olvidada en la niebla de los siglos. Casi irreflexivamente, sin saber bien por que, como si obedeciese a un viejo instinto de historiador, aquel sexto sentido de raton de biblioteca habituado al moho polvoriento de los viejos manuscritos, se inclino sobre la hoja y la olio: sintio surgir de alli un olor arcano, un aroma secreto, una fragancia transportada por un mensajero del tiempo. Como un encantamiento esoterico, que nada revela y todo lo sugiere, aquellas palabras indescifrables exhalaban el enigmatico perfume del misterio.

MOLOC

NINUNDIA OMASTOOS

– Que extrano, ?no? -comento Lourenco, intrigado-. Encontraron eso doblado en la cartera del profesor Toscano. No se entiende que puede ser. ?Que demonios querria decir el con ese galimatias?

Tomas permanecio callado analizando la hoja que tenia en sus manos.

– Aja -se limito a murmurar, pensativo.

– ?Valgame Dios! -exclamo el embajador-. Parece flamenco.

– O si no una de esas lenguas antiguas… -conjeturo Lourenco.

El invitado se mantuvo concentrado en aquellas extranas palabras.

– Tal vez -dijo por fin, sin apartar la vista del texto-. Pero me suena mas a un mensaje codificado.

– ?Que quiere decir? No entiendo.

– En Nueva York me advirtieron de que el profesor Toscano habia cifrado o codificado toda la informacion relevante que fue descubriendo -explico Tomas-. Por lo que parece, ponia tanto cuidado en la seguridad que se habia vuelto un tanto paranoico. Ademas, tenia la mania de llenar todo de acertijos -suspiro-. Y por lo visto, no exageraron nada.

– Que confusion infernal -exclamo el consul-. ?Y usted consigue entender algo?

– Si, aqui hay algunas pistas -murmuro Tomas-. Para comenzar, este «moloc». Es la primera palabra del mensaje y la unica cuyo sentido me parece claro, aunque enigmatico.

– ?Y que quiere decir?

– Moloc era una divinidad de la Antiguedad. -Se rasco el menton-. La primera vez que me cruce con esta palabra fue de nino, leyendo un libro de historietas de uno de mis heroes favoritos, Bernard Prince. El album se llamaba Le souffle de Moloch y, si no recuerdo mal, era una historia que transcurria en una isla amenazada por un volcan en erupcion, un volcan conocido como Moloch. Tambien lei siendo pequeno algunas historias de Alix, cuyas aventuras se desarrollaban en la Antiguedad e incluian al dios Moloch. Y me acuerdo tambien de haber echado un vistazo a un libro de Henry Miller titulado Moloch.

– Pero aqui pone Moloc, no Moloch.

– Mire, puede escribirse o decirse Moloc, Moloch o Melech, siempre es el mismo. La palabra original es Melech, que significaba «rey» en las lenguas semiticas. Los judios la deformaron deliberadamente y en hebreo se convirtio en Molech, para asociar «melech», rey, con «bosheth», verguenza. Fue asi como nacio Moloch, aunque la ortografia Moloc sea la mas comun.

– ?Y que rey era ese?

– Era un rey divino y cruel. -Se mordio el labio inferior-. Aunque Moloc signifique «rey», en realidad, se trataba de un dios adorado por los pueblos de Moab, Canaan, Tiro y Cartago, y en su nombre se hacian sacrificios terribles, especialmente la quema de ninos primogenitos. -Miro a su alrededor, como si buscase algo-. ?Tiene por aqui alguna Biblia?

– ?Una Biblia? -se sorprendio el consul-. Si, claro.

– ?Puedo verla?

– Voy a buscarla -se ofrecio amablemente Lourenco, levantandose de nuevo de la mesa y saliendo de la sala.

– ?Para que quiere la Biblia? -quiso saber el consul.

– Creo que hay una referencia a Moloc en el Antiguo Testamento -aclaro Tomas-. A lo largo del tiempo, el culto a Moloc fue relacionado con el mito del Minotauro, un monstruo que todos los anos se comia a siete muchachos y a siete doncellas en un laberinto cercano al palacio del rey Minos, en Creta. Tambien se lo comparo con el mito de Cronos, que devoraba a sus propios hijos, aunque Moloc se identifique sobre todo con Melkarth, de Tiro, y con Milcom, de los amonitas. Pero esa es otra historia. Lo importante para mi, ahora, es entender en que contexto se menciona a Moloc en la Biblia.

– ?Dios mio! -exclamo el consul-. Me estoy dando cuenta de que ese tal Moloc era un personaje tremendo. - Volvio a echar un vistazo al mensaje enigmatico-. ?Que estaria sugiriendo el profesor Toscano al mencionar a un caballero tan desagradable?

– Eso es lo que yo querria saber.

Lourenco regreso con un volumen en la mano, que dejo en la mesa. Tomas hojeo la Biblia, observando el texto con atencion; a veces pasaba varias paginas a gran velocidad, otras se detenia para leer con cuidado un fragmento. Pasados unos minutos, levanto la mano.

– ?Atencion, aqui esta!

Los dos diplomaticos se inclinaron sobre el libro.

– ?Que?

– La referencia a Moloc. -Senalo un parrafo-. Es una parte en que Dios, por la voz de Moises, prohibe que se entreguen ninos a Moloc. -Forzo una pausa-. Ahora escuchen -comenzo a leer-: «Sera apedreado por la gente del pais…, lo eliminare del pueblo con todos los que, junto con el, hubieren rendido culto a Moloc». -Alzo la cabeza-. ?No lo decia yo?

– Ah -exclamo el consul, sin entender nada-. ?Y que quiere decir eso?

– Pues…, no se -admitio Tomas-. El Codigo Mosaico prohibio el sacrificio de ninos a Moloc, estipulando la pena de muerte para cualquier hombre que ordenase o autorizase la ofrenda de un hijo en sacrificio, aunque el Antiguo Testamento registre muchas violaciones a esta prohibicion.

– Pero ?cual es la relacion de eso con este extrano mensaje que nos ha dejado el profesor Toscano?

– Tendre que verlo con atencion. Todo lo que le estoy diciendo son elementos que pueden ayudarnos a descifrar el mensaje, solo eso. Cuando nos enfrentamos con un mensaje cifrado, o codificado, tenemos que aferramos a las pequenas cosas que entendemos para poder, a partir de ahi, desvelar la cifra, o descifrar el codigo, segun los casos.

– ?No es lo mismo?

– ?Que?

– Cifra y codigo.

Tomas meneo la cabeza.

– No totalmente. Un codigo es una sustitucion de palabras por otras palabras, mientras que la cifra implica una sustitucion de letras. Podemos decir, si se quiere, que el codigo es el aristocrata de la familia de las cifras, dado que se trata de una forma compleja de cifra de sustitucion.

– ?Y esto? -pregunto el consul, senalando la hoja redactada por el profesor Toscano-. ?Es un codigo o una cifra?

– Pues…, no lo se -replico Tomas con una mueca-. La palabra «moloc» remite inequivocamente a un codigo, pero el resto… -Dejo la frase flotando, insinuante, y, despues de una lenta consideracion, acabo decidiendose-. No, el resto tambien debe de ser un codigo. -Senalo las dos palabras restantes-. ?Se ha fijado en como las vocales se unen a las consonantes, formando silabas, expresando sonidos? «Ninundia.» «Omastoos.» Estas, senor embajador, son palabras. Una cifra tiene un aspecto diferente, raramente aparecen silabas, todo presenta un aspecto mas caotico, desordenado, impenetrable. Vemos secuencias del tipo hsdb jhwg. Aqui no, aqui las silabas estan presentes, forman palabras, sugieren sonidos. -Mantuvo la mirada fija en la misteriosa frase, no la aparto durante unos segundos, porfiado, con la esperanza de que le saltase a la vista algo que hasta entonces no habia percibido, que permanecia oculto bajo aquellas misteriosas palabras, pero acabo sacudiendo la cabeza y rindiendose-. El problema es que no las entiendo. -Cerro los parpados y se froto los ojos, previendo el mucho trabajo que le esperaba-. Tendre que estudiar esto con atencion.

– ?Esas palabras no le dicen nada?

– Bien…, «ninundia» y «omastoos», con franqueza…, eh…, no me doy cuenta de que pueden ser -admitio; su

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