– Gracias por venir -dijo Bishop.

El abogado sonrio comprensivamente, y el hombre se gano al instante su simpatia, aunque Bishop sabia que, en estos momentos, seguramente hasta Atila el Huno se habria ganado su simpatia si hubiera dicho que habia acudido en su ayuda.

– Es mi trabajo -dijo Lloyd-. Bueno, digame, ?le han tratado bien?

– No tengo mucho con que compararlo -dijo Bishop, intentando dar un toque de humor que paso desapercibido al abogado-. En realidad, estoy muy enfadado por una cosa. Me han quitado las gafas de leer.

– Es normal, me temo.

– Ah, genial. Entonces si llevara lentillas podria conservarlas, pero como he elegido ponerme gafas, resulta que no puedo leer nada.

– Hare lo que pueda para que se las devuelvan pronto. -Lo anoto en su libreta-. Bien, senor Bishop, soy consciente de que es tarde y esta cansado. La policia quiere realizar un interrogatorio esta noche, intentaremos que sea lo mas breve posible, luego continuaran manana por la manana.

– ?Cuanto tiempo voy a estar aqui? ?Puede sacarme bajo fianza?

– Solo puedo solicitar una fianza si presentan cargos. La policia tiene derecho a retenerlo durante veinticuatro horas sin acusarle de nada y puede conseguir una ampliacion de doce horas mas. Despues tienen que ponerle en libertad, presentar cargos o solicitar mas tiempo al juez.

– Entonces, ?podria estar aqui hasta el miercoles por la manana?

– Si, eso me temo.

Bishop se quedo callado.

Lloyd levanto una hoja.

– Esto se llama documento de informacion previa al interrogatorio. Es un resumen de los datos que la policia esta dispuesta a darnos en este momento. Si tiene problemas para leerlo, ?quiere que se lo lea yo?

Bishop asintio. Se sentia enfermo y tan exhausto que ni siquiera tenia animo para hablar.

El abogado leyo el contenido y luego siguio hablando para ponerle al corriente de la poca informacion mas que habia conseguido del sargento Branson.

– ?Todo claro? -pregunto a Bishop cuando acabo.

Bishop asintio de nuevo. Escuchar las palabras lo empeoraba todo. Se hundieron como piedras oscuras en lo mas profundo de su alma. Y su pesimismo se acentuo aun mas. Se sentia como si estuviera sentado en el fondo del pozo mas hondo del mundo.

Durante los minutos siguientes, el abogado informo a Bishop sobre las preguntas que seguramente le formularian en el primer interrogatorio y sobre como debia contestar. Le dijo que fuera laconico y que se mostrara amable, pero que diera respuestas cortas. Si habia alguna pregunta que alguno de los dos encontraba inapropiada, el abogado intervendria. Tambien le pregunto a Bishop por su salud, si se sentia capaz de soportar la terrible experiencia que le esperaba o si necesitaba ver a un medico o tomar alguna medicacion. Bishop le dijo que se encontraba bien.

– Tengo una ultima pregunta -dijo Leighton Lloyd-. ?Asesino usted a su esposa?

– No. Claro que no. Que ridiculez. Yo la queria. ?Por que iba a matarla? No, no lo hice, no lo hice, de verdad. Tiene que creerme. No se lo que esta pasando.

El abogado sonrio.

– De acuerdo. Con eso me basta.

Capitulo 90

Mientras Grace cruzaba el asfalto que separaba la entrada trasera de Sussex House del centro de detencion, pasando por delante de una hilera de cubos de basura, una sombra nublaba su mente. Llevaba el movil pegado a la oreja y el nudo de angustia en la garganta se tensaba cada vez mas. La preocupacion le secaba la boca. Ya habian pasado veinte minutos. ?Por que no llamaba? Se quedo escuchando mientras el movil de Cleo saltaba otra vez directamente al buzon de voz; luego marco el numero del deposito. Como antes, la llamada paso al contestador al cuarto tono. Penso en subirse a un coche y plantarse alli, pero seria una irresponsabilidad. Tenia que estar aqui, supervisando el interrogatorio.

