– ?Asi es! -contesto el hombre sonriendo.
– ?Es australiano?
– ?Eso mismo!
– ?Genial! Tal vez pueda ayudarme. ?Estaba aqui el martes pasado?
– Estoy aqui todos los dias. Desde las diez de la manana hasta la medianoche.
Del bolsillo de su chaqueta, Grace saco una fotografia de Sandy y se la mostro.
– ?Ha visto a esta persona? Estuvo aqui, el martes, a la hora de comer.
El camarero cogio la fotografia y la examino atentamente unos momentos.
– ?El martes pasado?
– Si.
– No, amigo, no me suena. Pero no significa que no estuviera aqui. Vienen cientos de personas todos los dias. -Dudo-. Mierda, veo tantas caras que se vuelven todas borrosas. Puedo preguntar a mis companeros si quiere.
– Por favor -le pidio Grace-. Es muy importante para mi.
El chico se marcho y regreso, unos minutos despues, con todo un grupo de jovenes que recogian mesas, todos con el mismo uniforme.
– Lo siento, amigo -dijo-. Son la mayor panda de idiotas del planeta. Pero ?no he podido hacer mas!
– Si, ya, ?vete a la mierda, Ron! -dijo uno de los jovenes, un australiano bajito y fornido con un pelo que parecia un alfiletero. Se volvio hacia Grace-: Siento lo de mi colega, es retrasado. De nacimiento. Intentamos seguirle la corriente.
Grace esbozo una sonrisa forzada y le dio la fotografia.
– Estoy buscando a esta persona. Creo que estuvo aqui el martes pasado a la hora de comer. Me preguntaba si alguno de vosotros la reconoce.
El australiano bajito y fornido cogio la fotografia, la examino unos momentos y luego la paso. Cada uno de los chicos nego con la cabeza.
Marcel Kullen se metio la mano en el bolsillo y saco un fajo de tarjetas de visita. Se levanto y dio una a cada miembro de la plantilla. De repente, todos parecian mas serios.
– Volvere manana -dijo el policia-. Tendre una copia de la fotografia para cada uno de vosotros. Si vuelve, por favor, llamadme enseguida al movil de la tarjeta, o al numero del
– No se preocupen. Si vuelve, llamaremos.
– Os lo agradeceria mucho.
– Esta hecho.
Grace les dio las gracias.
Mientras el grupo regresaba a sus obligaciones, Kullen cogio su cerveza y tendio la jarra hacia Grace, mirandole fijamente.
– Si tu mujer esta en Munich, la encontrare, Roy. ?Que es lo que decis en Inglaterra? ?Cueste lo que… cueste?
– Casi. -Grace levanto su jarra y toco la del aleman-. Muchas gracias.
– Yo tambien he hecho una lista para ti. -Saco una libreta pequena de su bolsillo interior-. Si esta aqui, quizas hay cosas que echaria de menos de Inglaterra, ?no?
– ?Por ejemplo?
– ?Alguna comida? ?Echaria de menos algo de comer?
Grace penso un momento. Era una buena pregunta.
– De acuerdo.
Grace penso detenidamente.
– No era alergica a nada, pero tenia problemas con las comidas pesadas. Era genetico. Sufria unas indigestiones terribles si hacia comidas pesadas. Tomaba un medicamento.
– ?Tienes el nombre?
– Era algo como Chlomotil. Puedo comprobarlo en el botiquin de casa.
– Puedo hacer una busqueda de clinicas en Munich. Ver si alguien con su descripcion esta pidiendo este medicamento.
– Bien pensado.
– Hay muchas cosas que tambien deberiamos mirar. ?Que musica le gustaba? ?Iba al teatro? ?Tenia peliculas o estrellas de cine preferidas?
Grace recito una lista.
– ?Y deportes? ?Practicaba alguno?
De repente, Grace vio que se proponia el aleman. Y lo que hacia un par de horas parecia una tarea inabarcable ahora estaba estrechandose y convirtiendose en algo posible. Y se percato de lo nublada que habia estado su cabeza. Esa vieja expresion de que los arboles no te dejaban ver el bosque era una gran verdad.
– ?Natacion! -dijo, preguntandose por que diablos no se le habia ocurrido a el.
Sandy estaba obsesionada con estar en forma. No corria ni iba al gimnasio, porque tenia una rodilla que le daba la lata. Nadar era su gran pasion. Solia ir a diario a las piscinas publicas de Brighton. Bien a la King Alfred o a la Regency, o cuando hacia mas calor, bajaba al mar.
– Pues podemos controlar las piscinas de Munich.
– Buen plan.
Mirando otra vez sus notas, Kullen dijo:
– ?Le gusta leer?
– ?Es el Papa catolico?
El aleman lo miro, perplejo.
– ?El Papa?
– Olvidalo. Es una expresion inglesa. Si, le encantaban los libros. En especial las novelas policiacas. Inglesas y estadounidenses. Elmore Leonard era su autor preferido.
– Hay una libreria, en la esquina de Schelling Strasse, que se llama Munich Readery. El propietario es un estadounidense. Mucha gente de habla inglesa va alli. Se cambian los libros, ?sabes? ?Se los intercambian? ?Es la palabra correcta?
– ?Estara abierta hoy?
Kullen nego con la cabeza.
– Esto es Alemania. El domingo esta todo cerrado. No como en Inglaterra.
– Tendria que haber elegido un dia mejor.
– Manana ire yo en tu lugar. Ahora, ?quieres comer algo?
Grace asintio agradecido. De repente, tenia apetito.
Y, luego, mientras miraba una vez mas al mar de rostros a su alrededor, vislumbro a una mujer, rubia con el pelo corto, que habia estado caminando en su direccion con un grupo de personas, pero que, de repente, se habia dado la vuelta y habia comenzado a alejarse muy deprisa.
Con el corazon estallandole, Grace se puso de pie, empujo a un japones que estaba sacando una foto y corrio, abriendose paso entre un grupo que descargaba sus mochilas, centrando su mirada en ella, acortando las distancias.
Capitulo 59
Vestida solo con una camiseta blanca arrugada, Cleo estaba sentada en su lugar preferido, sobre una alfombra en el suelo, apoyada en el sofa. Los periodicos del domingo descansaban esparcidos a su alrededor, y ella mecia una taza de cafe medio vacia que se enfriaba a cada minuto que pasaba. Encima de ella, Pez estaba