madera, con solo un par de barcas amarradas y un patin fuera del agua y tumbado de lado.

De repente, Grace noto un subidon de adrenalina al percatarse de que era lo que estaba contemplando. ?Era alli! El lugar donde Dick Pope y su mujer, Lesley, creian haber visto a Sandy. Habian cogido una de esas barcas de remos de madera. Y la habian divisado en el biergarten.

Obligando al aleman a acelerar el paso, Grace tomo la iniciativa, recorriendo el sendero de asfalto que rodeaba el lago, pasando un banco tras otro, mirando hacia la otra orilla del agua, escudrinando a cada banista, cada rostro en cada banco, cada ciclista o corredor o paseante o patinador con que se cruzaba. En un par de ocasiones vio una cabellera rubia balanceandose en torno a una cara que le recordo a Sandy y se centro en ella como un perro de Pavlov, solo para descartarla cuando volvia a mirar.

Podria haberselo cortado. Tal vez se lo hubiera tenido de otro color.

Pasaron por delante de un elegante monumento de piedra en un monticulo. Leyo los nombres grabados en el lateral: «VON WERNECK…». «LUDWIG I…» Luego, cuando llegaron al pabellon, Kullen se detuvo delante de una seleccion de menus clavados en un tablon elegante con forma de escudo, debajo del encabezado «SEEHAUS IM ENGLISCHER GARTEN».

– ?Quieres comer algo? Quiza podemos entrar en el restaurante, que esta mas fresco, o podemos estar fuera.

Grace recorrio con la vista las hileras e hileras de mesas de caballetes densamente abarrotadas, algunas bajo la sombra de un dosel de arboles, algunas debajo de un gran toldo verde, pero la mayoria al descubierto.

– Prefiero fuera… Para mirar los alrededores.

– Si. Por supuesto. Primero cojamos algo de beber. ?Que quieres?

– Tomare una cerveza alemana -dijo con una sonrisa-. Y un cafe.

– ?Weissbier o Helles? ?O prefieres una Radler, una clara, o tal vez un Russn?

– Quiero una cerveza grande y fria.

– ?Una Mass?

– ?Mass?

Kullen senalo a dos hombres sentados a una mesa que bebian unas jarras del tamano de chimeneas.

– ?Algo un poco mas pequeno?

– ?Media Mass?

– Perfecto. ?Tu que vas a tomar? Ire yo.

– No, cuando tu estas en Alemania, ?yo invito! -dijo Kullen con firmeza.

Aquel lugar era muy atractivo, penso Grace. Farolas elegantes flanqueaban la orilla del lago; los edificios que albergaban el bar y la zona de comida eran de color verde oscuro y blanco, y estaban recien pintados; sobre un pedestal de marmol habia una escultura de bronce singular de un hombre calvo desnudo, con los brazos cruzados y un pene minusculo; pilas ordenadas de cajas de plastico y cubos de basura verdes para envases y desperdicios, y jarras de cerveza y carteles educados en aleman e ingles.

Una cajera estaba sentada debajo de una cubierta de madera, cobrando a una cola larga. Camareros y camareras con pantalones rojos y camisas amarillas recogian los restos de las mesas a medida que la gente se marchaba. Grace dejo al policia aleman haciendo cola en la barra y se alejo un poco, examinando detenidamente el mapa, intentando concretar a cual del centenar de mesas de ocho personas podria haberse sentado Sandy.

Debia de haber varios cientos de personas sentadas a las mesas, calculo, unas quinientas por lo menos, y casi todas sin excepcion tenian una jarra de cerveza delante de ellas. Percibia el olor en el aire, junto con las bocanadas de humo de cigarrillos y puros, y los aromas tentadores de patatas fritas y carne a la parrilla.

En verano, Sandy bebia una cerveza fria de vez en cuando y, a menudo, cuando lo hacia, bromeaba con que se debia a su herencia alemana. Ahora, Grace comenzaba a comprenderlo. Tambien empezaba a sentirse muy extrano. Se pregunto si era el cansancio o la sed o solo la enormidad de estar aqui. Tenia la sensacion ridicula de que estaba metiendose en el territorio de Sandy, que en realidad nadie queria que estuviera aqui.

