En la linea del frente, el teniente Cardoso se coloco la mascara y dispuso a los hombres a lo largo de la trinchera. Matias se instalo en la esquina mas proxima a la trinchera de comunicacion de Punn House, atento a lo que ocurria en la Tierra de Nadie. Enfrente habia mucho humo, resultado de las multiples granadas que fueron cayendo en el lugar, en particular junto al alambre de espinos de las lineas portuguesas. En algunos puntos, hasta la linea de alambre de espinos se habia roto y el suelo se abria en crateres excavados por las bombas de la ultima media hora.

Matias sintio que se empanaban los cristales de la mascara. Cogio los pliegues del respirador y limpio exteriormente los cristales sin quitarse la mascara. Respirar por la boca lo cansaba, pero no tenia remedio. De repente, vio un bulto asomar entre el humo, a la izquierda, y otro se insinuo al lado. Matias reconocio los contornos inconfundibles de los cascos pickelhaube. Aparto la boca de la valvula respiratoria.

– ?Boches! -anuncio con un susurro energico pero ahogado por el respirador; apunto en la direccion en la que habia identificado al enemigo.

Eran los primeros alemanes que veia de cuerpo entero al natural y en actitud de combate, sin tratarse de prisioneros o bultos huidizos que se escabullian de lejos en algun punto de las lineas enemigas. Le extrano el caracteristico casco gotico de cuero cocido, ya que habian sustituido el pickelhaube, el ano anterior, por cascos mas modernos de acero: seguramente aun no habian equipado a esa fuerza con ese nuevo modelo, no les interesaba, eran alemanes y punto. Los hombres volvieron las Lee-Enfield hacia la Tierra de Nadie, con el corazon sobresaltado. El teniente Cardoso llamo a Daniel, el Beato, con un gesto, senalo uno de los cohetes apoyados en la trinchera, haciendole una senal para ordenarle que los lanzase. Saco el revolver e indico los bultos.

– ?Fuego! -ordeno el teniente, con la voz tambien distorsionada por la mascara de lona.

Matias sintio que el fusil saltaba de sus brazos por el impacto del tiro, las detonaciones de su arma y de las de sus companeros retumbaban ruidosamente en sus timpanos y le alteraban los nervios. Los bultos se tiraron al suelo y una ametralladora enemiga abrio fuego sobre la posicion de Punn House, lo que hizo saltar barro alrededor. Los portugueses se encogieron detras del parapeto, con la respiracion acelerada por el miedo y por la tension de tener que colocar deprisa una nueva bala en el cargador. Los fusiles tenian un sistema de repeticion y, por ello, debian recargarlos manualmente. Al mismo tiempo que sus camaradas, y en medio de una anarquica sinfonia de clics metalicos, Matias abrio deprisa la culata de la Lee-Enfield, tiro de ella, dejo que el muelle del cargador empujase la bala siguiente hacia el canon, cerro la culata. Todos esperaron el paso de las balas de una nueva rafaga disparada por la ametralladora enemiga, se incorporaron, lanzaron un tiro mas sin blanco preciso hacia la posicion donde estaban los alemanes y volvieron a agacharse para recargar los fusiles. Hacia frio, pero todos sudaban a chorros.

Con una pistola semiautomatica en la mano, el teniente Cardoso no tenia que preocuparse por recargar el arma. Estaba ocupado en vigilar el movimiento enemigo y ansioso por verse libre de la claustrofobica mascara antigas. Miro atentamente alrededor y concluyo que la nube toxica ya se habia alejado. Arranco parcialmente el respirador, inhalo una pequena bocanada de aire, con miedo, no ocurrio nada, comprobo que, de hecho, el aire era respirable y, mas confiado, se quito toda la mascara. Los hombres lo imitaron, aliviados por verse libres del incomodo dispositivo de respiracion, y sintieron como la brisa fresca chocaba con el sudor y les helaba la piel.

– Cuidado con la ametralladora a la derecha -alerto el teniente, advirtiendo inutilmente sobre la actividad del arma enemiga.

Daniel, mientras tanto, consiguio encender el reguero del cohete y este salto al aire con un movimiento brusco, como los cohetes de los dias de feria en Palmeira, y acabo detonando arriba, sobre la linea, con un pop luminoso e inofensivo.

Acechando las lineas desde su puesto, el capitan Afonso Brandao ya se habia dado cuenta de que, por la inusitada intensidad, aquel no era un bombardeo normal ni una represalia por las tres salvas de las cinco de la tarde. Pero cuando vio estallar el cohete en el cielo, enfrente, lanzando un resplandor rojo sobre el sector de Punn House, entendio que la infanteria enemiga estaba avanzando. El cohete lanzaba un SOS.

