estrechas y los rinones acusaron el dolor del esfuerzo al sentir que habia llegado la hora de dar a luz. La partera corto el cordon umbilical, dio una palmada al bebe y el debil llanto irrumpio en la habitacion, casi como un maullido doliente. La abuela limpio al nino con agua previamente calentada en una tetera, lo cubrio con un chal suave, salio de la habitacion y, con una sonrisa feliz pero los ojos cansados despues de la larga noche, se lo mostro al padre y al abuelo, que aguardaban tras la puerta, excitados por los fragiles gritos que habian oido hacia un momento.

– Es una nina -anuncio.

Fue en la manana del 2 de octubre de 1891 cuando Paul Chevallier vio nacer a su segunda hija. Horas mas tarde, mientras la nina mamaba del seno de su madre y bajo las miradas embelesadas del padre, de la pequena y excitada hermana Claudette y de los dos abuelos aun vivos, se decidio que se llamaria Agnes, como la abuela materna. Durante los tres anos siguientes nacerian dos hijos mas, ambos varones, Gaston y Francois, que completaron un total de cuatro hermanos, numero que los padres consideraron adecuado y definitivo, salvo imprevistos.

La familia Chevallier vivia en una casa antigua situada en la Rue du Palais Rihour, en medio de una colorida hilera de estrechos y pintorescos domicilios del siglo xvii y a un paso de la imponente Grande Place de Lille. La pequena Agnes Chevallier comenzo a frecuentar muy pronto la tienda de su padre, una casa de vinos situada en la fastuosa Vieille Bourse y llamada Chateau du Vin. El hecho de poseer una tienda en la Vieille Bourse constituia de por si un claro indicio de que se trataba de alguien acomodado, descripcion que correspondia vagamente al modo de vida de Paul. El padre de Agnes era un hombre alto y delgado, muy rubio y con los pomulos salientes. Tenia tierras cerca de Reims, donde cultivaba uvas para hacer champagne, cuya calidad hizo de el un enologo prestigioso en Lille, aunque su verdadero negocio fuese el comercio de vinos. De su tienda, que servia con frecuencia de despacho comercial, exportaba a Belgica, Holanda, Gran Bretana y Alemania.

Tal como muchos habitantes de la ciudad, los Chevallier eran burgueses de origen flamenco, algo que no olvidaban. La intolerancia francesa frente a las tradiciones flamencas habia denostado el nombre original de familia, Van der Elst, lo que llevo a un antepasado, celebre por sus acciones de caballeria durante las guerras napoleonicas, a decidir cambiar aquel apellido por el de Chevallier. Esa es, por otra parte, la historia de Lille, una ciudad originalmente belga, Rijssel, victima de once cercos y arrasada varias veces en un periodo de mil anos, puesta sucesivamente bajo control flamenco, frances, austriaco y espanol, hasta que se la anexaron de manera definitiva los franceses en el siglo XVII, con el tratado de Aquisgran. Luis XIV conquisto la poblacion en 1667, le otorgo el estatuto de capital de la Flandes francesa y la llamo Lille, una evolucion de las palabras l'isle, «la isla», debido a que la ciudad crecio en torno a un castillo construido en una de las islas del rio Deule. El propio edificio de la Vieille Bourse insistia en recordar el pasado flamenco de Lille, manteniendo cuatro leones de Flandes orgullosamente esculpidos en la fachada. La majestuosidad del edificio de la Vieille Bourse era algo que no dejaba de impresionar a la pequena Agnes siempre que su madre la llevaba a visitar a su padre en la tienda de vinos. La Vieille Bourse se erguia, majestuosa, en uno de los lados de la plaza central de la ciudad, exhibiendo fausto y opulencia en su arquitectura grandiosa, con las cariatides que adornaban las pilastras, las ventanas ricamente decoradas a la manera del Renacimiento flamenco, una campana dentro de la vistosa y una altiva columna rojo ladrillo que se alzaba en el extremo central del tejado oscuro. Aunque parecia un solo edificio, la Vieille Bourse estaba en realidad formada por veinticuatro pequenas casas de comercio, una de las cuales albergaba el Chateau du Vin.

Durante la infancia, los cuatro hermanos fueron educados en casa. Todos ellos eran bilingues, hablaban frances y flamenco. Las conversaciones en familia se hacian sobre todo en frances, pero a menudo se intercalaba el flamenco, con frecuentes goedemorgen intercambiados por la manana, pidiendo gebak, melk y suiker a la mesa del desayuno y soltando tot ziens de despedida. Las comidas preparadas por Michelle tenian la marca de la cocina flamenca, a base de carne de aves y de platos sustanciosos, como boudin y morcilla con pure de manzana. Pero los favoritos de los ninos eran el waterzoi, las dulces gaufres y la mermelada con martilles, el popular queso de la region.