Y, de repente, se descubrio mirando fijamente una cara seria y ceremoniosa que parecia estar de acuerdo con el, estar reprendiendole. Era un busto de piedra gris de un hombre con barba que le recordo a una de esas estatuas de filosofos de la Antiguedad que se ven a menudo en tiendas de viejo y mercadillos en maleteros de coches. Aun estaba en las primeras etapas de sus estudios, pero sin duda este hombre se asemejaba a uno de ellos.

Entonces se fijo en el nombre, PAULANER, grabado con importancia en el pilar, justo cuando Kullen se acerco a el, llevando una bandeja con dos cervezas y dos cafes.

– De acuerdo, ?has decidido donde quieres sentarte?

– Este tipo, Paulaner, ?era un filosofo aleman?

Kullen sonrio.

– ?Un filosofo? Creo que no. Paulaner es el nombre de la fabrica de cerveza mas importante de Munich.

– Ah -dijo Grace, y se sintio muy idiota-. Vale.

Kullen senalo una mesa al borde del agua, donde un grupo de jovenes se levantaba, recogia sus mochilas y dejaba libres unos asientos.

– ?Te apetece sentarte alli?

– Perfecto.

Mientras caminaban hacia el lugar, Grace escudrino los rostros mesa tras mesa. Estaban atestadas de hombres y mujeres de todas las edades, desde adolescentes a ancianos, todos vestidos de manera informal, la mayoria con camisetas, camisas anchas o con el torso desnudo, con pantalones cortos o vaqueros, y casi todo el mundo con gafas de sol, gorras de beisbol y sombreros flexibles y de paja. Bebian jarras de cerveza Mass o media-Mass, comian platos de salchichas y patatas fritas, o costillas o trozos de queso del tamano de pelotas de tenis, o algo que parecian albondigas con sauerkraut.

?Era este el lugar donde Sandy habia estado hacia unos dias aquella misma semana? ?El lugar adonde venia regularmente, pasando por delante del pedestal con la estatua de bronce desnuda y el busto con barba en la fuente que anunciaba Paulaner, para sentarse a beber cerveza y mirar el lago?

?Y con quien?

?Un hombre nuevo? ?Amigos nuevos?

Y, si estaba viva, ?que ocurria en su mente? ?Que pensaba del pasado, de el, de su vida en comun, de todos los suenos y promesas y momentos que habian compartido?

Saco el mapa de Dick Pope y volvio a mirar el circulo borroso, para orientarse.

– ?Pa’ dentro!

Kullen, que ahora llevaba puestas unas gafas de aviador, habia levantado su jarra. Grace alzo la suya.

– Skol!

Negando con la cabeza amablemente, el aleman dijo:

– No, nosotros decimos: «Prost!».

– Prost! -replico Grace, y chocaron las jarras.

– Por que tengamos exito -dijo Kullen-. ?O quiza no sea lo que quieres, creo?

Grace solto una carcajada breve y amarga, preguntandose si el aleman tenia idea de lo cierto que era eso. Y casi como si esperara el momento justo, su movil pito dos veces.

Era un mensaje de Cleo.

Capitulo 57

El agente en periodo de prueba David Curtis y el sargento Bill Norris se bajaron del coche patrulla un poco mas arriba de la direccion que les habian indicado. Newman Villas era una calle residencial arquetipica de Hove con casas adosadas de estilo Victoriano. En su dia, fueron viviendas senoriales, con cuartos arriba para los criados, pero ahora estaban divididas en unidades mas pequenas. Una serie de tablones de agencias inmobiliarias ocupaban la calle, la mayoria anunciando pisos y habitaciones para alquilar.

La puerta del numero 17 parecia no haber visto una capa de pintura en un par de decadas, y la mayoria de

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