socio anglicano.

– Esta es una firma antigua, ?verdad? -pregunto Dalgliesh.

– Se fundo en 1792. Ya no queda ningun Stannard entre nosotros. El unico miembro de la ultima generacion es catedratico; segun creo, en una de las universidades nuevas. No obstante, pronto se nos unira una joven Fox, Priscilla. Se licencio el ano pasado y es una chica muy prometedora. Me gusta que el linaje de la firma se conserve.

– El padre Sebastian me dio a entender que es posible que la muerte de Ronald Treeves adelante el cierre del seminario -dijo Dalgliesh-. ?Cual es su opinion como miembro del consejo?

– Me temo que asi sea. Podria adelantar el cierre, pero no causarlo. La Iglesia, como ya sabra, se ajusta a la politica de reunir las ensenanzas teologicas en irnos pocos centros, y Saint Anselm siempre ha constituido una especie de excepcion. Aunque quizas ahora decidan cerrarlo antes de lo previsto, el cierre, por desgracia, era inevitable. No se trata solo de una cuestion de recursos y politica eclesiastica. El ideario de Saint Anselm ha quedado desfasado. Siempre ha habido criticos: decian que era elitista, esnob, que estaba muy aislado e incluso que se alimentaba demasiado bien a los estudiantes. Desde luego, cuentan con un vino exquisito. Yo siempre evito hacer mi visita trimestral en cuaresma o en viernes. Sin embargo, casi todo forma parte de su patrimonio y no le cuesta un penique al seminario. El canonigo Cosgrove les lego su bodega hace cinco anos. El viejo tenia un paladar fino. Las reservas duraran hasta que cierren el seminario.

– Y si eso ocurre, ?que sucedera con el edificio y todo su contenido? -pregunto Dalgliesh.

– ?No se lo ha dicho el padre Sebastian?

– Me conto que el figuraba entre los beneficiarios, y que usted me daria mas detalles.

– Desde luego. Desde luego.

Perronet se levanto y abrio un armario situado a la izquierda de la chimenea. Con evidente esfuerzo, saco una caja grande de metal negro con la palabra «Arbuthnot» escrita con pintura blanca.

– Como intuyo que a usted le interesa la historia del seminario, tal vez deberiamos empezar por el principio. Todo esta aqui dentro. Si, en esta caja encontrara la historia de la familia. Empezare por el padre de Agnes, Claude Arbuthnot, que murio en 1859. Fabricaba botones y hebillas: cierres para esas botas altas que llevaban las mujeres, distintivos ceremoniales y cosas por el estilo. La fabrica estaba en las afueras de Ipswich. Las cosas le fueron muy bien y amaso una fortuna. Agnes, nacida en 1820, era la hija mayor. La seguian Edwin, nacido en 1823, y Clara, dos anos menor. No nos entretendremos con Clara, ya que nunca se caso y murio de tuberculosis en Italia en 1849. La enterraron en el cementerio protestante de Roma… en muy buena compania, desde luego. ?Pobre Keats! En fin, en esa epoca los enfermos se marchaban a los paises soleados con la esperanza de curarse, pero el viaje bastaba para matarlos. Es una pena que Clara no fuese a la estacion balnearia de Torbay y encontrase su ultima morada alli. Sea como fuere, aqui acaba su historia.

»Naturalmente, el que construyo la casa fue el viejo, Claude. Habia acumulado un capital considerable y queria verlo materializado en algo, como es logico. Le dejo la casa a Agnes. El dinero se repartio entre ella y su hermano, Edwin, y creo que hubo disputas en torno a la concesion de la casa. No obstante, Agnes, a diferencia de Edwin, cuidaba el edificio y vivia alli, de manera que finalmente se quedo con el. Si su padre, un protestante intransigente, hubiera sabido lo que ella iba a hacer con la casa, las cosas habrian tomado otro rumbo. Pero uno no puede controlar sus propiedades desde la tumba. El caso es que se la lego a ella. Un ano despues de la muerte de su padre, Agnes paso una temporada en Oxford con una antigua companera de escuela, se dejo influir por el movimiento ritualista de la universidad y decidio fundar Saint Anselm. El edificio ya estaba alli, por supuesto, pero anadio los dos claustros, restauro la iglesia y construyo cuatro casas para el personal.

