La manana del lunes comenzo para Roy Grace con una reunion en su despacho, a las siete y media, con la inspectora Kim Murphy, el inspector jefe Brendan Duigan, el coordinador de la Escena del Crimen Joe Tindall y Glenn Branson. Estaba volcando tanta responsabilidad en su amigo como le era posible para que se evadiera de sus problemas domesticos. Eleanor, su ayudante de apoyo a la gestion, tambien estaba presente. Duigan accedio a programar sus reuniones informativas de la manana y la tarde con media hora de diferencia respecto a las de Murphy, para que Grace pudiera presidir las dos, pero aquella manana las combinarian, para ofrecer a los dos equipos una perspectiva completa de los acontecimientos ocurridos hasta la fecha.
Poco antes de las ocho, Grace se tomo el segundo cafe de la manana. Al regresar a su despacho, descargo de su telefono movil las tres fotografias que habia tomado el dia anterior en el Englischer Garten de la alemana rubia y le escribio un e-mail a Dick Pope, que volvia hoy al trabajo:
Dick, ?es esta la mujer que tu y Lesley visteis en el Englischer Garten la semana pasada? Roy.
Luego comprobo las fotografias. Una imagen completa de su cara y una de cada perfil. Todas en un primer plano razonable. Las mando.
A continuacion, envio un e-mail rapido a Marcel Kullen con las mismas fotografias. Ya se las habia ensenado en la minuscula pantalla del movil, pero se verian con mayor claridad en el ordenador. Luego abrio el registro de incidencias y reviso lo sucedido durante la noche. Las noches de domingo solian ser tranquilas, salvo por las carreteras en verano, con los excursionistas cansados, y algunos bebidos, que regresaban a casa. Entre las decenas de incidentes que repaso, habia varios accidentes de trafico menores, algunos delitos callejeros, algun coche robado, un episodio de violencia domestica en Patcham, un atropello con fuga de un anciano, un atraco en un club de pesca y una pelea en un restaurante. Nada que pareciera inmediatamente relevante para las muertes de Katie Bishop o Sophie Harrington.
Envio algunos e-mails mas, luego recogio de Eleanor la agenda para la reunion de las ocho y media y recorrio los pasillos hasta la sala de juntas, donde el equipo combinado ascendia a mas de cuarenta personas.
Comenzo dando la bienvenida a todo el mundo y explicando, en particular para el equipo nuevo, la estructura de la investigacion. Les dijo que el estaria al frente de los dos casos y que la inspectora Kim Murphy seria la responsable de las pesquisas para el asesinato de Katie Bishop, mientras que el inspector jefe Duigan lo seria para el asesinato de Sophie Harrington. A continuacion, les informo de que pondria el video de la escena del crimen de Sophie Harrington y, luego, repasaria las dos investigaciones para poner al dia a todo el mundo.
Cuando el video termino, hubo un silencio breve, que se encargo de romper Norman Potting, sentado con los codos sobre la mesa y encorvado con su traje de lino color crema, arrugado y con lamparones.
– A mi me parece que estamos persiguiendo a un asesino al que le apestan los pies -gruno, y miro a su alrededor con una sonrisa amplia en la cara.
La unica persona que le devolvio el gesto fue Alfonso Zafferone. Pero no habia humor en la expresion del joven inspector; era mas bien una sonrisa de lastima.
– Gracias, Norman -dijo Grace con frialdad, enfadado con Potting por ser tan grosero e insensible. No queria apartarse del orden del dia que tenia delante, y que habia preparado cuidadosamente con Kim Murphy y su ayudante de apoyo a la gestion esa manana, pero decidio aprovechar el momento para poner a Norman en su lugar-. Tal vez quieras comenzar tu con las pruebas que respaldan esa afirmacion.
Potting se arreglo el nudo torpe de su corbata del club de criquet del condado de Sussex, que estaba tan ajada como su pelo; parecia bastante satisfecho de si mismo.
– Bueno, creo que he obtenido ciertos resultados en otra direccion. -Siguio ajustandose el nudo.
– Somos todo oidos -dijo Grace.
– ?Katie Bishop tenia una aventura! -anuncio el veterano sargento triunfalmente.
Y ahora cuarenta pares de ojos centraron toda su atencion en el.
– Como recordareis algunos -prosiguio Potting, consultando su libreta-, determine anteriormente que un BMW descapotable, registrado a nombre de la senora Bishop, fue grabado por una camara de seguridad. Fue en una gasolinera BP de la A27, a tres kilometros al este de Lewes, justo unos minutos antes de la medianoche del jueves pasado, la noche que murio -les recordo a todos innecesariamente-. Y despues identifique a la senora Bishop en las imagenes de la gasolinera. Luego, durante el examen del susodicho vehiculo en la residencia de los Bishop el viernes por la tarde, encontre un tique de aparcamiento de zona azul. La hora que figuraba en el era… -Volvio a consultar sus notas-. Las 17.11 de la tarde del jueves, emitido por una maquina en Southover Road, Lewes.
Hizo una pausa y se toco el nudo otra vez. Grace miro por la ventana. Fuera, el cielo estaba azul y despejado. El verano habia vuelto. Como si la tarde de ayer hubiera sido un fallo en el tiempo, como si alguien hubiera accionado la palanca equivocada.
– Llame a John Smith de la Unidad de Telecomunicaciones, aqui, en la central del Departamento de Investigacion Criminal, pues me debia un favor -continuo Potting-. Le hice venir ayer para que examinara el movil de la senora Bishop. Gracias a un numero de Lewes que encontramos almacenado en la memoria de marcacion rapida, pude identificar a un tal senor Barty Chancellor (un retratista de cierto prestigio internacional, tengo entendido) en una direccion en Southover Street, Lewes.
Ahora Potting parecia aun mas satisfecho de si mismo.
– Fui a interrogar al senor Chancellor a las cuatro de la tarde de ayer, en su casa, donde reconocio que el y la senora Bishop llevaban viendose alrededor de un ano. Estaba bastante afligido, puesto que habia leido la noticia de la muerte de la senora Bishop, y parecio alegrarse bastante -si ese es un termino correcto para definirlo- de poder desahogarse con alguien.
– ?Que te conto? -pregunto Grace.
– Parece que los Bishop no eran exactamente la pareja feliz que la pequena sociedad local creia que eran. Segun Chancellor, Bishop estaba obsesionado con el trabajo y nunca pasaba por casa. Parecia que no entendia que su mujer se sentia sola.
– Disculpa -le interrumpio Bella Moy, enfadada-. Norman, eso es tan tipico de un hombre que intenta justificar una aventura… «Oh, su marido no la comprende en absoluto, por eso se lanzo a mis brazos, ?es la verdad, jefe!» -La joven sargento miro a su alrededor, sonrojada-. Sinceramente, ?cuantas veces lo habeis oido? No siempre es el marido quien tiene la culpa. ?Hay muchas mujeres que son unas verdaderas putas!
– Dimelo a mi -dijo Potting-. Yo me case con tres.
– ?Bishop lo sabia? -los interrumpio Glenn Branson.
– Chancellor cree que no -contesto el sargento.
Grace, pensativamente, anoto el nombre en su libreta.
– Entonces ahora tenemos otro sospechoso potencial.
– Es un pintor bastante bueno. Tendria que serlo, vaya -dijo Potting-. Cobra entre cinco y veinte mil libras por cuadro. ?Por esa pasta me podria comprar un coche! O una casa, en el pais de mi nueva senora.
– ?Eso es relevante, Norman? -pregunto Grace.
– Estos artistas, algunos pueden ser bastante raritos, es lo que estoy pensando. Una vez lei que Picasso aun follaba a los noventa.
– Oh, es pintor, asi que tiene que ser un pervertido. ?Es eso lo que estas diciendo? -Hoy Bella Moy estaba de muy malhumor con Potting-. Asi que debio de ponerle una mascara antigas a Katie Bishop en la cabeza y estrangularla, ?no? ?Por que no dejamos de perder el tiempo, entonces? Vayamos a la fiscalia con nuestras pruebas, consigamos una orden de detencion para Chancellor y acabemos con esto.
– ?Bella! -dijo Grace con firmeza-. ?Ya basta, gracias!
La mujer miro a Potting, sonrojada. Grace se pregunto por un momento si su hostilidad hacia el sargento tenia algo profundamente arraigado detras. ?Habian sido pareja alguna vez? Lo dudaba, mirandolos ahora, contrastando al veterano viejo y feo con la morena divorciada lozana y atractiva de treinta y cinco anos. Imposible.
– Entonces ?has descubierto algo en su casa que indique que podria tener unos gustos sexuales extranos? - pregunto Kim Murphy-. ?Alguna mascara antigas colgada en la pared? ?O en alguno de sus cuadros?
– Tenia un par de desnudos atrevidos en las paredes, ?te lo digo yo! No eran el tipo de cuadros que a tu anciana madre le gustaria contemplar. Y dijo algo muy interesante: estuvo con la senora Bishop el jueves por la noche. Hasta casi medianoche.
– Tenemos que traerle para interrogarle, cuanto antes -dijo Grace.
– Va a venir a las diez.