Agnes tenia dos grandes amigas. Una era su hermana Claudette, un ano mayor. Claudette era arisca y mandona, Agnes mas dulce y conciliadora, aunque en los momentos de apuro se mostraba inesperadamente rigida e inflexible. Los juegos entre ambas terminaban en una invariable guerra de insultos, pellizcos y aranazos. Las palabras mas duras eran: t'es mechante, «eres mala», insulto que en general desencadenaba una rapida y dolorosa respuesta fisica. La madre aparecia para separarlas y las obligaba a pedirse disculpas. Como era orgullosa, Agnes se disculpaba en flamenco, vomitando un crudo het spijt me echt! Lo hacia con tal ferocidad que mas sonaba a un nuevo insulto. Evitaba siempre mostrarse debil y raramente lloraba, a pesar de que su hermana era fisicamente mas fuerte y, en consecuencia, solia imponer su voluntad en estos enfrentamientos.

Cuando los juegos con Claudette acababan mal, Agnes se reunia con su segunda amiga, una muneca de carton y madera a la que llamaba Mignonne y de quien se hizo inseparable. Mignonne era una muneca jumeau, hueca por dentro y fabricada en un molde, con ojos castanos de cristal y una cabellera rubia rizada, con la cabeza encajada en un cuerpo compuesto y articulado, y con los miembros doblandose en las junturas, lo que era una novedad. Con Mignonne en el regazo Agnes aprendio a tejer, y siempre en su compania escuchaba a su madre contarle historias, en su mayor parte cuentos flamencos, como las leyendas de la batalla entre Lyderic y Phinaert, los miticos gigantes fundadores de Rijssel, y de Yan den Houtkapper, el lenador que, segun la tradicion, fabrico un par de botas de madera para Carlomagno. Pero fue una historia veridica, la de Florence Nightingale, la que mas absorbio la imaginacion de la pequena, hasta tal punto que comenzo a decir que ella y Mignonne serian enfermeras de mayores.

– ?Florence Nightingale? -se sorprendio una vez madame Chenu, una amiga de la madre, cuando la oyo citar a su heroina-. Vaya, vaya, si te gusta tanto ayudar a los demas, deberias seguir los pasos del gran heroe de Lille.

– ?Lyderic? -se interrogo Agnes, vacilante.

Madame Chenu se rio.

– ?Lyderic? No, ma petite, ese ya paso. Estoy hablando de nuestro Pasteur, el gran Pasteur, que Dios lo tenga en su gloria. Ese si que es un ejemplo que debe ser imitado.

Fue la primera vez que Agnes oyo hablar del heroe de la ciudad, recientemente fallecido. Louis Pasteur era oriundo de la region y fue en Lille donde desarrollo las investigaciones que lo hicieron famoso. Descubrio el papel de los microorganismos en la fermentacion y propuso la «pasteurizacion» para combatir ese proceso. Mas importante aun, invento las vacunas y demostro la importancia de la higiene en los hospitales como modo de controlar la alta tasa de mortalidad entre los enfermos ingresados. Todo ese trabajo, desarrollado sobre todo en la decada anterior, atrajo una enorme atencion sobre este cientifico frances, convirtiendolo en el mas famoso hijo de Lille y en el orgullo de la ciudad.

Con la vaga idea de la medicina en la mente, Agnes comenzo a frecuentar a los nueve anos el instituto catolico para ninas. Delgada como un palillo, una sonrisa luminosa y los rasgos del rostro bien dibujados, la pequena pronto se sumergio en la multitud homogenea de las ninas con bata. El primer dia llevo a Mignonne a clase, pero la profesora, una monja austera y aspera, le dejo claro de entrada que no le gustaba la idea. En medio de una leccion, la hermana Pezard se callo bruscamente y se acerco al pupitre de Agnes con actitud severa.

– ?Que es esto? -pregunto la monja, cogiendo la muneca.

– Es Mignonne, soeur -informo Agnes con timidez-. Es mi amiga.

La profesora ignoro la respuesta.

– Aqui no se admiten munecas. Usted ya tiene edad para dejarse de ninerias. -Dio media vuelta y regreso a su escritorio con Mignonne en la mano-. Venga a buscar su muneca cuando terminen las clases y, atencion, no quiero volver a verla por aqui.

Agnes le cogio un miedo terrible a la soeur Pezard, pero el incidente sirvio para hacerle entender que la infancia tendria que quedarse a la puerta del instituto. Los juegos y charlas con la muneca de carton y madera se reservaron asi para la noche, en especial para los momentos antes de dormirse. Agnes dejo naturalmente de creer que Mignonne la escuchaba, aunque siguiera aficionada a la muneca y hablase con

Вы читаете La Amante Francesa
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату