– Esta noche -dijo-. La inspectora Murphy esta al frente del caso durante mi ausencia.
– Excelente -contesto Vosper-. Entonces, ?podras reunirte conmigo inmediatamente despues de tu reunion informativa de manana por la manana?
– Si. Puedo ir a verte sobre las nueve y media.
– ?Alguna novedad en el caso?
– Estamos haciendo progresos. Estoy a punto de realizar una detencion. Solo estoy esperando a que manden las pruebas de ADN de Huntington, que espero que lleguen manana.
– Bien -dijo la subdirectora. Luego, unos momentos despues, sin suavizar el tono, anadio-: Dicen que en Alemania hay una cerveza excelente.
– No sabria decirte.
– Yo pase la luna de miel en Hamburgo. Hazme caso, es verdad. Tendrias que probarla. A las nueve y media manana por la manana.
Colgo.
«Mierda», se dijo Grace, enfadado consigo mismo por estar tan mal preparado. «?Mierda, mierda, mierda!» Y manana por la manana seguro que le preguntaria por la pista que estaba siguiendo aqui. Tenia que pensar en algo realmente bueno.
Estaban pasando por delante de un bloque alto de pisos, con el panel circular de BMW en un lugar prominente cerca de la azotea. Luego dejaron atras un hotel Marriott.
Comprobo rapidamente si tenia algun mensaje en la Blackberry. Le aguardaban una docena de e-mails, recibidos desde que se habia bajado del avion, la mayoria de ellos relacionados con la operacion Camaleon.
– ?El viejo estadio olimpico! -dijo Kullen.
Grace miro a su izquierda y vio un edificio con la forma de una marquesina medio hundida. Giraron a la derecha, atravesaron un paso subterraneo, luego doblaron a la izquierda y cruzaron un carril del tranvia. Abrio su mapa sobre las rodillas, para intentar orientarse.
Kullen consulto su reloj y dijo:
– ?Sabes? Estoy pensando que habia planeado ir primero a mi despacho e introducir todos los detalles sobre Sandy en el sistema, pero creo que sera mejor ir primero al Seehausgarten. Ahora mismo estara lleno, habra mucha gente. Tal vez tengas la oportunidad de verla. ?Es mejor ir despues al despacho? ?Te parece bien?
– Tu eres el guia turistico, ?tu decides! -dijo Grace, mientras veia un tranvia azul con un anuncio grande de Adelholzener en el techo.
Como si no le hubiera entendido bien, Kullen comenzo a senalar los museos a medida que bajaban por una avenida ancha.
– El Museo de Arte Moderno -dijo. Y luego-: Esa de ahi es la Haus der Kunst, una galeria de arte que se construyo durante el regimen de Hitler.
Unos minutos despues, recorrian una calle larga y recta, con los bancos del rio Isar flanqueados de arboles a la derecha y por bloques de pisos altos, antiguos y elegantes a la izquierda. La ciudad era bonita pero grande. Muy grande, maldita sea. Mierda. ?Como diablos iba a buscar a Sandy aqui, tan lejos de casa? Y si no queria que la encontraran, seguro que habia elegido un buen lugar.
Marcel continuo senalando diligentemente los nombres de los monumentos por los que pasaban y los distritos de la ciudad que cruzaban. Grace escucho, mirando continuamente el mapa abierto sobre sus rodillas, intentando fijar la geografia del lugar en su mente, y pensando para si: «Si Sandy esta aqui, ?en que parte de la ciudad vivira? ?En el centro? ?En un barrio residencial? ?En un pueblo en las afueras?».
Cada vez que alzaba los ojos, registraba a todas las personas de la acera y de los coches, por si se daba la casualidad, por muy pequena que fuera, de divisar a Sandy. Por algunos momentos, observo a un hombre delgado, de aspecto estudioso, vestido con unos pantalones cortos y una camiseta ancha, que paseaba relajadamente con un periodico bajo el brazo, masticando una galleta que sujetaba en una servilleta de papel azul. «?Hay un hombre nuevo en tu vida? ?Tiene este aspecto?», se pregunto.
– Vamos a ir al Osterwald Garten. Tambien es un biergarten cerca del Englischer Garten. Es mas facil si aparcamos alli y vamos caminando tranquilamente hasta el Seehaus -anuncio Kullen.
Unos minutos despues, accedieron a una zona residencial y recorrieron una calle estrecha con casas pequenas y atractivas a cada lado. Luego pasaron por delante de un edificio con columnas rosas y blancas revestido de hiedras.
