– Si -confirmo, meneando la cabeza en gesto de aprobacion-. Esta bueno.
Se callaron y siguieron disfrutando de la comida. El salmon estaba realmente sabroso, nunca habia comido pescado sazonado de esa manera. En la mesa solo se oia el sonido de los cubiertos y de las mandibulas masticando la comida. El silencio comenzo a hacerse pesado, embarazoso, como si el sexo hubiese agotado todo el combustible que los atraia, como si no quedase ya nada que decirse y la comida fuese un pretexto conveniente para sostener el silencio.
– ?Tu me quieres? -pregunto por fin la sueca, observandolo entre los mechones brillantes de pelo rubio que caian sobre su cara.
– Claro, mi pequena vikinga. Te quiero mucho.
Tomas ya no sabia si decia la verdad o mentia. Ella preguntaba y el respondia lo que pensaba que su amante queria escuchar. Como sabia que la conviccion con que pronunciaba las palabras era importante, se habia convencido de que la queria de verdad; la creencia imprimia mayor conviccion a las palabras. Pero, en su fuero interno, no estaba seguro. Sabia que queria a Constanza, ni por asomo se planteaba abandonar a su mujer. Es cierto que, a veces, en los momentos de mayor arrebato con Lena, admitia la hipotesis, se imaginaba dejando a su mujer y sustituyendola por su amante; en cuanto regresaba al estado normal, sin embargo, esa posibilidad se desvanecia, se transformaba en mera fantasia, un capricho de la pasion, de la fugaz e intensa exaltacion de la voluptuosidad. Tal vez, mas que amar a Lena, la deseaba; no deseaba solo su cuerpo, aunque el cuerpo fuese una parte importante de la ecuacion, sino que deseaba su compania, el escape que ella le proporcionaba, la energia que le transmitia, paradojicamente, para dar nuevo vigor a su matrimonio. Amaba a Constanza y tal vez amase a Lena, pero de modo diferente, admisiblemente fingido. Es posible que confundiera el amor con el deseo de tenerla consigo, de llenar las manos con su cuerpo opulento, de dejar que lo llevase hacia una dimension alternativa, una realidad donde no existia la trisomia 21, ni problemas cardiacos, ni tampoco la atencion que su mujer le restaba para entregarsela a la hija discapacitada.
– ?Y? ?Como va tu investigacion? -pregunto la sueca agitando el tenedor con un trozo de salmon-. ?Has avanzado algo?
El interes de ella por la investigacion era genuino, y Tomas ya lo habia comprobado. Al principio se sorprendio, no imaginaba que pudiera despertar su curiosidad algo tan oscuro; pero la atencion que ella dedicaba a su trabajo lo halagaba; mas importante aun, era algo que mantenia vivos sus dialogos, un tema de interes comun que fortalecia el vinculo entre ambos.
– Imaginate que ayer fui a la casa del profesor Toscano y la viuda me dejo fotocopiar todos los documentos y apuntes que el habia acumulado en sus ultimos anos.
– Excelente. -Se inclino en la silla, cogio la cartera, la abrio, saco la libreta de notas y se puso a hojearla-. Pero aparentemente lo mejor esta guardado en una caja fuerte. -Encontro el mensaje cifrado y se lo mostro a su amante-. El problema es que para acceder a la caja fuerte tendre que descifrar este galimatias.
Lena se inclino y analizo la cifra.
– No entiendo nada. ?Seras capaz de sacar algo en limpio de este misterio?
– Que remedio -dijo Tomas, inclinandose de nuevo sobre la cartera-. Pero solo veo un recurso. -Saco de la cartera un libro azul-. Tendre que usar una tabla de frecuencias.
Apoyo el libro sobre la mesa; estaba escrito en ingles y se titulaba
– ?Eso es una tabla de frecuencias? -quiso saber Lena, mirando la cubierta, donde se destacaban unos cuadrados semejantes, segun ella, a crucigramas.
– Este es un libro que contiene varias tablas de frecuencias. -Abrio el volumen y busco la pagina; cuando la encontro, se la mostro a su amante-. ?Lo ves? Tiene tablas de frecuencias en ingles, aleman, frances, italiano, espanol y portugues.
– ?Y con esas tablas descifras cualquier mensaje?
Tomas se rio.
– No, mi reina. Solo las cifras de sustitucion.
– ?Como?