Asi que telefoneo al centro de recursos y explico al controlador quien era y que preocupacion tenia. Para su alivio, el hombre le contesto que en estos momentos habia una unidad por esa zona, asi que podian mandarla al deposito enseguida. Grace le pregunto si podia volver a llamarle o que lo hiciera alguno de los agentes del coche patrulla cuando llegaran al lugar, para informarle de la situacion.

Tenia un mal presentimiento. Muy malo. Aunque sabia que Cleo siempre cerraba con llave las puertas del deposito, y que habia camaras de seguridad, no le gustaba que estuviera sola alli de noche. En particular despues de lo que habia ocurrido ayer.

Entonces, tras acercar la tarjeta de seguridad al ojo gris interflex junto a la puerta, entro en el centro de detencion, paso por delante del poste central, donde, como siempre, estaban fichando a algun delincuente triste -este un joven rasta delgaducho con una camiseta sucia, pantalones de camuflaje y sandalias- que era conducido por la puerta interna de seguridad y las escaleras hasta el primer piso.

Jane Paxton ya estaba sentada en la pequena sala de observacion, delante de un monitor, que estaba encendido pero sin imagen. Tanto el video como el audio estarian apagados, para que Brian Bishop pudiera hablar en privado con su abogado, hasta que comenzara formalmente el interrogatorio. Habia tenido la amabilidad de llevar dos botellines de agua. Grace dejo su libreta en la mesa delante de la silla vacia, luego fue a la pequena cocina al final del pasillo y se preparo una taza de cafe bien cargado. Era una lata grande de una marca barata que parecia llevar alli un buen tiempo y olia a rancio. Algun imbecil habia dejado la leche fuera y se habia echado a perder, asi que se tomaria el cafe solo.

Al entrar en la sala dijo:

– No querias te o cafe, ?verdad?

– No tomo nunca -dijo ella remilgadamente, con una debil reprimenda en la voz, como si acabara de ofrecerle alguna droga de primera clase.

Mientras dejaba la taza en la mesa, el altavoz crujio y el monitor cobro vida. Ahora podia ver a los cuatro hombres en la sala de interrogatorios: Branson, Nicholl, Bishop y Lloyd. Tres de ellos se habian quitado la chaqueta. Los dos inspectores llevaban corbata, pero se habian remangado la camisa.

En la sala de observacion, podian elegir entre dos camaras, y Grace encendio la que le ofrecia la mejor imagen de la cara de Bishop.

Dirigiendose al hombre, mirando de vez en cuando a su abogado, Glenn Branson comenzo con la formula estandar para todas las sesiones de interrogatorio con los sospechosos:

– Este interrogatorio esta siendo grabado en video y audio y puede ser monitorizado a distancia.

Grace vio que miraba breve y atrevidamente hacia arriba.

Branson volvio a leer sus derechos a Bishop, que asintio con la cabeza.

– Son las 22.15 de la noche del lunes 7 de agosto -continuo-. Soy el sargento Branson. ?Puede cada uno de ustedes identificarse para que conste en la grabacion?

Brian Bishop, Leighton Lloyd y el inspector Nicholl se presentaron. Cuando acabaron, Branson prosiguio:

– Senor Bishop, ?puede relatarnos, con el maximo detalle posible, sus movimientos durante las veinticuatro horas previas al momento en que el inspector Nicholl y yo fuimos a verle al club de golf North Brighton el viernes por la manana?

Grace observo atentamente mientras Brian Bishop daba su version. A modo de introduccion, declaro que, por lo general, iba en tren a Londres los lunes por la manana temprano, pasaba la semana solo en su piso de Notting Hill, trabajando hasta tarde, a menudo con reuniones hasta ultima hora, y regresaba a Brighton los viernes por la tarde para pasar el fin de semana. La semana pasada, dijo, como tenia un torneo de golf que comenzaba a primera hora del viernes, como parte de las celebraciones del centenario del club, habia ido en coche a Londres el domingo por la noche para tenerlo alli y poder ir directamente al club de golf el viernes por la manana.

Grace anoto en su libreta esta excepcion en la rutina de Bishop.

Bishop relato su dia en el trabajo, en las oficinas de su empresa, International Rostenng Solutions PLC, en

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