– ?Volver a Castilla?
– ?Asi es! Me parece que seria logico que Colon se dirigiese finalmente a Castilla, ansioso por caer en los brazos de los Reyes Catolicos y recoger la dulce gloria del gran descubrimiento. -Meneo la cabeza, con la voz cargada de ironia-. Nuevo error -dijo al tiempo que se tapaba los ojos con el dorso de la mano izquierda, simulando sufrimiento y pesar-. ?Oh, cruel destino! ?Una tempestad mas lo arrastro, imaginese, hacia Lisboa! -Se echo las manos a la cabeza, siempre con un exagerado gesto teatral-. ?Asi es! ?Los vientos conspiraron para arrojarlo en la boca del lobo, en el cubil del enemigo! -Guino el ojo, divertido, y se rio-. O sea, que nuestro amigo aporto en Restelo el 4 de marzo de 1493, junto a la gran nave que pertenecia al propio rey. El capitan de esa nave real fue hasta la Nina a preguntarle a Colon que estaba haciendo en Lisboa. El Almirante respondio que solo hablaria con su «espicial amigo», el rey de Portugal. El dia 9, Colon fue conducido al palacio real en Azambuja, donde se encontro con don Juan II. Le beso la mano en una habitacion y ambos intercambiaron en privado algunas palabras. Despues, el rey llevo al Almirante a una sala donde se encontraban varias figuras ilustres de su corte. Los relatos de los cronistas difieren en cuanto a lo que aqui ocurrio. Hernando Colon, citando a su padre, dice que el monarca portugues escucho con semblante alegre el relato del viaje, solo acotando que, por el Tratado de Alcacovas/Toledo, aquellas tierras ahora descubiertas le pertenecian. Ruy de Pina, que probablemente asistio al encuentro, refiere que el rey escucho afectado el relato de las hazanas de su antiguo subdito y que Colon se dirigio a el de forma exaltada, acusandolo de negligencia por no haberle dado credito en el momento oportuno. Los terminos usados habrian sido de tal modo ofensivos que Pina revelo que los hidalgos presentes habian decidido matar a Colon, incluso porque, con su muerte, quedaria Castilla privada del sensacional descubrimiento. Pero, segun cuenta el cronista, no solo don Juan II impidio el asesinato, sino que, prodigio de prodigios, trato al agresivo e incauto visitante con mucho honor y ceremonia. Mas aun, el rey dio ordenes para que se le suministrase a la carabela castellana todo lo que le hiciera falta. Al dia siguiente, dia 10, Colon y don Juan II volvieron a conversar, y el rey le prometio ayuda en lo que necesitase y mando que se sentase en su presencia, siempre muy ceremonioso y cubriendolo de honores. Se despidieron el dia 11 y los hidalgos portugueses lo acompanaron, insistiendo en rendirle pleitesia. -El conde miro al historiador-. ?Que me dice de todo esto?
– Bien…, pues…, a la luz de lo que me ha revelado, es una historia sorprendente…
– Muy sorprendente, ?no? Comenzando por las tempestades. En cuanto entro en aguas territoriales portuguesas, hubo un temporal detras de otro: ?aquello fue tremendo acoso de tempestades! Hubo una a la entrada en el archipielago; otra entre las islas de Santa Maria y San Miguel; y una tercera cerca de Lisboa. - Inclino la cabeza, asumiendo una expresion maliciosa-. Tempestades convenientes, ?no le parece?
– ?Que esta insinuando?
– Que la tercera tempestad no paso de ser una lluvia mas fuerte, suficiente para que Colon tuviese un pretexto para hacer escala en Lisboa. Ademas, en el celebre «pleyto con la Corona», en el que dieron testimonio todos los participantes en este viaje, los marineros castellanos se acordaban claramente de la tempestad a la altura de las Azores, pero no hay ninguna referencia a un temporal cerca de Lisboa. Por otro lado, merece la pena subrayar que casi todo el viaje de regreso de America se efectua en aguas portuguesas, lo que me parece bastante extrano. A ver, Colon fue a Lisboa, no porque la tempestad lo hubiese obligado a hacerlo, sino porque eso era lo que queria. Segun le comunico al capitan de la nave real fondeada en el Tajo, deseaba hablar con el rey. -Arqueo las cejas-. ?Ve como son las cosas? ?Colon fue informado en Santa Maria de que el rey queria su detencion y lo primero que hizo al abandonar las Azores fue justamente dirigirse a Lisboa y solicitar un encuentro con don Juan II! ?Le parece normal? ?No cree que, habiendo sido informado del deseo del rey de detenerlo, seria de esperar que hubiese evitado Lisboa a toda costa? Aunque tuviese el barco danado por una tempestad, ?no habria sido razonable que el, en esas circunstancias, hubiese intentado por todos los medios ir directamente a Castilla? A fin de cuentas, si logro navegar desde el sitio de la supuesta tempestad hasta Lisboa, sin duda habria logrado ir un poco mas adelante. ?Por que razon se encamino con tanta tranquilidad hacia la boca del lobo?
– Realmente… -admitio Tomas-. Pero es extrano que, una vez en Lisboa, hayan hecho falta cuatro dias para que el rey lo recibiese, ?no cree?
– Lo seria si no se hubiese dado el caso de que, en aquel mismo momento, se habia propagado la peste en Lisboa. El rey se habia refugiado en Azambuja para huir de la epidemia y fue necesario ocuparse de los detalles del desplazamiento del Almirante hasta alli. De cualquier modo, se encontraron el dia 9. Tuvieron un primer intercambio de palabras en privado. Nadie sabe el tenor de esa conversacion, pero parece logico que hayan montado una escena.
– ?Una escena?
– De las Casas describe a Colon como un hombre cortes, sobrio, incapaz de expresiones rudas. Por lo que parece, una de sus manifestaciones mas violentas era: «?mejor te ayude Dios!». Entonces, ?como un hombre tan cortes se dedico a ofender al poderoso rey de Portugal delante de sus subditos? ?Como es posible que le hablase al monarca de un modo tan brutal que los hidalgos llegaron al punto de quererlo matar? ?Y que decir de la reaccion del grande e implacable don Juan II? Este era el rey que habia mandado degollar y envenenar a los mayores nobles de Portugal, algunos de ellos ligados a el por lazos familiares. Este era el rey que habia apunalado hasta quitarle la vida al propio hermano de la reina, el duque de Viseu. Este era el rey que tenia enfrente a un tejedor de seda extranjero ofendiendolo en su propia casa y delante de sus subditos. Este era el rey que tenia a su merced al hombre que habia deshecho su sueno de llegar primero a la India, entregandole la hazana a Castilla. Con las ofensas a las que lo habia sometido, don Juan II disponia del pretexto adecuado para matar a Colon, vengando los insultos y, lo mas importante, cerrando a los castellanos las puertas de la India. Asi pues, ?que hizo este rey despiadado y calculador, el primer monarca absolutista de Portugal? -Dejo la pregunta en suspenso por un instante-. Impidio a los hidalgos que matasen a Colon y cubrio al Almirante de honores. Llego al punto de mandar que se sentase en su presencia, dignidad que en aquella epoca se reservaba solo a personas de elevadisima condicion. Ademas, lo ayudo a aparejar la Nina para el viaje de regreso a Castilla, recomendandole al navegante que enviase a los Reyes Catolicos sus saludos, e hizo que sus hidalgos, que antes habian querido matar a Colon, se despidiesen del navegante con grandes distinciones. -El conde alzo el dedo, como si estuviese pronunciando un discurso ante un publico numeroso-. Este, estimado amigo, no es el comportamiento de un extranjero que se ve forzado a ir a la casa de su mayor enemigo. Y este, sobre todo, no es el comportamiento de un rey que es ofendido por aquel que, para colmo, acaba de destruir su gran ambicion. Este, amigo, es mas bien el comportamiento de dos hombres que estaban confabulados y que representaron una escena de teatro para que la viesen los castellanos. La verdad, la pura verdad, es que al rey de Portugal le interesaba que el descubrimiento de America correspondiese a los castellanos. Con estos entretenidos en America, don Juan II se quedaba con las manos libres para preparar, por fin, el gran viaje de Vasco da Gama a la India, esa si era la gran proeza de los descubrimientos.
Tomas suspiro.
– Tiene sentido -murmuro.
– ?Claro que lo tiene! -exclamo el conde Vilarigues-. Sobre todo si analizamos el comportamiento siguiente de Colon. ?Sabe lo que hizo despues de despedirse de don Juan II?
– Pues… se fue a Castilla.
– No, estimado senor. No se fue a Castilla.
– ?No?
– No. Fue a dar un paseo mas por Portugal.
– ?Como?
– Como se lo digo. El hombre se despidio del rey en Azambuja y, en vez de volver a su carabela, supuestamente ansioso por llegar a Castilla, decidio ir de visita a Vila Franca de Xira.
– ?A Vila Franca de Xira? Pero ?que diablos fue a hacer alli?
– A conversar con la reina, que se encontraba en un monasterio. De las Casas relato que Colon fue a darle un besamanos y que la reina estaba acompanada por el duque y por el marques. ?No le parece extrano?
– ?Claro que me parece extrano! ?Y de que hablaron?
– Asuntos de familia, supongo.
– ?Que asuntos de familia?
– Estimado amigo, haga el favor de reconstruir el trayecto de Colon. Tenemos a un hidalgo portugues forzado a huir hacia Castilla con su hijo a causa de su papel en la conspiracion contra el rey. ?Quienes eran las figuras relevantes de esa conspiracion? La madre y el hermano de la reina, el duque de Viseu, apunalado hasta la muerte por el propio rey. O sea, Colon estaba relacionado con la madre y con el hermano de la reina. En consecuencia,