– Hay tres tipos de cifras. Las de ocultacion, las de transposicion y las de sustitucion. Una cifra de ocultacion es aquella en que el mensaje secreto esta escondido de tal modo que nadie se da cuenta siquiera de que existe. El sistema de ocultacion mas viejo que se conoce es uno que se utilizo en la Antiguedad, cuando se escribia el mensaje en la cabeza rapada de un mensajero, en general un esclavo. Los autores del mensaje dejaban que el pelo del mensajero creciese y solo entonces le ordenaban ir al encuentro del destinatario. El mensajero pasaba facilmente junto a los enemigos, que no se enteraban de que habia un mensaje escrito bajo el pelo, ?entiendes? De modo que el destinatario no tenia mas que rapar al mensajero para leer el mensaje que llevaba escrito en la cabeza.
– Yo no podria -dijo con una sonrisa Lena, pasandose la mano por el abundante cabello rubio, largo y ondulado-. ?Y los otros sistemas?
– La cifra de transposicion implica la alteracion del orden de las letras. Se trata, en el fondo, de un anagrama, como aquel que descifre en Rio de Janeiro. Moloc es Colom leido de derecha a izquierda. Un anagrama simple. Es evidente que, para mensajes muy cortos, especialmente aquellos que solo tienen una palabra, estas cifras son poco seguras, dado que existe un numero muy limitado de posibilidades de reordenar las letras. Pero, si yo aumento el numero de letras, el numero de combinaciones posibles se dispara exponencialmente. Por ejemplo, una frase con solo treinta y seis letras puede combinarse hasta trillones y trillones de formas diferentes. -Escribio en la libreta de notas «50 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000»-. ?Lo ves? Este es el numero de combinaciones posibles con solo treinta y seis letras. -Dejo que ella digiriera aquel cinco con treinta y un ceros a la derecha-. Ahora bien, esto implica la existencia de algun sistema de ordenacion de las letras, so pena de que este mensaje se vuelva indescifrable incluso para el destinatario. Es el caso del anagrama que descifre, «Moloc, ninundia omastoos». La frase tiene veintiuna letras, lo que significa que posee millones de combinaciones posibles. Acabe entendiendo que ese mensaje cifrado tenia, en la primera linea, donde estaba «Moloc», un sistema de ordenacion basado en la simetria simple, en que la primera letra era la ultima, la segunda era la penultima, y asi sucesivamente, hasta llegar a «Colom». Ya en la segunda linea me encontre con un cruce simetrico segun una ruta preestablecida, siendo necesario colocar las dos palabras, una encima de la otra, y cruzarlas alfabeticamente segun esa ruta.
– Eres un genio -comento Lena, acariciandole el rostro, y senalo el acertijo anotado por Tomas en la casa de Toscano-. ?Y esta? ?Es una cifra de transposicion?
– Lo dudo. Supongo que es una cifra de sustitucion.
– ?Por que lo dices?
– Por el aspecto general del mensaje. Fijate en la primera columna. Esta formada por conjuntos de tres letras que parecen asociarse de manera aleatoria. ?Lo ves? -Senalo la primera columna-. «Cuo, lae, doc.» Es como si las verdaderas letras hubiesen sido sustituidas por otras.
Lena se mordio el labio inferior.
– Pero ?que es exactamente eso, la sustitucion?
– Se trata de un sistema en el que las letras verdaderas son sustituidas por otras segun un orden imperceptible para quien no conoce el alfabeto de cifra usado. Por ejemplo, imagina la palabra «paz». Si se descubre que la «p» es una «t», que la «a» es una «x» y que la «z» es una «r», entonces «paz» se convierte, en el mensaje cifrado, en «txr». El problema es llegar a saber que la «t» es «p», que la «x» es «a» y que la «r» es «z». En cuanto se descubre el alfabeto de la cifra, el resto es facil, cualquier persona puede descifrar el mensaje.
– Por tanto, si he entendido bien, el problema es descubrir el alfabeto de la cifra.
– Exactamente.
Terminaron de comer el salmon y Lena se fue a la cocina a buscar el postre. Aparecio unos minutos mas tarde con una especie de pure de manzanas, aunque mas seco, con masa.
– Como el otro dia hable de la
El portugues probo una cucharada.
– Hmm -murmuro-. Esta «appel» no es ninguna «kaka».
– Graciosillo. -Lena sonrio y senalo el libro-. Volviendo a nuestra conversacion, ?es comun ese sistema de