– ?Ahi esta! -exclamo Moliarti con una sonrisa triunfal-. La prueba, dada por el propio hijo de Colon.

– Yo coincidiria con usted -repuso Tomas- si pudiesemos tener la certidumbre de que fue realmente Hernando Colon quien escribio eso.

El estadounidense echo hacia atras la cabeza, sorprendido.

– ?Vaya! ?Y no fue asi?

El historiador consulto las fotocopias de las anotaciones de Toscano.

– Por lo visto, el profesor Toscano tenia dudas.

– ?Que dudas?

– Dudas relacionadas con la fiabilidad del texto y con extranas contradicciones e inconsistencias que se descubren en el -aclaro Tomas-. Comencemos por el manuscrito. Hernando Colon culmino su obra, pero no la publico. Murio sin dejar descendientes, por lo que el manuscrito paso a su sobrino, Luis de Colon, el hijo mayor de su hermano portugues, Diogo Colom. Luis fue interpelado en 1569 por un genoves llamado Baliano Fornari, que le propuso publicar la Historia del Almirante en tres lenguas: latin, castellano e italiano. El sobrino de Hernando estuvo de acuerdo y entrego el manuscrito a este portugues. Fornari llevo la obra a Genova, la tradujo y en 1576 publico en Venecia la version italiana, diciendo que lo hacia para que «pueda ser universalmente conocida esta historia cuya gloria primera deberia ir al Estado de Genova, patria del gran navegante». Olvido las otras dos versiones, incluida la castellana original, e hizo despues desaparecer el manuscrito. -Tomas mostro de nuevo el ejemplar en espanol del libro de Hernando Colon-. Es decir, lo que esta aqui no es el texto original en castellano, sino una traduccion del italiano, la cual, a su vez es una traduccion del castellano encargada por un genoves que se confesaba empenado en otorgar gloria a Genova. -Dejo el volumen en la mesa-. En definitiva, y en cierto modo, se trata de una fuente mas de segunda mano.

Moliarti se froto los ojos, agobiado por semejante enredo.

– ?Y cuales son las inconsistencias?

– En primer lugar, la referencia a las sepulturas con armas y epitafios de los Colombo en Piacenza. Si se visita el cementerio de la ciudad, se comprueba que esas tumbas existen, en efecto, pero no con el nombre Colombo, sino de Colonna. -Volvio a sonreir-. De creerse en las notas del profesor Toscano, da la impresion de que aqui intervino la mano del traductor genoves, sustituyendo Colonna por Colombo. En otro pasaje, ademas, al traductor se le deslizo la latinizacion de Colon en Colonus, no en Columbus, contradiciendo asi la version de que las sepulturas eran de los Colombo.

– Pero ?no dijo Hernando que su padre se hizo a la mar a causa del tal Colombo el Joven, que era de su familia?

Tomas se rio.

– Colombo el Mozo, Nelson. El Mozo. -Hojeo el ejemplar de la Historia del Almirante-. El libro relata eso, en efecto. Pero, fijese, esa es otra contradiccion. Colombo el Mozo era un corsario que ni siquiera se llamaba Colombo. Se trataba de Jorge Bissipat, a quien los italianos apodaron Colombo el Mozo, en comparacion con Colombo el Viejo, como era conocido el normando Guillaume de Casaneuve Coullon, llamado Colombo por analogia con la expresion francesa «coup-long», golpe largo, adaptada en Coullon.

– Que lio.

– Ya lo creo. Pero la cuestion es esta: ?como podria Colombo el Mozo ser nombre y familia del padre de Hernando si, en el caso del Mozo, Colombo no era nombre sino apodo? La unica posibilidad es que haya habido aqui una intervencion mas del traductor en algo que no sabia, estableciendo motu proprio una relacion familiar entre Cristobal y Colombo el Mozo, que manifiestamente no podia existir.

Moliarti se recosto en la silla, incomodo. Habia acabado de comer el rape y aparto el plato.

– Bien, pero sea Colonna o Colombo, sea en Piacenza o en Genova, lo cierto es que Hernando situo el origen de su padre en Italia.