– ?Que paso con Edwin? -quiso saber Dalgliesh.

– Era explorador. Salvo por Claude, a todos los hombres de la familia les apasionaban los viajes. De hecho, Edwin participo en unas importantes excavaciones arqueologicas en Oriente Medio. Rara vez venia a Inglaterra, y murio en El Cairo en 1890.

– ?Fue el quien dono el papiro de san Anselmo al seminario?

Detras de las gafas, los ojos de Perronet lo miraron con recelo. Tardo unos segundos en responder:

– De manera que sabe lo del papiro. El padre Sebastian no me aviso.

– Lo que se es muy limitado. Mi padre estaba al tanto, y aunque siempre fue muy discreto, yo ate algunos cabos cuando estuve en el seminario. Un chico de catorce anos tiene el oido muy aguzado y es mas perspicaz de lo que creen los adultos. Mi padre me revelo poca informacion y me hizo prometer que guardaria el secreto, aunque yo no albergaba la menor intencion de divulgar la noticia.

– Bueno, el padre Sebastian me ordeno que respondiera a todas sus preguntas, pero poco puedo explicarle acerca del papiro -asevero Perronet-. Sin duda sabe tanto al respecto como yo. En efecto, a la senorita Arbuthnot se lo regalo su hermano, que era perfectamente capaz de falsificarlo o mandarlo falsificar, pues era un hombre aficionado a las bromas y un ateo ferviente, si cabe calificar de fervoroso a un ateo.

– ?Que es exactamente el papiro?

– En teoria, es una comunicacion que Poncio Pilatos envio a un oficial de la guardia, en la que se alude a la retirada de cierto cadaver. La senorita Arbuthnot estaba convencida de que se trataba de una falsificacion, y la mayoria de los rectores que vieron la carta desde entonces opino lo mismo. A mi no me la ensenaron, pero tengo entendido que mi padre y el viejo Stannard llegaron a echarle un vistazo. Aunque mi padre tambien estaba convencido de que no era autentica, me aseguro que estaba hecha con gran habilidad.

– Resulta extrano que la senorita Arbuthnot no lo destruyese.

– No, a mi no me parece tan extrano. Hay una nota al respecto entre los papeles. Si no le molesta, le hare un resumen. Ella pensaba que si se deshacia del papiro, su hermano sacaria el asunto a la luz, de manera que su destruccion serviria para probar su autenticidad. Una vez destruido el documento, nadie podria demostrar que era una falsificacion. Dejo instrucciones claras para que la conservara el rector, que tendria que legarla a su sucesor solo despues de su muerte.

– Lo que significa que ahora obra en poder del padre Martin -coligio Dalgliesh.

– Asi es. Debe de estar entre las posesiones del padre Martin, y dudo que el padre Sebastian sepa donde. Si desea mas informacion sobre esa carta, tendra que hablar con el. De todos modos, no veo que relacion puede guardar con la muerte de Ronald Treeves.

– Por el momento, yo tampoco -repuso Dalgliesh-. ?Que ocurrio con la familia despues de la muerte de Edwin?

– Tenia un hijo, Hugh, que nacio en 1880 y murio en la batalla del Somme, en 1916. Mi abuelo tambien perdio la vida alli. Los muertos de esa guerra todavia aparecen en los suenos de todos, ?no? Dejo dos hijos. El mayor, Edwin, nacio en 1903, nunca se caso y murio en Alejandria en 1979. El segundo, Claude, nacio en 1905. Fue el abuelo de Raphael Arbuthnot, uno de los actuales seminaristas. Claro que ya lo conocera. Raphael es el ultimo miembro de la familia.

– Pero el no heredara nada, ?no? -inquirio Dalgliesh.

– No. Por desgracia, es hijo ilegitimo. El testamento de la senorita Arbuthnot dejo instrucciones detalladas y precisas. No creo que nuestra querida dama imaginase que algun dia cerrarian el seminario, pero mi predecesor, que en aquel entonces se encargaba de los asuntos de la familia, le aconsejo que tomase medidas con vistas a

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