oficiales refrenaban su entusiasmo.
– ?Adonde vas con tanta prisa, Afonsino? -le pregunto el capitan Cabral, un republicano conservador, displicentemente apoyado en un pino manso.
– El mayor Montalvao me ha mandado llamar a los hombres para la gimnasia, mi capitan.
– ?El mayor Montalvao? -El capitan se rio-. Ese tipo quiere ascender en la vida y cree que va a la guerra.
Afonso lo miro, cohibido.
– Mi capitan, para eso justamente nos estamos preparando…
– ?Eres tonto, Afonsino? ?Alguna vez vamos a ir a la guerra con esta gente ordinaria? ?Crees que los ingleses nos quieren alla?
– No lo se, capitan. Pero las ordenes son para…
– ?Que ordenes ni que diablos! Asi pues, si te mandan tirarte a un pozo, ?tu te tiras? Esta gente quiere usarnos para sus fines, sus negociados, sus ambiciones. ?Se mas sensato y abre los ojos!
– Con su permiso, mi capitan -dijo Afonso, que se dio cuenta de la inutilidad de seguir conversando y que tenia prisa por ir a llamar a los hombres.
– Anda, anda, pero no te dejes enganar por esos listos.
Quedo inmediatamente claro que el cuadro de oficiales de Tancos estaba dividido en cuanto a los preparativos para la guerra. Solo los republicanos afectos al Partido Democratico de Afonso Costa parecian de verdad empenados en el proceso de instruccion, rebosantes de entusiasmo y del deseo de hacer cosas. Los otros, monarquicos o republicanos opositores al partido del Gobierno, se mostraban escepticos, su postura era negativa y su actitud revelaba un gran cinismo. Para ellos todo era imposible, la falta de equipamiento aparecia como un obstaculo insuperable, los soldados no eran mas que unos pretenciosos y desharrapados, los comandos jefe estaban formados por incompetentes y oportunistas.
El clima se politizo en extremo y, por mas que intentase mantenerse alejado de aquel debate, Afonso se vio irresistiblemente atraido hacia la polemica, era imposible mantenerse distante, el asunto surgia en cualquier conversacion, no habia modo de evitarlo, hasta su mejor amigo dentro del regimiento lo estimulaba a la discusion. El teniente Pinto,
– Pero ?que es lo que estamos haciendo aqui? -se pregunto el Zanahoria, insatisfecho, con el paso rapido en pos de su amigo, mirando el destartalado campamento de barracas y tiendas que se prolongaba alrededor hasta perderse de vista-. La ciudad de Leno-Lona. Dime si esto tiene algun sentido.
Afonso se paso la mano por el pelo revuelto, intentando peinarselo con los dedos.
– Estamos haciendo lo que nos mandan.
– Pero yo no se si quiero hacer lo que nos mandan estos idiotas.
– La solucion es facil, Pinto -le replico-: sales del Ejercito.
– Lo que me faltaba, salir del Ejercito por culpa de los cabrones de los republicanos.
– Entonces, si te quedas, te sometes. ?Que quieres que te diga?
– Lo que quiero es emplear bien mi tiempo, en vez de andar metido en cabalgatas idiotas, mientras estos tipos se llenan de dinero y estan llevando el pais a la ruina… Y nosotros colaborando con semejante estupidez.
– Pinto, nosotros estamos aqui para hacer nuestro trabajo -se impaciento Afonso-. Todo lo demas es puro blablabla.
– No es exactamente asi, Afonso -repuso el Zanahoria, irritado-. Estamos siendo complices de esta locura. ?Realmente crees que tiene algun sentido que Portugal se implique en esta guerra? ?Asi que vamos a meternos en este matadero que no nos sirve de nada solo porque los senores republicanos estan en un aprieto por el descontento que crece en el pais?
– No tiene nada que ver una cosa con la otra.
– ?Ah, no, no tiene nada que ver! Entonces, ?por que crees que esos idiotas quieren meter a Portugal en la guerra?