– Pues el profesor Toscano parece haber tenido dudas en cuanto a eso -repuso Tomas, siempre sumergido en sus notas-. En sus anotaciones, y al lado de las referencias en la Historia del Almirante a Piacenza como el verdadero origen de Cristobal, dejo escrita a lapiz la indicacion de que la persona originaria de esa ciudad italiana no era el navegante sino dona Filipa Perestrelo, la mujer portuguesa de Colon y madre de Diogo Colom, la cual, por lo visto, tenia algunos antepasados en Piacenza. Toscano parecia creer que Hernando, en el texto original, habia mencionado Piacenza como origen remoto de dona Filipa y que fue el traductor italiano quien retoco ese pasaje, transformando a dona Filipa en Cristobal. Ademas, Toscano anoto aqui el dicho italiano «traduttori, traditori», que justamente quiere decir: traductores, traidores.

– Esa es una suposicion.

– Es verdad. Pero nuevamente llamo la atencion sobre el hecho de que casi todo es suposicion en lo que respecta a Cristobal Colon, tan grandes son los misterios y contradicciones en torno al descubridor de America. - Volvio a mirar la Historia del Almirante-. Permitame que le muestre otras inconsistencias que observo el profesor Toscano y que abonan la hipotesis de que no fue Hernando Colon el autor de todas las afirmaciones que aqui constan. Por ejemplo, esta referencia a que su padre, despues de nadar hasta tierra, fue a Lisboa, donde «se encontraban muchos de su nacion genovesa».

– Ese es un indicio inequivoco.

– Pero fijese bien, Nelson. ?No fue Hernando quien, paginas antes, dijo que anduvo por Genova y no vio nunca por alli a ningun familiar? ?No fue el mismo Hernando quien supuestamente indico que el origen de su padre estaba en Piacenza? Entonces ?como, despues de haber escrito eso, viene a dar a entender que su padre, en definitiva, era de nacion genovesa? ?En un momento es de Genova, en el siguiente ya no lo es? Pero ?que confusion del demonio es esta? -Volvio a las fotocopias de las notas-. Una vez mas, el profesor Toscano parecia sospechar del traductor genoves, pues apunta de nuevo la expresion «traduttori, traditori». -Cogio otras fotocopias-. Hay otras contradicciones, ademas, en la Historia del Almirante, tantas que el padre Alejandro de la Torre y Velez, canonigo de la catedral de Salamanca y estudioso de la obra de Hernando, concluyo igualmente que ella «fue interpolada y viciada por mano extrana».

– ?Esta diciendo que todo es falso?

– No. La Historia del Almirante fue, sin lugar a dudas, escrita por Hernando Colon, eso es algo que nadie discute. Pero existen en el texto publicado ciertas contradicciones e inconsistencias que solo pueden explicarse de dos maneras. O Hernando era un tonto sin remedio, lo que no parece probable, o alguien anduvo metiendo mano en detalles esenciales de su manuscrito, adaptandolo al gusto del publico de Italia, donde la obra se edito por primera vez.

– ?Quien?

– Bien, la respuesta a esa pregunta me parece evidente. Solo puede haber sido Baliano Fornari, el genoves que obtuvo el manuscrito de manos de Luis de Colon y solo publico la traduccion italiana, confesando abiertamente su deseo de que la «gloria primera» del descubrimiento de America fuese «para el Estado de Genova, patria del gran navegante».

Moliarti hizo un gesto de impaciencia.

– Adelante.

– Muy bien -dijo Tomas-. Vamos entonces al ultimo testimonio, ciertamente el mas importante de todos.

– Colon.

– Exacto. El testimonio del propio Cristobal Colon, el Almirante.

El camarero regreso con su bandeja, retiro los platos vacios y deposito la carne de membrillo y la tabla de quesos portugueses en la mesa. Los dos hombres se sirvieron queso de la sierra, muy cremoso y de olor fuerte, lo acompanaron con trozos de carne de membrillo y comieron golosamente.

– ?Que dijo Colon? -pregunto Moliarti, lamiendo aun un trozo de queso que se le habia pegado al pulgar.

El historiador portugues respiro hondo, mientras reordenaba las fotocopias guardadas en su cartera.

– Hoy sabemos que Colon se paso toda la vida ocultando su pasado. Segun su presunto origen se le llama Colombo en algunas lenguas, pero no existe un solo documento en el que se refiera a si mismo con ese nombre. Ni uno solo. En lo que respecta a Cristobal Colon, siempre se presento, en los manuscritos que nos han llegado,

Вы читаете El codice 632
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату