primera razon. La segunda es que le prometi a mi esposa que la boda permaneceria en secreto hasta que yo se la comunicase a nuestro hijo… A proposito, Raphael es mi hijo. La tercera es que aun no se lo he dicho a el porque no me parecia que hubiera llegado el momento oportuno. Sin embargo, usted va a obligarme a hacerlo.

– ?Lo sabe alguien en Saint Anselm? -quiso saber Kate.

Gregory la miro como si la viese por primera vez y su aspecto no le gustara.

– Nadie. Es obvio que acabaran por enterarse y tambien que me culparan por haber mantenido a Raphael en la ignorancia durante tanto tiempo. Y por no hacerlos participes a ellos, desde luego. A tenor de la naturaleza humana, yo diria que les resultara mas dificil perdonar esa segunda ocultacion. Dudo que me permitan seguir ocupando esta casa. Aunque eso no me preocupa demasiado, pues solo acepte este trabajo para llegar a conocer a mi hijo. Ademas, estan a punto de cerrar Saint Anselm. No obstante, me habria gustado terminar este episodio de mi vida de una manera mas agradable y en un momento elegido por mi.

– ?Por que tanto secreto? -pregunto Kate-. Ni siquiera le dijeron nada al personal de la clinica. ?Por que se molestaron en casarse si no iba a enterarse nadie?

– Ya he explicado por que. Tenia que decirselo a Raphael, pero en el momento que me pareciese oportuno. No podia imaginar que me veria envuelto en una investigacion de asesinato y que la policia se pondria a fisgonear en mi vida privada. El momento todavia no es oportuno, pero supongo que se daran el gusto de comunicarselo ustedes.

– No -respondio Dalgliesh-. Eso es responsabilidad suya; no nuestra.

Cambiaron una mirada, y Gregory dijo:

– Supongo que tiene derecho a oir una explicacion, o lo mas parecido a una explicacion que pueda darle. Usted deberia saber mejor que cualquiera que nuestros motivos rara vez son sencillos y nunca tan puros como parecen. Nos conocimos en Oxford, donde yo fui su tutor. Ella tenia dieciocho anos y era increiblemente atractiva, de manera que cuando me dio a entender que buscaba una aventura, no fui capaz de resistirme. La experiencia resulto desastrosa y humillante. No me habia percatado de que Clara estaba confundida con respecto a su sexualidad y pretendia usarme para experimentar. Ella eligio mal. Sin duda no me mostre todo lo sensible e imaginativo que debia, pero nunca he visto el acto erotico como un ejercicio de acrobacia. Era demasiado joven y engreido para tomarme un fracaso sexual con filosofia, y aquel fue un fracaso rotundo. Uno puede lidiar practicamente con cualquier cosa menos con la repugnancia. Me temo que no fui muy considerado. No me confeso que estaba embarazada hasta que ya era demasiado tarde para un aborto. Creo que intentaba negar la situacion. No era una chica sensata. Raphael ha heredado su belleza, pero no su inteligencia. Ni siquiera nos planteamos la posibilidad de casarnos; ese compromiso me ha horrorizado durante toda la vida, y ella no disimulaba el odio que albergaba hacia mi. Aunque no me comunico el momento del nacimiento, mas adelante me escribio informandome de que habia alumbrado a un nino y lo habia dejado en Saint Anselm. Despues se fue al extranjero con una amiga y no volvimos a vernos durante mucho tiempo.

»Aunque yo no hice el menor esfuerzo por mantener el contacto, ella debio de seguirme la pista. A principios de abril de 1988, me envio una carta diciendo que estaba al borde de la muerte y pidiendome que fuese a verla a Ashcombe House, una clinica de las afueras de Norwich. Fue entonces cuando me pidio que me casara con ella. Adujo que deseaba hacerlo por el bien de nuestro hijo. Por lo visto tambien habia encontrado a Dios. Esa parece haber sido una constante en la familia Arbuthnot: siempre encontraban a Dios, por lo general en el momento mas inconveniente para otros.

– ?Y por que el secreto? -repitio Kate.

– Ella insistio en ese punto. Yo me encargue de las gestiones necesarias y pedi permiso a la clinica para sacarla a dar un paseo. La enfermera que la atendia la mayor parte del tiempo estaba al tanto de lo que ocurria y fue testigo de la boda. Recuerdo que surgio un problema con el segundo testigo, pero una joven que habia acudido a la clinica para una entrevista de trabajo se presto a ayudar. El sacerdote tambien era paciente en Ashcombe House, donde lo habia conocido Clara, y de cuando en cuando colaboraba con lo que creo que llaman «asistencia espiritual». Era parroco de Saint Osyth, en Clampstoke-Lacey. Consiguio una autorizacion del arzobispo, de modo que no fue necesario publicar las amonestaciones. Cumplimos con todos los formulismos y luego lleve a Clara a la clinica. Ella quiso que me quedase con la partida de matrimonio, y todavia la conservo. Murio tres dias despues. Su enfermera me comunico por carta que habia muerto sin dolor y que la boda le habia proporcionado la paz de la que estaba tan falta. Me alegro de que significara algo para uno de los dos, ya que en mi vida no hizo mella en absoluto. Clara me habia pedido que le comunicase la noticia a Raphael cuando considerase que habia llegado el momento oportuno.

