– Por supuesto. -Branson se encogio de hombros-. ?Quien mas podia ser?
Centraron su atencion en lo que le contarian a Lloyd exactamente y que le ocultarian por ahora. Luego los cuatro salieron del edificio y fueron deprisa al supermercado ASDA, tomando un atajo por entre los arbustos de la parte de atras, para cenar un sandwich rapido.
Diez minutos despues, volvieron a cruzar la calle. Branson y Nicholl entraron por la verja lateral y subieron al bloque de detencion. Dentro, se dirigieron a una sala de interrogatorios, donde explicarian resumidamente al abogado de Bishop el contexto del caso y por que habian detenido al hombre, sin que Bishop estuviera presente. Luego el sospechoso tambien entraria en la sala, para iniciar el interrogatorio.
Jane Paxton y Grace volvieron a sus respectivos despachos. Grace tenia pensado utilizar la siguiente media hora para poner al dia algunos e-mails. Se sento a su mesa y llamo a Cleo, y descubrio que todavia estaba trabajando en el deposito.
– ?Eh! -dijo ella, parecia contenta de escuchar su voz.
– ?Como estas? -dijo el.
– Destrozada. Pero me alegro de que hayas llamado.
– Me gusta tu voz cuando estas cansada. Se te pone como ronca… ?Es dulce!
– No pensarias eso si me vieras. Me siento como si tuviera cien anos. ?Y tu? ?Que tal?
La puso al dia brevemente, le dijo que no terminaria hasta medianoche mas o menos y le pregunto si queria que se pasara a verla despues.
– Me encantaria verte, carino, pero en cuanto salga de aqui me voy a meter en la banera y luego me quedare frita. ?Por que no vienes manana?
– ?Me gusta el plan!
– ?Estas comiendo bien? -le pregunto Cleo, poniendose maternal de repente-. ?Has cenado?
– Mas o menos -dijo el con una evasiva.
– ?Unos fideos del ASDA?
– Un sandwich -confeso.
– ?Eso no es saludable! ?Un sandwich de que?
– De ternera.
– Dios santo, Roy. ?Carne grasa e hidratos de carbono!
– Tenia una hoja de lechuga.
– Ah, bueno, entonces no pasa nada -dijo ella sarcasticamente. Luego la voz le cambio-. ?Puedes esperar un segundo? Hay alguien fuera. -Sonaba preocupada.
– ?Con quien estas?
– Con nadie, estoy sola. Darren y Walter entraron a las cuatro de la manana, los pobres. Los he mandado a casa hace un rato. Voy a mirar, ?vale? Ahora te llamo.
La linea enmudecio.
Capitulo 86
Esta manana he recibido una carta de un tipo llamado Lawrence Abramson de un bufete de abogados de Londres llamado Harbottle y Lewis. Es una carta muy desagradable.
Hace poco escribi al hombre que es identico a mi, el que monto esa empresa, sugiriendole que, como la idea habia sido mia -y dispongo de toda la documentacion de mi agente de patentes, el senor Christopher Pett de Frank B. Dehn e Hijo, para demostrarlo-, debia pagarme unos royalties sobre sus beneficios.
El senor Abramson me amenaza con solicitar una orden judicial contra mi si vuelvo a ponerme en contacto con su cliente.
Estoy muy enfadado.
Capitulo 87
Parecia que Leighton Lloyd habia tenido un dia complicado. Rezumando un olor tenue a tabaco, estaba sentado en la sala de interrogatorios sin ventanas, mal ventilada y cerrada, vestido con un traje caro pero arrugado, camisa color crema y corbata de seda elegante. Un maletin de piel muy ajado, del que saco una libreta negra tamano DIN-A4 de rayas, descansaba en el suelo a su lado.
Lloyd era un hombre enjuto y nervudo, con el pelo muy corto y un rostro vigilante y rapaz que a Branson le recordo un poco al actor Robert Carlyle cuando interpreto al malo de la pelicula de James Bond El mundo nunca es suficiente. A Branson le encantaba adjudicar a todos los abogados la cara de un malo del cine, descubrio que le ayudaba a evitar la sensacion de intimidacion que producian en el, en particular cuando los defensores le interrogaban en un juicio.
Muchos policias se llevaban bien con los abogados. Se lo tomaban con calma, diciendose que todo era un juego que a veces se ganaba y a veces se perdia. Pero para Branson el tema era mas personal. Sabia que los penalistas solo hacian su trabajo y que representaban una parte importante de las libertades de la nacion britanica. Pero durante casi una decada antes de entrar en la policia, estuvo empleado varias noches a la semana como portero de discoteca en esta ciudad. Habia visto y se habia peleado con casi toda la escoria imaginable, desde borrachos fanfarrones a gansteres horribles y algunos delincuentes muy listos. Sentia la enorme obligacion de intentar que esta ciudad fuera un lugar mejor para sus hijos que cuando el era pequeno. Esa era su queja hacia el hombre que tenia sentado delante ahora mismo, enfundado en su traje hecho a mano y sus mocasines negros con borlas, con su enorme BMW aparcado fuera y, sin duda, una casa apartada y ostentosa en alguna de las calles mas pijas de Hove, todo pagado con los abundantes ingresos recibidos por sacar a cabrones de la carcel y devolverlos a las calles.
Branson no estaba de mejor humor despues de discutir acaloradamente por el movil con su mujer Ari, mientras caminaba hacia el bloque de detencion. Habia llamado para dar las buenas noches a los ninos y ella le senalo mordazmente que ya llevaban dormidos un buen rato. Y la respuesta de el -que no era muy divertido estar a las nueve de la noche trabajando todavia- fue recibida con un torrente de sarcasmo. Luego la conversacion degenero en una batalla de gritos y termino cuando Ari le colgo el telefono.
Nick Nicholl cerro la puerta, acerco una silla al lado de Branson y se sento. Lloyd se habia situado a la cabecera de la mesa, como si preparara el escenario para hacerse valer desde el principio.
El abogado anoto algo en su libreta negra con un boligrafo de punta fina.
– Bueno, caballeros, ?que informacion tienen para mi? -Hablaba con voz rapida y cortada, con un tono educado pero firme. Encima de ellos, un aparato de aire acondicionado comenzo a bombear aire frio ruidosamente.
Lloyd ponia nervioso a Branson. El sargento podia lidiar con la fuerza bruta, ningun problema, pero los cerebros astutos siempre le incomodaban. Y Lloyd estaba observando a todo el mundo con una expresion inescrutable e impenetrable. Hablaba despacio, articulando cada palabra como si se dirigiera a un nino pequeno, pensando muy detenidamente lo que iba a decir a continuacion.
– Hemos hablado con el senor Bishop a lo largo de los ultimos cuatro dias. En estas circunstancias es normal, como comprendera, para obtener informacion sobre el y su esposa. Nos han llegado ciertos datos que abordaremos durante el interrogatorio, relativos a sus movimientos y paradero en torno a la hora del asesinato.
– Bien -dijo Leighton Lloyd, un tanto impaciente, como para marcar que no estaba alli para escuchar palabrerias-. ?Puedo saber por que han detenido a mi cliente?
Entonces Branson le entrego el documento de informacion previa al interrogatorio que habian preparado.
– Si quiere leer esto, podemos repasar cualquier pregunta que tenga.
Lloyd alargo la mano por la mesa y cogio el informe breve, un unico folio DIN-A4, y lo leyo en silencio. Luego leyo partes en voz alta.
– «Posible estrangulamiento por atadura, sujeto a mas analisis forenses…» «Disponemos de ciertas pruebas