Finalmente, regreso a casa de Cleo; ya no estaba exhausto, sino muy despierto, nervioso, aliviado y euforico, aunque el tobillo le dolia una barbaridad cada vez que pisaba el embrague. Le satisfizo ver el coche de policia vacio en la calle y que la ventana ya estaba reparada. Mientras caminaba hacia la puerta cojeando, escucho el rugido de una aspiradora. Entonces llamo al timbre.

Cleo abrio. Tenia una tirita en un lado de la frente y un ojo negro e hinchado. Los dos agentes estaban sentados en un sofa, bebiendo cafe, y la aspiradora descansaba de lado en el suelo.

Le ofrecio una sonrisa languida, luego parecio horrorizada.

– Roy, carino, estas herido.

Grace se percato de que aun estaba cubierto de sangre de Jecks.

– No pasa nada… No estoy herido, solo necesito quitarme la ropa.

Detras de ella, los dos agentes sonrieron. Pero durante los momentos siguientes, no les hizo caso. La miro, desesperadamente agradecido de que estuviera bien. Entonces la rodeo entre sus brazos, la beso en los labios y la abrazo fuerte, muy fuerte. No queria soltarla jamas.

– Dios mio, te quiero -le susurro-. Te quiero muchisimo.

– Yo tambien te quiero -dijo ella con un hilito de voz ronca; parecia una nina pequena.

– He pasado tanto miedo -dijo el-. Tanto miedo por si te habia…

– ?Le has atrapado?

– A la mayor parte de el.

Capitulo 120

Norman Jecks miro con resentimiento a Grace. Estaba tumbado en la cama, en la habitacion pequena, el brazo derecho vendado desde el codo hasta el munon tapado donde deberia tener la mano. En la muneca izquierda llevaba una etiqueta identificativa naranja. Su cara palida estaba cubierta de moratones y rasgunos. Glenn Branson estaba detras de Grace; en el pasillo permanecian sentados dos policias.

– ?Norman Jecks? -pregunto Grace.

Le resultaba extrano hablar con aquel hombre, que era una copia exacta de Brian Bishop, incluso en el peinado. Era como si Bishop estuviera gastandole una broma y en realidad se encontrara en dos lugares al mismo tiempo.

– Si -contesto.

– ?Es su nombre completo?

– Norman John Jecks.

Grace lo anoto en su libreta.

– Norman John Jecks, soy el comisario Grace y el es el sargento Branson. Han surgido pruebas, a consecuencia de las cuales le detengo como sospechoso de los asesinatos de la senorita Sophie Harrington y la senora Katherine Bishop. Tiene derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga puede y sera utilizado en su contra en un tribunal de justicia. Tiene derecho a hablar con un abogado. Si no puede pagar uno, se le proporcionara uno de oficio. ?Ha comprendido?

Jecks levanto el brazo izquierdo unos centimetros y, con una sonrisa forzada, dijo:

– Va a tener problemas para esposarme, ?verdad, comisario Grace?

Desconcertado por su rebeldia, Grace replico:

– Tiene razon. Pero al menos ahora seremos capaces de distinguirle de su hermano.

– El mundo entero ha sido siempre capaz de distinguirme de mi hermano -asevero con amargura-. ?Por que le cuesta a usted?

– ?Esta dispuesto a hablar con nosotros o desea que este un abogado presente? -le pregunto Grace.

Jecks sonrio.

– Hablare con ustedes. ?Por que no? Tengo todo el tiempo del mundo. ?Cuanto quieren?

– Todo el que tenga.

Jecks meneo la cabeza con desaprobacion.

– No, comisario Grace, no creo que quieran eso. No quieren la clase de tiempo que tengo guardado, creanme, no lo quieren.

Grace se acerco cojeando a la silla vacia junto a la cama y se sento.

– ?Que ha querido decir con eso de que el mundo entero ha sido siempre capaz de distinguirle de su hermano?

Jecks le ofrecio la misma sonrisa escalofriante, torcida, que habia esbozado la noche anterior, mientras bajaba hacia el las escaleras de la casa de Cleo.

– Fue el quien nacio en cuna de oro y yo… ?Sabe como naci yo? Con un tubo para respirar en la boca.

– ?Como les distingue eso fisicamente?

– Brian lo tuvo todo, ?no?, desde el principio. Salud, unos padres acomodados, una educacion en un colegio privado. ?Y yo? Mis pulmones no se desarrollaron bien y pase los primeros meses de mi vida en una incubadora, ?precisamente en este hospital! Es ironico, ?verdad? Tuve problemas respiratorios durante anos. Y unos padres de mierda. ?Sabe a que me refiero?

– En realidad no, no lo se -dijo Grace-. A mi me parecieron muy agradables.

Jecks lo miro fijamente.

– ?Ah, si? ?Y que sabe usted sobre ellos?

– Los he visto hoy.

Jecks volvio a sonreir.

– Creo que no, comisario. ?Se trata de alguna especie de pregunta trampa? Mi padre murio en 1998, que Dios maldiga su alma, y mi madre fallecio dos anos despues.

Grace se quedo callado un momento.

– Lo siento, hay algo que no entiendo.

– ?Que es lo que no entiende? -le replico Jecks-. Bishop tenia una casa bonita, una buena educacion, todos los caminos posibles en la vida; ademas, el ano pasado su negocio, la idea que me robo, entro en la lista del Sunday Times de las cien empresas de mayor crecimiento en el Reino Unido. ?Es un hombre importante! ?Un hombre rico! ?Es usted policia y no sabe ver la diferencia?

– ?Que idea le robo?

Jecks meneo la cabeza con indiferencia.

– Olvidelo. No es importante.

– ?En serio? ?Y por que me da la sensacion de que si lo es?

De repente, Jecks se recosto en las almohadas y luego cerro los ojos.

– Creo que no quiero decir nada mas, ahora no, no sin mi abogado. Vera, existe otra diferencia. Brian tiene un buen letrado, ?el mejor que puede comprarse con dinero! Lo unico que voy a conseguir yo va a ser un picapleitos de segunda cortesia del Estado. ?Verdad?

– Hay abogados muy buenos disponibles de forma gratuita -le aseguro Grace.

– Si, si, bla, bla, bla -respondio Jecks, sin abrir los ojos-. No se preocupe por mi, comisario, nunca lo ha hecho nadie. Ni siquiera Dios. Fingio quererme, pero era a Brian a quien ha querido siempre. Vaya y cuide de su Cleo Morey. -Luego, con voz gelida de repente, abrio los ojos y ofrecio una sonrisa amplia a Grace-. «Porque la quiere.»

El ambiente era de expectacion en la sala de reuniones, que estaba abarrotada para la sesion informativa del viernes por la manana.

Leyendo sus notas, Roy Grace dijo:

– Ahora resumire los hechos principales ocurridos durante el dia de ayer, tras la detencion de Norman John Jecks. -Miro su libreta-. Un punto importante de nuestra investigacion sobre el asesinato de Katie Bishop es la prueba concluyente proporcionada esta manana por el odontologo forense, Christopher Ghent, que ha constatado que la marca de mordisco humano hallada en la mano amputada de Norman Jecks era de Katie.

Hizo una pausa para que calara la relevancia del dato y luego prosiguio:

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