– Tratemos pues de establecer la trayectoria que pudo seguir desde Rota -dijo Bernal-. Seria bueno que me indicase usted las corrientes.

El contraalmirante tomo el largo puntero y senalo la desembocadura del Guadalquivir en Chipiona, situada al norte.

– El flujo de salida del Guadalquivir es mucho mas fuerte que el del Guadalete; claro esta que el rio es navegable hasta Sevilla para buques de mediano calado -dijo. Y senalando un saliente que formaba la costa justo al oeste de Rota, continuo-: Las aguas que desemboca el Guadalquivir forman una poderosa corriente sur aqui, hasta Punta Candor, y luego tuercen en el faro de Rota y entran en la bahia de Cadiz. Con la marea baja se aprecia muy claramente.

– Asi pues, si el cadaver hubiera salido de Rota con la marea alta del veintiuno, ?en que direccion cree que habria derivado? -indago Bernal.

– Probablemente en direccion suroeste en un principio, hacia el Puerto de Santa Maria.

– ?Y luego, con la marea baja de primeras horas del veintidos?

– En direccion suroeste, hacia alta mar, o incluso hacia el sur, aunque despacio, debido a la ligera brisa de poniente. Mas tarde, la nueva marea, sumada a la corriente del Guadalquivir, lo habria empujado de nuevo hacia el nordeste.

– Continue -pidio el comisario-. Sigamos su ruta, de marea en marea, hasta el punto en que fue descubierto.

Fragela y Bernal observaron con todo interes los movimientos indicados por Soto, que desplazando una roja banderilla por la superficie del mapa, de plastico transparente, anotaba a trechos, con un rotulador negro, fechas y horas. Gradualmente fue apareciendo un zigzag que, iniciado en la base naval de Rota, cruzaba el exterior de la bahia de Cadiz.

– Hacia la tarde del pasado jueves podia encontrarse aqui, comisario -declaro Soto-; pero tenga presente que no podemos saber con certeza que distancias recorrio con cada marea. Yo he considerado una media de cuatrocientos metros -concluyo, indicando un punto situado bastante al noroeste de los escollos donde se habia producido el hallazgo del cadaver.

– ?Que altura alcanzo la marea nocturna del jueves? -quiso saber Bernal.

– Ahi esta la cosa. Como era muy alta, de primavera, bien pudo arrastrar a su submarinista hacia el noroeste, bastante lejos de las rocas.

– Pero ?que me dice de la corriente del Guadalete? -insistio Bernal-. ?No es logico que empezara a dejarse sentir en ese punto?

– Quiza -concedio Soto-. Si tomamos eso en cuenta, podria haber derivado un poco hacia el suroeste -dijo, aunque todavia sin convencimiento.

– Y esta el cambio de vientos del viernes por la manana -apunto Bernal-. ?No ha dicho usted que soplo de levante, a unos treinta y cinco nudos?

– Ese es el factor principal -convino Soto-, suponiendo que el cuerpo no estuviese sumergido a ras de agua, sino que ofreciese todavia cierta resistencia al viento.

– ?Pero de eso se trata precisamente! -exclamo Bernal-. Los patologos senalan que la descomposicion estaba muy avanzada. Quiere decir que los gases internos anadirian flotabilidad al cadaver.

– Siendo asi, le doy a usted la razon: soplando con tanta fuerza, el levante debio empujarlo hacia las rocas.

Mientras Bernal encendia otro Kaiser, Soto se acerco a un armario del que extrajo una botella de Johnny Walker Etiqueta Negra y tres vasos altos. De comiso -observo Bernal-, como el Winston: conseguido a bajo precio en los almacenes de la Armada. Pese a lo mucho que generales y almirantes se quejaban de lo bajo de sus retribuciones, vivian -reflexiono- mucho mejor que la Policia Judicial.

Mientras despachaba el whisky que el contraalmirante le habia servido en generosa medida, Bernal le pidio informacion sobre las instalaciones de Rota.

– Me han autorizado oficialmente a exponerles a usted y a Fragela las defensas militares de la bahia. Mi duda esta, comisario en si piensa pasar esa informacion, cuando aparezcan, a los componentes de su equipo.

– Solo les comunicare lo estrictamente necesario para la investigacion. Son, de la primera a la ultima, personas dignas de toda confianza; pero si fuese conveniente trataria el tema con el subsecretario del Ministerio.

– De acuerdo, pues. Lo que mas le interesa, supongo, es la base de Rota. Fue construida por la Marina de los Estados Unidos como resultado del acuerdo bilateral de 1953, segun el cual los norteamericanos dispondrian de tres bases aereas, las de Zaragoza, Torrejon y Moron, y una naval, para submarinos, en Rota, ademas de una serie de instalaciones de radar en varios puntos de nuestro territorio. De resultas primero del accidente nuclear ocurrido en Palomares en 1963, y luego de los cambios politicos suscitados por la muerte de Franco, en 1976, a la renegociacion del acuerdo, se convino que todas las bases norteamericanas quedarian desnuclearizadas para finales de 1979, y este ano, en la renovacion del convenio, se ha acordado que todas las bases seran dirigidas conjuntamente por las fuerzas armadas de los Estados Unidos y las nuestras. Como consecuencia de ello, estamos en vias de integrar el mando de Rota, y en la base ondean actualmente las banderas de los dos paises.

Estaba claro que al contraalmirante le complacia la nueva situacion.

– Si Rota ha sido desnuclearizada, no acabo de ver de que les sirve a los americanos -senalo Bernal-. Supongo que tendremos derecho de inspeccion…

– Claro que lo tendremos, no le quepa la menor duda. Sin embargo, la prohibicion se refiere a armas nucleares, no a submarinos movidos por energia nuclear. Y debe recordar que si bien todavia no hemos integrado nuestras fuerzas con las de la OTAN, acabamos de ingresar en el Consejo del Atlantico Norte y formamos parte del sistema de alarma del SACEUR, el mando sur de la OTAN, con sede en Napoles, y que el de Rota es el eslabon mas importante de la cadena de bases que se extiende entre las Baleares y las Canarias. Ademas, es el punto de origen del antiguo oleoducto que los americanos construyeron a traves de la. Peninsula hasta Zaragoza.

– ?Y que defensas tiene la base de Rota? -pregunto Bernal, mirando con aire critico el mapa-. Parece de facil acceso desde la bahia.

– A partir de 1963 se amplio mucho la superficie de la base, y hubo que desviar la comarcal que une el Puerto con Chipiona. El perimetro terrestre tiene dos vallas, la interior electrificada, y se patrulla constantemente con helicopteros.

– ?Y las defensas maritimas?

– Eso, como bien comprendera usted, comisario, es informacion clasificada. Los norteamericanos tendieron a traves de la boca del puerto una doble linea de sonar pasivo, instalada en el lecho marino, y nosotros hemos contribuido con hidrofonos que cruzan la bahia exterior a intervalos regulares, desde la Punta Candor hasta el castillo de San Sebastian, en Cadiz -dijo el contraalmirante. Y, desenrollando un segundo mapa mural, agrego-: Aqui tienen un plano de su situacion. Como veran, esos sistemas permiten detectar a cualquier hora, sea cual sea el estado del tiempo, tanto submarinos como embarcaciones de superficie que atraviesen estas lineas. Los americanos tambien han instalado de uno a otro lado de la boca del puerto de Rota redes antisubmarino que se levantan al sonar la Alerta Amarilla.

– Pero ?y toda la zona costera que se extiende al oeste del puerto? -quiso saber Bernal-. Tiene mas de cinco kilometros de largo.

– Tiene defensas, tanto terrestres como maritimas, y patrullas regulares.

– Si nuestro hombre rana hubiera intentado atravesar esas defensas, para situarse entre los submarinos y los barcos de abastecimiento norteamericanos, ?que tal nos hubiera ido?

– Ah, eso habra que preguntarselo a nuestros colegas norteamericanos. Supongo que para llegar hasta alli, necesitaria algun tipo de embarcacion, y el sonar la hubiese detectado.

– ?Y si hubiese echado mano de una barca de pesca? Hay cantidad de ellas en la bahia, algunas no mayores que un bote de remos. Las patrullas costeras de la base deben estar acostumbradas a verlas…

– Sirviendose de una pequena barca de madera y sin motor, podria haber cruzado -reconocio Soto.

– Creo que conviene entrevistarse cuanto antes con su colega de Rota -concluyo Bernal-. ?Puede usted gestionar eso?

– Me pondre al habla con el inmediatamente; pero no esta de mas que le diga, comisario, que es un yanqui que apenas habla espanol y que solo tiene el grado de comandante. Ellos no disponen de tantos almirantes como nosotros -bromeo.

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