– Bien… -titubeo Afonso, que se quedo quieto para concentrarse en la respuesta; al fondo ya se veian las letrinas y la fila de hombres esperando su turno para defecar en aquel descampado inmundo, el olor a heces se sentia a la distancia-. En primer lugar, para defender las colonias y el imperio. Y, ademas, es importante que el pais se afirme en el concierto de las naciones…
– ? Concierto de las naciones?
– … y marque la diferencia en relacion con Espana.
– ?Eso del concierto de las naciones es bueno! Estas leyendo mucho la prensa republicana.
– ?Por que? ?No es verdad?
– Claro que no -se exalto Pinto, gesticulando con exageracion-. ?No ves que todo esto solo tiene que ver con el canguelo que estos tipos tienen de que el regimen cambie?
– No, no lo veo.
– Afonso, metete esto bien en la cabeza -dijo, con el dedo en ristre y el bigote pelirrojo temblando-: el Gobierno esta preocupado por la oposicion a su politica desastrosa y espera hacer de la guerra una causa comun, quiere crear una union sagrada que acalle las disidencias y consolide el regimen. Todo a costa de nuestra sangre. Todo para que aquella cafila de aprovechados mantenga sus privilegios.
– Estas loco.
– No tengas ninguna duda de que es tal como te lo digo. Mientras todos estamos apoyando a los soldaditos que van a la guerra, pobres, nadie se opone al Gobierno. Los republicanos estan intentando hacer de su causa una causa nacional, una
– ?Que exageracion!
– Puedes creerme, pues es verdad. Esto no tiene nada que ver con el tal concierto de las naciones.
– Claro que si, claro que tiene que ver, ?o no sabes que Alemania quiere apoderarse de nuestro imperio? Ademas, no te olvides de Espana.
– ?Espana? -Pinto se rio-. No me vas a decir ahora que queremos entrar en la guerra por culpa de los espanoles.
– Riete, riete. Pero no te olvides de que los ingleses estan fastidiados por el derrocamiento de la Monarquia y han comenzado a hacerles guinos a los espanoles. ?No has leido en el periodico que los tipos han dicho que la alianza militar no implica la defensa de nuestras fronteras terrestres, solo la defensa de la costa y de las colonias? ?Que crees que quiere decir esto, eh? Los gringos estan tramando algo. Y no te olvides tampoco de que ya estan en Espana hablando de la necesidad de anexar Portugal y de aplastar al bichito de la Republica antes de que llegue alli. Ademas, recuerda que fue de alli de donde partieron las incursiones militares de Paiva Couceiro en los ultimos anos. Junta a los ingleses y a los espanoles… y estamos perdidos, ?o que piensas?
– Todo son patranas, molinos de viento, espantajos para asustar al personal. Pero, no te preocupes, esa tramoya de que vayamos a la guerra no va a pasar de puro blablabla.
– Eso yo no lo se.
– Pero lo se yo. Solo vamos a la guerra si Inglaterra nos lo pide. E Inglaterra, que no es tonta y nos conoce al dedillo, nunca lo pedira. Por ello nos quedaremos aqui, en Tancos, jugando a la guerra.
– Mira que hace dos anos, cuando la guerra comenzo, nos pidieron que entrasemos.
– Eso ya paso. No fuimos y ahora ya no iremos. Los gringos ya nos han pillado, ?para que quieren ellos un bando de desharrapados combatiendo en Francia? Les dariamos mas trabajo que una division de boches.
Afonso fijo la vista en la fila de hombres que tenia enfrente, esperando el turno para entrar en las letrinas, y decidio poner fin a la discusion.
– Oye, ?vamos o no vamos a evacuar?
En el comedor de Tancos, transformado en un verdadero caldero de intrigas y conspiraciones, se discutian acaloradamente los pros y los contras de los preparativos para la guerra, los oficiales argumentaban sobre los meritos y demeritos de una eventual implicacion de Portugal en el conflicto, una implicacion en la que pocos, en realidad, creian. Pero los acontecimientos se precipitaron en 1916.
Gran Bretana necesitaba reforzar su flota de barcos para compensar las perdidas que la campana llevada a
