– Bien. ?Quien estara contigo?

– El inspector Nicholl.

Grace miro a Nick Nicholl. El joven padre primerizo estaba reprimiendo un bostezo y apenas podia mantener los ojos abiertos. Era evidente que su bebe le habia dado otra mala noche. No queria que un zombi privado de sueno interrogara a un testigo tan importante. Miro a Zafferone. Por mucho que le desagradara aquel joven gallito, seria perfecto, penso. Su arrogancia sentaria mal a cualquiera y, en particular, a un artista sensible. Y, a menudo, la mejor forma de conseguir algo de un testigo era hacer que perdiera los estribos.

– No -dijo Grace-. El agente Zafferone lo interrogara contigo. -Bajo la mirada al orden del dia y luego miro a Joe Tindall, el hombre de treinta y siete anos, con la cabeza rapada, un hilito de barba y gafas de cristales azules-. De acuerdo -dijo formalmente-. Ahora escucharemos el informe del coordinador de la Escena del Crimen.

– En primer lugar -los informo Joe Tindall-, estoy a la espera de que Huntington nos envie esta tarde los resultados de ADN del semen hallado en la vagina de la senora Bishop. -Consulto sus notas-. Esta manana vamos a mandar al laboratorio varios objetos del piso de la senorita Harrington. Entre ellos, se incluye una pequena muestra de carne extraida de la una de su dedo gordo derecho y una mascara antigas hallada en la cara de la victima, de tipo y fabricacion similares a la encontrada en casa de la senora Bishop.

Bebio un trago de agua de un botellin.

– Tambien vamos a mandar fibras de ropa recuperadas en el piso de la senorita Harrington y muestras de sangre. Creemos que las muestras de sangre pueden ser relevantes. Las sacamos de unas manchas en la pared justo encima de donde se hallo a la victima, algo que no concuerda con las heridas que presentaba la mujer. Asi que puede ser sangre del asesino. -Hizo una pausa, miro sus notas-. Todas las huellas dactilares encontradas en ambas escenas hasta la fecha han sido eliminadas de nuestras pesquisas, lo que indicaria que el asesino de las dos mujeres o bien llevaba guantes -que es lo mas probable- o las limpio. No obstante, utilizando potenciadores quimicos hemos hallado pisadas en las baldosas del suelo del bano que hemos determinado que no son de la victima. Las analizaremos para encontrar el tipo de calzado.

A continuacion, la agente Pamela Buckley, una mujer dura de ojos penetrantes, informo que habia comprobado todos los servicios de urgencias de los hospitales de la zona -Sussex County, Eastbourne, Worthing y Haywards Heath- para localizar a personas que hubieran acudido a ellos con heridas en una mano.

– Nos enfrentamos a la confidencialidad medico-paciente -dijo con algo mas que sarcasmo en la voz.

Luego leyo la lista de tipos de herida en la mano que se habian tratado en cada hospital, sin los nombres de los pacientes.

Ninguna coincidia con las que Grace habia observado en la mano de Brian Bishop y ningun miembro del personal medico interrogado por Buckley identifico a Bishop por la fotografia que les mostro.

Entonces el sargento Guy Batchelor expuso su informe. El agente alto y corpulento hablo con su formalidad habitual.

– Bueno -dijo-, creo que tengo algo bastante interesante. -Hizo un gesto de reconocimiento hacia Norman Potting con la cabeza-. Norman hizo bien en pedirle a su colega John Smith de la Unidad de Telecomunicaciones que sacrificara su domingo. John se quedo a examinar el movil que recogimos del piso de Sophie Harrington.

Hizo una pausa para beber un sorbo de cafe del vaso grande de carton del Starbucks y alzo la vista con una sonrisa.

– El ultimo numero que marco la senorita Harrington, segun la informacion recuperada de su telefono, es el… -hizo una pausa para leer sus notas- 07985 541298. Asi que he comprobado el numero. -Miro a Roy Grace directa y triunfalmente a los ojos-. Es el movil de Brian Bishop.

