las escaleras y paso al lado de la cabeza de Grace. El comisario volvio a levantar la pierna para darle otra patada pero, de algun modo, a pesar del dolor, Jecks se la agarro y se la retorcio bruscamente con furia. Con un dolor terrible en el tobillo, Grace rodo sobre si mismo en el sentido de la torcedura para impedir que el hombre se lo rompiera, sacudio el otro pie, golpeo algo con fuerza y oyo un grito de dolor.
?Vio el martillo! Se lanzo a cogerlo. Pero antes de que pudiera levantarse, Jecks se abalanzo sobre el y le fijo las munecas al suelo. Empleando toda la fuerza de su cuerpo, Grace embistio con los codos hacia atras y se libero, rodando sobre si mismo otra vez. El hombre rodo con el y le propino un punetazo en el pecho, luego otro en la nuca. Grace se quedo con la cara en el suelo, respirando el olor del barniz de la madera, un peso muerto lo inmovilizaba, su garganta aprisionada por una mano que presionaba cada vez mas fuerte.
Sacudio el codo hacia atras, pero la mano siguio apretando, asfixiandole. Casi no podia respirar.
De repente, la presion aflojo. Una fraccion de segundo despues, el peso que le aplastaba el cuerpo se levanto. Entonces vio por que.
Dos policias estaban entrando por la ventana.
Oyo unos pasos subiendo las escaleras.
– ?Se encuentra bien, senor? -dijo el agente.
Grace asintio, se puso en pie con dificultad -la pierna derecha y el pecho le estaban matando- y salio disparado escaleras arriba. Llego al descansillo y piso la mascara antigas. No habia rastro de Jecks. Siguio subiendo hasta la segunda planta y vio la cara de Cleo, muy magullada y sangrando por un corte profundo en la frente, que miraba nerviosa por la puerta de su dormitorio entreabierta y destrozada.
– ?Estas bien? -le pregunto jadeando.
Ella asintio, en un estado de shock absoluto.
Oyeron un ruido arriba. Ajeno al dolor, Grace subio corriendo y vio que la puerta de la terraza chocaba contra la pared. Luego, salio cojeando a los tablones de madera y solo vislumbro un destello verde oliva que desaparecia, en la luz mortecina, por la escalera de incendios al fondo.
Echo a correr, esquivo la barbacoa, las mesas, las sillas y las plantas. Bajo deprisa los peldanos metalicos y empinados. Jecks ya habia llegado a la mitad del patio y se dirigia a la verja.
Esta se cerro de golpe delante de la cara de Grace cuando llego a ella. Pulso el boton rojo de apertura, indiferente a todo lo demas, tiro de la pesada puerta para abrirla sin esperar a que lo alcanzaran los dos policias que tenia detras y salio a la calle tropezandose, jadeando. Jecks le aventajaba por lo menos en cien metros, esprintando y renqueando al mismo tiempo por delante de una hilera de tiendas de antiguedades cerradas y un pub con musica de jazz a todo volumen. Afuera la gente bebia; abarrotaban la acera y parte de la calle.
Grace corrio tras el, decidido a atrapar a ese mamon. Total y absolutamente decidido, todo lo demas en el mundo habia quedado apartado de su mente.
Jecks doblo a la izquierda en York Place. El cabron era rapido. Dios santo, que rapido era. Grace corria al limite de sus fuerzas, el pecho encendido, los pulmones como si los tuviera aplastados entre dos rocas. No estaba recortando la distancia, pero al menos la mantenia. Dejo la iglesia Saint Peter a la derecha. Luego un restaurante de comida china para llevar, seguido de innumerables tiendas a su izquierda, todos los locales cerrados, excepto los de comida rapida, solo las luces de los escaparates encendidas. Pasaban autobuses, camionetas, coches, taxis. Esquivo a un grupo de jovenes, siempre con los ojos clavados en el traje verde oliva que se confundia cada vez mas con la oscuridad donde York Place se convertia en London Road.
Jecks llego a la interseccion con Presten Circus. Tenia un semaforo rojo enfrente y una hilera de coches que circulaban delante de el. Pero cruzo y siguio por London Road. Grace tuvo que detenerse un momento porque pasaba un camion, seguido de una fila interminable de vehiculos.
«?Vamos, vamos, vamos!»
Giro la cabeza y vio a los dos agentes a cierta distancia. Luego, con absoluta imprudencia, se lanzo a cruzar la calle delante de los coches que le hicieron luces y un autobus que toco el claxon.
Estaba en forma porque salia a correr regularmente, pero no sabia cuanto tiempo resistiria.
Jecks, que ahora estaba a unos doscientos metros de el, aflojo la marcha, volvio la cabeza, vio a Grace y acelero de nuevo.
?Adonde diablos iba?
Ahora habia un parque a la derecha de la calle. A su izquierda estaban las casas que habian transformado en despachos y bloques de pisos. Capto la ironia de estar pasando justo por delante del Instituto para la Infancia, la Familia y la Educacion del Ayuntamiento de Brighton y Hove, donde habia estado hoy.
«Tendras que empezar a cansarte pronto, Jecks. No conseguiras escapar. Nadie hace dano a mi Cleo y consigue escapar.»
Jecks siguio corriendo, paso por delante de un garaje, cruzo otra interseccion y dejo atras otra hilera de tiendas.
Entonces, por fin, Grace oyo el gemido retumbante de una sirena detras de el. «Ya era hora, cono», penso. Al cabo de unos momentos, un coche patrulla se coloco a su lado, la ventanilla del copiloto bajada, y escucho un estallido de interferencias, seguidas de la voz de un controlador procedente de la radio del vehiculo.
Incapaz apenas de hablar, Grace dijo jadeando al joven agente:
– Ahi delante. Ese tipo del traje verde. ?Detenedle como sea!
El coche salio zumbando, la luz azul girando en el techo, y se detuvo en la acera justo delante de Jecks. La puerta del copiloto se abrio antes de que frenara del todo.
Jecks dio media vuelta y corrio unos metros en direccion a Grace, luego giro a la derecha, hacia la estacion de tren de Presten Park.
Grace escucho que se acercaba otra sirena. Mas refuerzos. Muy bien.
Siguio a Jecks obstinadamente por una colina empinada flanqueada de casas a ambos lados. Delante habia un muro de ladrillos alto, con un tunel de acceso a los andenes y la calle al fondo. Habia dos taxis aparcados.
Enfrente de la estacion se abria una zona de recogida de pasajeros; habia un par de taxis esperando y una calle residencial sin asfaltar a la derecha, que discurria paralela a las vias del tren durante varios cientos de metros.
Jecks entro en ella.
El primer coche patrulla paso a toda velocidad por delante de Grace, siguiendo a Jecks. De repente, el hombre volvio sobre sus pasos, penetro en el tunel, subio los escalones que conducian al anden sur y paso por delante de una joven con una maleta y de un hombre vestido de traje.
Grace le siguio, esquivando a mas pasajeros, luego vio a Jecks corriendo por el anden. La puerta del ultimo vagon estaba abierta y el jefe de estacion hacia senales con la linterna. El tren comenzo a moverse.
Jecks salto del anden y desaparecio de la vista de Grace. ?Habia bajado a la via?
Luego, mientras el jefe de estacion pasaba a su lado, el tren acelerando, Grace vio la luz roja trasera. Vio a Jecks, agarrado a la barandilla en la parte posterior del ultimo vagon, los pies colgando peligrosamente de un tope.
Grace grito al jefe de estacion:
– ?Policia, pare el tren! ?Hay un hombre colgado en la parte de atras!
Por un momento, el tipo, un joven larguirucho con un uniforme que le sentaba muy mal, se quedo mirandolo asombrado mientras el tren seguia acelerando.
– ?Policia! ?Soy policia! ?Pareeeeee! -volvio a gritar.
El jefe de estacion, que ahora estaba varios metros delante de el, apenas podia oirle.
El hombre se metio en la estacion y Grace oyo un timbrazo estridente. De repente, el tren comenzo a aminorar la marcha y, con un chirrido de los frenos y un silbido del sistema de presion, se detuvo a sacudidas cincuenta metros mas alla del final del anden.
Grace bajo la rampa y accedio a las vias, sin pisar el carril conductor, tropezando con el balasto suelto y lleno de maleza y con las traviesas.
El jefe de estacion tambien salto y corrio hacia Grace, iluminandole con su linterna.
– ?Donde esta?
Grace senalo. Jecks, mirando con miedo el carril conductor, paso con cuidado al tope de la derecha, luego salto, pero no lo suficiente, y rozo con el pie derecho el segundo carril de contacto. Hubo un destello azul, un chisporroteo, una rafaga de humo y un grito. Jecks aterrizo sobre el balasto en el centro de la via norte con un estruendo seco, luego se desplomo, se golpeo la cabeza en el rail externo con un ruido sordo y se quedo tendido