«Leia.» La palabra vibro en la mente de Grace. No le gustaba que la gente se refiriera a Sandy en pasado, como si estuviera muerta. Pero lo dejo pasar. El tambien utilizaba a menudo ese tiempo, inconscientemente. Sintiendose mas revitalizado de repente, dijo:

– Si, lee mucho, siempre ha leido mucho. Novela policiaca, negra, todo tipo de libros de misterio. Biografias tambien, le gustaba leer sobre mujeres exploradoras, en particular.

Kullen puso el coche en marcha y arranco.

– ?Como era esa frase hecha que decis en Inglaterra? ?Al mal tiempo buena cara?

Grace dio una palmadita a su amigo en el hombro.

– ?Buena memoria!

– Bueno, ahora iremos a la comisaria central. Alli llevan el registro de los desaparecidos. Tengo una amiga, Sabine Thomas, la Polizeirat encargada de este departamento. Se reunira con nosotros.

– Gracias -dijo Grace-. Es muy amable de su parte, un domingo.

Su optimismo anterior le habia abandonado y se sintio alicaido, al percatarse de nuevo de la enormidad de la tarea a la que se enfrentaba. Contemplo calles tranquilas, tiendas desiertas, coches, peatones. Sandy podia estar en cualquier parte. En una habitacion detras de cualquiera de estas fachadas, en cualquiera de estos coches, en cualquiera de estas calles. Y solo era una ciudad. ?En cuantos millones de pueblos y ciudades del mundo podia estar?

Encontro el boton en la puerta y bajo la ventanilla. El aire sofocante, humedo, le soplo en la cara. La estupidez que habia sentido antes, mientras regresaba a la mesa tras su persecucion infructuosa, habia desaparecido, pero ahora se sentia perdido.

De algun modo, tras la llamada de Dick Pope, habia tenido la sensacion de que lo unico que debia hacer era plantarse en el Englischer Garten y que alli encontraria a Sandy. Esperandolo. Como si, de algun modo, dejarse ver por Dick y Lesley Pope hubiera sido su forma sutil de enviarle el mensaje.

Que estupido era.

– Si quieres, de camino al despacho podemos pasar por Marienplatz. Es un pequeno rodeo. Podemos ir al Viktualienmarkt, es donde te dije que un ingles podria ir para encontrar comida.

– Si, gracias.

– Luego, vendras a mi casa y conoceras a mi familia.

Grace le sonrio, preguntandose si el aleman tenia idea de lo mucho que envidiaba la aparente normalidad de su vida. Luego, de repente, su movil sono. Grace miro la pantalla.

«Numero privado.»

Lo dejo sonar un par de veces mas, dudaba. Seguramente seria trabajo y no estaba de humor para hablar con ninguno de sus companeros ahora mismo. Pero era consciente de sus responsabilidades. Con el corazon apesadumbrado, pulso la tecla verde.

– ?Eh!

Era Glenn Branson.

– ?Que pasa?

– ?Donde estas?

– En Munich.

– ?En Munich? ?Aun estas ahi?

– Solo llevo unas horas.

– ?Que diablos haces ahi, de todas formas?

– Intento comprarte un caballo.

Hubo un largo silencio.

– ?Un que? -y luego-: Ah, ya lo pillo. Muy gracioso. Munich… Joder, tio. ?Has visto la peli esa Tren nocturno a Munich?

– No.

– Dirigida por Carol Reed.

– No la he visto. No es momento para hablar de cine.

– Si, bueno, la otra noche estabas viendo El tercer hombre. Tambien la dirigio el.

– ?Por eso me has llamado?

– No. -Iba a anadir algo, pero entonces Kullen se inclino hacia Grace, senalando un edificio bastante mediocre.

– Espera un momento. -Grace tapo el microfono.

– El Bierkeller del que echaron a Hitler, ?por no pagar la cuenta! -dijo-. ?Es un rumor! ?Sabes?

– Justo estoy pasando por el bareto de Hitler -informo Grace a Branson.

– ?Si? Bueno, pues sigue circulando. Tenemos un problema.

– Cuentame.

– Es grande. Enorme. ?De acuerdo?

– Soy todo oidos.

– Pareces contentillo. ?Has bebido?

– No -dijo Grace, espabilandose mentalmente-. Cuentame.

– Tenemos otro asesinato entre manos -dijo el sargento-. Presenta similitudes con el de Katie Bishop.

De repente, Roy Grace se irguio en el asiento, muy atento.

– ?Que similitudes?

– Una mujer joven, de nombre Sophie Harrington. Ha sido hallada muerta con una mascara antigas en la cara.

Un escalofrio recorrio la columna de Grace.

– Mierda. ?Que mas tienes?

– ?Que mas necesitas? Te lo estoy contando, tio, tienes que mover el culo hacia aqui.

– Esta la inspectora Murphy. Ella puede encargarse.

– Es tu suplente -dijo con desden.

– Si quieres llamarla asi… Para mi, es mi ayudante.

– ?Sabes lo que decian de la suplente de Greta Garbo?

Esforzandose para recordar cualquier pelicula que hubiera visto de la estrella del celuloide, Grace respondio con irritacion:

– No, ?que decian?

– La suplente de Greta Garbo puede hacer todo lo que hace Greta Garbo, excepto lo que sea que hace Greta Garbo.

– Muy halagador.

– ?Lo captas?

– Lo capto.

– En ese caso sube tu culo al primer avion de regreso aqui. Alison Vosper cree que te tiene bien cogido. A mi me importa un pito la politica, pero si me importas tu. Y te necesitamos.

– ?Te has acordado de echarle comida a Marlon? -pregunto Grace.

– ?Marlon?

– El pez.

– Mierda.

Capitulo 63

Cleo intento gritar, pero el sonido quedo atrapado en su garganta. Se resistio como una loca, intentando liberar sus brazos, la cara del hombre desdibujada a su ojos desenfocados. Ataco con la pierna y le dio una patada en la espinilla.

Entonces oyo su voz.

– ?Cleo!

Tranquila, quejumbrosa.

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