Capitulo 70

Dicen que la receta para tener exito en la vida es 1% de inspiracion y un 99% de sudor. La parte que no cuentan cuando emprendes un negocio nuevo es el dinero que tienes que reunir. Necesitas el abogado y los contables para montar la empresa, el agente de patentes para presentar por ti el copyright sobre tu software, la empresa de diseno para crear tu logotipo y tu imagen corporativa, y el packaging para tu producto, que es necesario tener si quieres ser una marca global y, por supuesto, abrir una pagina web. Ademas, necesitas un despacho, muebles, telefonos, fax y una secretaria. Nada de esto sale barato. Doce meses despues de tener mi GRAN IDEA, habia invertido mas de cien mil libras y todavia no estaba listo para «rockanrolear».

Pero estaba cerca.

Habia hipotecado mi casa, habia vendido todo lo que pude vender y, por si fuera poco, el director de una entidad bancaria que creyo en mi me habia concedido un prestamo mayor del que debiera. Como dice la frase, habia puesto toda la carne en el asador.

Leia todas las paginas de economia de los periodicos y me suscribi a las revistas comerciales de todos los negocios a los que queria dirigirme. Asi que imaginen mi consternacion cuando un dia abri un suplemento del Financial Times y vi un articulo sobre mi negocio escrito por un periodista llamado Gautam Malkani.

Era un calco de todo lo que yo habia planeado hacer. Y ya estaba montado y funcionando.

Y mi fotografia me miraba a los ojos desde la pagina rosa.

Salvo que el nombre de la empresa era distinto del que yo habia elegido.

Y el nombre que figuraba debajo de mi fotografia era el nombre de otra persona, un tipo del que nunca habia oido hablar.

Capitulo 71

Marija Djapic introdujo el codigo de entrada y accedio a traves de la verja de hierro forjado. Eran las nueve de la manana pasadas y llegaba un poco mas tarde de lo habitual, por culpa de su hija. Vio al hombre de inmediato, apostado delante de la puerta del numero 5, como si llevara esperando un rato.

Cruzo el patio adoquinado a grandes zancadas, resoplando por el esfuerzo de la larga caminata hasta aqui, que se hacia peor por el peso de la bolsa que cargaba a todas partes, con su ropa de trabajo, zapatos, comida y una bebida. Y sudaba profusamente por el calor. Ademas, estaba de un humor de perros despues de pelearse otra vez con Danica. ?Quien era ese hombre? ?Que queria de ella? ?Era de otra de las agencias de cobro a morosos a las que debia dinero de la tarjeta de credito?

La mujer serbia de treinta y cinco anos iba caminando a todas partes, para ahorrar dinero en el billete del autobus. Podia llegar a pie a todas las casas donde trabajaba en menos de una hora desde el piso de proteccion oficial en Whitehawk que compartia con su prima donna escandalosa de catorce anos. Practicamente cada penique luchado y sudado que ganaba lo destinaba a adquirir para Danica lo mejor que podia permitirse en su nueva vida aqui en Inglaterra. Intentaba comprar comida decente, asegurarse de que tuviera la ropa que queria -bueno, casi toda, en cualquier caso-. Asi como todas las cosas que necesitaba para no ser menos que sus amigos: un ordenador, un telefono movil y, por su cumpleanos hacia dos semanas, un iPod.

?Y su recompensa era que la nina llegara a casa a las cuatro y diez de la madrugada! Con el maquillaje todo corrido y las pupilas dilatadas.

Y ahora este hombre de aspecto adulador estaba junto a la puerta, sin duda esperando a quitarle de las manos el dinero que le habrian dejado en la mesa de la cocina. Lo miro con cautela mientras rebuscaba en el bolso las llaves de la casa de Cleo Morey. Era alto, con el pelo castano peinado hacia atras, guapo, tenia un fisico que le recordo a un actor de cine cuyo nombre no le venia a la cabeza. Vestia bastante respetablemente, con una camisa blanca y una corbata sencilla, pantalones azules, zapatos negros y una chaqueta de algodon azul oscuro que parecia alguna clase de uniforme, con una insignia cosida en el bolsillo de la pechera.

Marija miro con cautela a su alrededor en busca de algun signo de vida en otra parte del patio y, aliviada, vio a una mujer joven con unos pantalones cortos y un top de lycra que habia abierto una puerta y sacaba una bicicleta de montana un par de casas mas abajo. Envalentonada, introdujo la llave en la cerradura y la giro.

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