considerado, por su rareza, el personaje mas fascinante de la facultad.
– Muy bien, senores -comenzo diciendo el profesor Bridoux mientras se frotaba las manos-. La palabra «anatomia» deriva del griego
Un joven muy delgado, que Agnes sabia que era oriundo de Burdeos, levanto timidamente la mano y el profesor le hizo una sena para que hablase.
– ?Morgagni?
– Ese vino despues -respondio el profesor Bridoux, blandiendo el bisturi-. El medico que fue mas alla de Galeno, llegando incluso a cuestionar sus conclusiones, fue el belga Andreas Vesalius. Vesalius era conocido como «el Loco», fijense, y tenia esa triste fama simplemente por poseer la pasion por el conocimiento. Comenzo disecando muchos animales y paso despues a los cadaveres de las personas ejecutadas en Bruselas. Llego incluso a hacer autopsias en publico, algo nunca visto hasta entonces. Expuso sus descubrimientos en
– Morgagni -sonrio el estudiante, ruborizandose y sintiendose lisonjeado por la cortesia del profesor.
Bridoux abrio los brazos.
Nadie dijo una palabra.
– Muy bien -exclamo Bridoux, satisfecho-. Veo que ya lo saben todo. -Acerco el bisturi al abdomen del cadaver-. Senores, ha llegado la hora de revelarles la vida a traves del estudio de los muertos -anuncio con solemnidad, miro el cuerpo desnudo y altero el tono de voz, dos notas mas abajo, como si anadiese un aparte-. Se que estan un poco nerviosos, siempre ocurre eso la primera vez, pero imaginen que estamos en la carniceria y esto es solo un pedazo de carne. Ademas, no hace falta imaginarlo. Esto es realmente un pedazo de carne.
El profesor Bridoux corto la piel del hombre muerto y Agnes mantuvo con gran esfuerzo la mirada fija en la accion, horrorizada y fascinada, queria cerrar los ojos y ver, huir y quedarse. Se sorprendio por observar tan poca sangre en toda la autopsia, se sentia perpleja por la falta de dignidad de aquel cuerpo, una marioneta rota y tumbada en la mesa, una masa inerte y despojada, pero, paradojicamente, la muchacha se fue calmando a medida que el cadaver se transformaba: progresivamente se veia menos al hombre y mas un monton de carne, era una vision que asustaba y a la vez serenaba. Parecia realmente que estaban en la carniceria, la carne humana, tajada y cortada, no se diferenciaba en nada de la carne de vaca.
Despues de esa primera clase de Anatomia, Agnes fue a despejarse a la Place de l'Opera. Se sento en el cafe de la Paix y pidio una infusion. El
Agnes soportaba a duras penas las pavorosas clases de Anatomia, con sus repugnantes disecciones de cadaveres esqueleticos y aquel permanente olor a formol, pero la parte cientifica compensaba ampliamente estos macabros inconvenientes, y asi continuaba entusiasmada con la medicina. Los ultimos treinta anos habian sido ricos en importantes descubrimientos: Pasteur habia revelado el papel de las bacterias en la proliferacion de las enfermedades y habia desarrollado vacunas para prevenirlas; Ivanowsky y Beijerinck habian descubierto los virus; Starling y Bayliss habian detectado la funcion de las hormonas; Eijkman y Hopkins habian determinado la importancia de las vitaminas; Bateson habia comprendido el funcionamiento de la herencia establecida por las leyes de Mendel.
Sin embargo, lo que mas la intrigo fue el trabajo de Freud, que pocos anos antes habia revelado el extrano mundo del subconsciente, de la sexualidad, de los suenos y del psicoanalisis. Agnes oyo por primera vez hablar de Freud durante una conferencia del profesor Maillet en un simposio medico sobre enfermedades de la mente. Maillet era un discipulo del celebre neurologo Jean Charcot. En la pausa para el cafe, la joven estudiante se armo de valor y fue a hablar con el conferenciante.
– Profesor Maillet -dijo Agnes-, disculpe que lo moleste, pero he estado escuchandolo y me parecio curiosa su referencia a aquel medico austriaco que usa la hipnosis para curar a los locos. ?Funciona ese metodo realmente?
Maillet la miro con expresion altiva. Al darse cuenta, sin embargo, de que la mujer que lo interpelaba era joven, bonita por anadidura, se volvio inmediatamente solicito.
– Claro, estimada
– Pero ?como llegaron a descubrirlo?
– Oh, no fue facil, se lo aseguro. Usted sabe que las enfermedades de la mente siempre han sido un misterio para la medicina. Los enfermos adoptaban comportamientos extranos y no sabiamos que hacer con ellos. ?Como podriamos diagnosticarles un mal y curarlos si tenian el cuerpo perfectamente sano? Era un verdadero misterio.
– Fue entonces cuando aparecio el austriaco…
– Bien, ya habia estudios sobre psicologia, y la neuroanatomia constituyo un paso importante para darnos cuenta de lo que pasa en nuestras cabecitas -dijo, golpeandose la frente con el indice-. Pero no hay ninguna duda de que el doctor Freud nos presto una gran ayuda. Vino a Paris y se encontro con el doctor Charcot, que fue mi maestro y tutor. El doctor Freud se sentia muy frustrado porque no lograba tratar los miedos, las neurosis y las obsesiones de sus pacientes usando los conocimientos y los instrumentos habituales de la medicina. El doctor