– Y ha esperado doce anos -senalo Kate-. ?Pensaba decirselo alguna vez?

– No necesariamente. Desde luego, no abrigaba la intencion de cargar con un hijo adolescente ni de obligarlo a el a cargar con un padre. No habia hecho nada por Raphael, no habia participado en modo alguno en su educacion. Me parecio innoble aparecer de repente como para echarle un vistazo y comprobar si era un hijo al que valia la pena reconocer.

– ?No es exactamente lo que hizo? -pregunto Dalgliesh.

– De acuerdo, me declaro culpable. Descubri en mi cierta curiosidad, o acaso fuese la llamada de los genes. Al fin y al cabo, la paternidad es nuestro unico recurso para alcanzar una inmortalidad indirecta. Lleve a cabo averiguaciones discretas y anonimas y descubri que habia pasado dos anos en el extranjero despues de la universidad y que a su regreso habia manifestado sus intenciones de ser sacerdote. Como no habia estudiado Teologia, debia seguir un curso de tres anos. Hace seis vine aqui a pasar una semana como huesped. Mas adelante descubri que habia una vacante para impartir clases de griego a tiempo parcial y solicite el puesto.

– Usted sabe que es muy probable que cierren Saint Anselm -asevero Dalgliesh-. Despues de la muerte de Ronald Treeves y el asesinato del archidiacono, el cierre se adelantara. ?Es consciente de que tenia un motivo para asesinar a Crampton, y Raphael tambien? La boda se celebro despues de que entrase en vigor la Ley de Legitimacion de 1976, que cambio la situacion legal de su hijo. La seccion II de dicha ley dispone que, cuando los padres de un hijo ilegitimo se casan y el padre reside en Inglaterra o en Gales, el hijo es considerado legitimo desde el momento en que se celebra el matrimonio. Me he informado de los terminos exactos del testamento de la senorita Agnes Arbuthnot. Si el seminario cierra, todo lo que ella dono a la institucion se repartira entre los descendientes de su padre, tanto por linea femenina como por linea masculina, siempre y cuando dichas personas sean miembros practicantes de la Iglesia anglicana e hijos legitimos segun las leyes de Inglaterra. Raphael Arbuthnot es el unico heredero. No me dira que no lo sabia, ?verdad?

Por primera vez Gregory se desprendio de su deliberada fachada de ironia y despreocupacion. Su voz sono autoritaria.

– El chico no esta al corriente. Entiendo que esto le induzca a pensar que soy el principal sospechoso. Ni siquiera usted, con todo su ingenio, es capaz de concebir un movil para Raphael.

Si bien los asesinatos no se cometian exclusivamente por moviles economicos, por supuesto, a Dalgliesh no le interesaba discutir ese punto.

– Solo contamos con su palabra de que el no sabe que es el heredero -senalo Kate.

Gregory se puso de pie y se acerco a ella.

– Entonces vayan a buscarlo y se lo dire aqui y ahora.

– ?Le parece que seria prudente o justo para el?

– ?Me importa un rabano! No consentire que acusen a Raphael de asesinato. Manden a buscarlo y se lo dire yo mismo. Pero primero quiero ducharme. Preferiria no hacer esta revelacion apestando a sudor.

Se adentro en la casa, y enseguida oyeron sus pasos en la escalera. Entonces Dalgliesh se dirigio a Kate.

– Vaya a ver a Nobby Clark y pidale una bolsa para pruebas. Quiero llevarme el chandal. E indiquele a Raphael que venga dentro de cinco minutos.

– ?Es realmente necesario? -pregunto Kate.

– Si, es por su bien. Gregory tiene razon: para convencernos de que Raphael ignora la identidad de su padre, debemos encontrarnos presentes cuando se lo diga.

Kate regreso con la bolsa un par de minutos despues. Gregory todavia estaba en la ducha.

– He visto a Raphael -dijo Kate-. Llegara dentro de cinco minutos.

Aguardaron en silencio. Dalgliesh escruto la ordenada estancia y el estudio contiguo, cuya puerta estaba abierta: el ordenador sobre el escritorio, el archivador gris, las estanterias con los volumenes encuadernados en piel escrupulosamente dispuestos. Alli no habia elementos superfluos, ornamentales ni ostentosos. Era el refugio de un hombre cuyos intereses se cenian a cuestiones intelectuales y que deseaba llevar una vida comoda y

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