– Para bodas, registro de matrimonios. Aqui te puedes casar -dijo Kullen.
De repente, algo frio se agito dentro de Grace. «Matrimonio.» ?Era posible que Sandy hubiera adoptado una identidad nueva y se hubiera vuelto a casar?
Siguieron conduciendo por una calle residencial, con un seto a la derecha y arboles a la izquierda. Luego llegaron a una plaza pequena, con aceras de adoquines y otras casas cubiertas de hiedras, y si no fuera porque los coches conducian por la derecha y las senales de aparcamiento estaban en aleman, podria haber sido cualquier lugar de Inglaterra, penso Grace.
El Kriminalhauptkommisar aparco y apago el motor.
– De acuerdo, ?empezamos aqui?
Grace asintio, se sentia un poco inutil. No estaba seguro de donde se encontraba exactamente en el mapa; cuando el aleman se lo senalo servicialmente con un dedo, se dio cuenta de que habia estado mirando en un lugar totalmente equivocado.
Entonces saco de su bolsillo el mapa que Dick Pope le habia imprimido de internet y que le habia enviado por fax, con un circulo que mostraba el sitio donde el y su mujer habian visto a la persona que creian que era Sandy el dia que estuvieron en esta ciudad. Se lo dio a Marcel Kullen, quien lo examino unos instantes.
Mientras recorrian la calle polvorienta bajo el calor abrasador de la manana, el cielo se nublo. Grace, que se quito la chaqueta y se la colgo del hombro, miraba a su alrededor en busca de un bar o un cafe. A pesar de la adrenalina que bombeaba por su cuerpo, estaba cansado y sediento: le vendria bien un poco de agua y una inyeccion de cafeina. Pero se percato de que no queria malgastar su precioso tiempo, estaba deseando llegar a ese lugar, al circulo negro en el mapa borroso.
Al unico sitio donde alguien habia visto, en nueve anos, a la mujer que tanto habia amado.
Acelerando el paso cada vez mas, camino con Kullen hacia un lago grande. El aleman le condujo por un puente, luego a la izquierda por un sendero, con el lago y una isla de madera a la derecha y un bosque denso a la izquierda. Grace aspiro los dulces aromas de la hierba y las hojas, saboreando el fresco repentino y delicioso de la sombra y la ligera brisa procedente del agua.
Dos ciclistas viraron con brusquedad delante de ellos, luego se cruzaron con un joven y una nina, que charlaban amistosamente, patinando en linea. Unos momentos despues, un caniche paso dando saltitos y, corriendo tras el, un hombre airado con la raya al medio y gafas de concha que gritaba: «Adini! Adini! Adini!». A continuacion paso un marchador nordico de unos sesenta anos con aspecto muy decidido, vestido de lycra rosa chillon, los dientes apretados, los bastones de esqui golpeteando el sendero de asfalto. Entonces, tras doblar una curva, el paisaje se abrio ante ellos.
Grace vio un parque enorme, repleto de gente, y ahora mas alla de la isla el lago era mucho mayor de lo que habia imaginado en un principio, unos ochocientos metros de largo por varios cientos de metros de ancho. Habia docenas de barcas en el agua, algunas elegantes, de remos, de madera, de tingladillo y, el resto, patines blancos y azules de fibra de vidrio, ademas de flotillas de patos.
La gente abarrotaba los bancos que bordeaban el agua y habia cuerpos bronceandose al sol por todas partes, en cada centimetro de hierba, algunos con iPods enchufados en las orejas, otros con radios, escuchando musica o, tal vez, penso Grace, intentando ahogar los constantes chillidos de los ninos.
Y rubias por todos lados. Decenas. Centenares. Sus ojos se movieron de un rostro a otro, escudrinandolos y rechazandolos todos sucesivamente. Dos ninas pequenas se cruzaron en su camino, una con un cucurucho, la otra gritando. Un mastin se sento en el suelo, jadeando mucho y babeando. Kullen se detuvo al lado de un banco en el que un hombre con la camisa totalmente desabrochada leia un libro, sujetandolo a una distancia incomoda, como si hubiera olvidado las gafas, y senalo al otro lado del lago.
Grace vio un pabellon grande y atractivo -aunque bastante cursi-, de un estilo que podria ser una interpretacion de una casa de campo inglesa con el techo de paja. Una multitud de personas estaban sentadas a las mesas de delante del biergarten y, a la izquierda, habia un pequeno cobertizo para botes y una cubierta de