La artilleria alemana volvio a abrir fuego, barriendo la retaguardia portuguesa, y los canones del CEP respondian con disparos que regaban las trincheras enemigas. Nuevos destellos rojos iluminaron los cielos a la derecha, algunos sobre Ferme du Bois: mas SOS. Afonso corrio hasta el puesto de las senales con su ordenanza, Joaquim, detras. Los dos llegaron al lugar, el capitan se agacho para entrar por la pequena puerta y se encontro con el oficial de enlace de la artilleria sentado en la jaula de las palomas mensajeras, los telefonos encima de una caja.

– ?Ustedes estan ciegos o que? -grito el capitan-. Los canones estan disparando al sitio equivocado.

El oficial de enlace, un teniente, lo miro sin comprender.

– Mi capitan… -dijo titubeante.

– Le estoy diciendo que hay que corregir el tiro de la artilleria -dijo impaciente y nervioso-. Deme un telefono.

– Aqui esta, mi capitan -indico el teniente, que cogio el auricular de uno de los aparatos que establecian enlace con los canones.

Afonso cogio el telefono y logro que le respondiesen del otro lado.

– Aqui el capitan Afonso Brandao, de la Infanteria 8 -se identifico-. Hagan el favor de dejar las trincheras enemigas y bombardeen inmediatamente la Tierra de Nadie frente a las lineas en Punn House, Church y Chapelle Hill, que acaban de lanzar un SOS.

La artilleria tenia las coordenadas previamente registradas y Afonso colgo sin titubeos, volviendose hacia el telegrafista en busca de informaciones adicionales.

– ?Y?

– Las companias de la linea han telegrafiado confirmando el avistamiento de tropas enemigas y anunciando la presencia de nubes de gas en las trincheras -indico el telegrafista-. Y la brigada pide informaciones sobre lo que esta ocurriendo.

– Telegrafie a todos los puestos para que se coloquen las mascaras de gas y pongan a todos los hombres en las trincheras, y avise a la brigada de que los alemanes estan atacando con infanteria en Neuve Chapelle y Ferme du Bois -ordeno el capitan-. Digale a la brigada que solicito que los batallones de apoyo se preparen para ayudarnos.

Afonso salio del puesto de senales y subio al parapeto para observar el frente de combate. Las granadas de obus y canon de los Minenwerfer sobrevolaban las lineas portuguesas, estallaban en la retaguardia y en varios puntos de las trincheras, al mismo tiempo que las balas de metralla de las Maxim MG alemanas destrozaban los lugares donde abrian fuego los hombres del CEP. Se cernian espesas nubes en la Tierra de Nadie y se hacia evidente que los alemanes habian lanzado granadas de humo para ocultar el movimiento de la infanteria. El capitan intento desesperadamente interpretar la poca informacion de que disponia. ?Cual seria el objetivo del enemigo? ?Hacer prisioneros? ?Arrasar las lineas portuguesas? ?Distraer para atraer reservas y atacar despues en otro punto? ?Cuales eran los sectores de la linea que necesitaban refuerzos? ?Que hacer?

El teniente Cardoso ya no sabia que hacer. Los soldados enemigos se deslizaban pegados al suelo, evitando avanzar directamente hacia Punn House, posicion que estaba bien guarnecida por el y sus hombres, con lo que buscaba sobre todo un movimiento en pinza. Los portugueses disparaban, en consecuencia, hacia la Tierra de Nadie, pero ninguna bala parecia alcanzar a enemigo alguno.

– Tu, ahi -dijo el teniente, senalando a Daniel-. Echa abajo la puerta del polvorin y trae lo que encuentres.

Daniel fue al polvorin de reserva, colocado cerca de la linea del frente para emergencias como esta, abrio la cerradura a tiros y arrastro la primera caja que encontro hasta donde estaban sus companeros. El teniente Cardoso arranco la parte superior de la caja e inspecciono el contenido. Eran Mills Bombs, las granadas redondeadas de fabricacion britanicas, cuya forma recordaba la de pinas enanas.

– ?Bien! -se regocijo-. Ve ahora a ver si encuentras una «Luisa» y cajas de municiones.

La Lewis era una ametralladora creada por los estadounidenses y mucho mas ligera que la tradicional Vickers, de fabricacion britanica. Pesaba doce kilos, aun asi demasiado pesada para un uso portatil eficaz, pero perfecta

Вы читаете La Amante Francesa
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату