Hanover Square, donde estuvo hasta la noche, cuando fue caminando hasta Piccadilly para cenar con su asesor financiero, Phil Taylor, en un restaurante llamado Wolseley.
Phil Taylor, explico, se encargaba de su declaracion anual de impuestos. Despues de la cena, se marcho del restaurante y fue a su piso, un poco mas tarde de lo que habia programado y tras beber mas de la cuenta. Durmio mal, conto, en parte por culpa de los dos expresos largos y el brandy que habia tomado y, en parte, porque le preocupaba quedarse dormido y llegar tarde al club de golf a la manana siguiente.
Cinendose rigidamente a su guion, Branson repaso el relato, preguntando por detalles especificos aqui y alli, en particular sobre los relativos a la gente con la que habia hablado durante el dia. Le pregunto si recordaba haber hablado con su mujer y Bishop contesto que si, sobre las dos de la tarde, cuando Katie lo llamo para comentar la compra de unas plantas para el jardin, ya que Bishop planeaba dar una recepcion en el jardin para su comite ejecutivo un domingo a principios de septiembre.
Bishop anadio que cuando llego a casa despues de cenar con Phil Taylor telefoneo a British Telecom para solicitar una llamada despertador a las cinco y media de la manana.
Mientras Grace anotaba aquel dato, le sono el movil. Era un policia de voz joven que se presento como el agente David Curtis; le comento que se encontraba delante del deposito de cadaveres de Brighton y Hove, que las luces de las instalaciones estaban apagadas y que todo parecia tranquilo y en orden.
Grace salio de la sala y le pregunto si veia un MG deportivo azul aparcado fuera. El agente Curtis le dijo que el area de estacionamiento estaba vacia.
Grace le dio las gracias y colgo. Al instante marco el numero de casa de Cleo, que contesto al segundo tono.
– ?Hola! -dijo con alegria-. ?Como va?
– ?Estas bien? -le pregunto el, increiblemente aliviado de escuchar su voz.
– ?Yo? ?Genial! ?Tengo una copa de vino en la mano y estoy a punto de meterme en la banera! -dijo adormilada-. ?Tu como estas?
– He estado preocupadisimo.
– ?Por que?
– ?Por que? ?Dios mio! ?Me has dicho que habia alguien por fuera del deposito! ?Ibas a llamarme enseguida! Yo… Creia…
– Solo eran un par de borrachos -dijo-. Buscaban el cementerio de Woodvale… Decian que iban a presentarle sus respetos a su madre.
– ?No me hagas esto! -dijo Grace.
– ?El que? -pregunto ella, todo inocencia.
El sacudio la cabeza, aliviado y sonriendo.
– Tengo que volver a entrar.
– Claro que si. Eres el inspector principal de un caso importante.
– Que graciosa, me meo.
– Como yo, al llegar a casa. Voy a darme un bano. ?Buenas noches!
Grace volvio a entrar en la sala de observacion, sonriendo, exasperado y aliviado.
– ?Me he perdido algo? -le pregunto a Jane Paxton.
Ella nego con la cabeza.
– El sargento Branson es bueno -dijo.
– Diselo despues. Necesita que lo animen. Tiene el ego por los suelos.
– ?Que os pasa a los hombres con el ego? -le pregunto ella.
Grace le miro la cabeza, que asomaba por la tienda de campana de su blusa, la papada y el pelo lacio, y luego la alianza y el solitario que lucia en el dedo rechoncho.
– ?Tu marido no tiene ego?
– Pobre de el.
Capitulo 91
El Multimillonario de Tiempo lo sabia todo sobre los antidepresivos. Pero nunca habia tomado ninguno. No le hacia falta. Bueno, ?quien los necesitaba cuando podias llegar a casa un lunes por la noche y ver que el cartero te habia dejado en el felpudo el manual de taller de un deportivo MG TF del 2005 que habias pedido el sabado?
Este modelo se fabrico el ultimo ano antes de que MG dejara de producir y fuera comprada por una empresa china. Era el modelo que conducia Cleo Morey. Azul marino. Y ahora llevaba la cubierta dura azul a juego, a pesar del calor sofocante, porque algun capullo habia rajado la capota de tela con un cuchillo. ?Que hijo de puta! ?Que mamon! ?Que gamberro de mierda!
?Y era martes por la manana! ?Uno de los dias que la mujer de la limpieza estupida y grunona con la hija desagradecida no iba a la casa! Se lo habia dicho ella misma, ayer.
Y lo mejor de todo, habian detenido a Brian Bishop. El Argus lo anunciaba a toda plana en su edicion matinal. ?Lo anunciaba la radio local! Seguro que saldria en el telediario local. ?Tal vez incluso en el nacional! ?Fantastico! ?Todo marchaba sobre ruedas! ?Como las ruedas de un coche! ?El coche de Cleo Morey!
Ella tenia el mejor de la gama, el TF 160, con su motor con control de valvula variable. Lo estaba escuchando ahora, 1,8 litros acelerando dulcemente en el aire fresco de primera hora de la manana. Las ocho. La chica trabajaba mucho, eso tenia que reconocerselo.
Ahora salia del sitio donde tenia aparcado el coche y subia la calle, manteniendo demasiado rato la primera, pero quiza le gustara el ronroneo del tubo de escape.
Cruzar la verja delantera del patio de la urbanizacion donde vivia Cleo Morey fue sencillo. Solo eran cuatro numeros en un panel tactil. Los habia descifrado facilmente observando con unos prismaticos, desde la comodidad de su coche, a otros residentes que regresaban a casa.
El patio estaba vacio. Si algun vecino curioso miraba desde detras de las persianas, veria al mismo hombre de ayer pulcramente vestido con su tablilla sujetapapeles y el emblema de Seeboard en el bolsillo de la chaqueta, asi que supondria que iba a comprobar de nuevo el contador. O algo asi.
La llave nueva giro con dulzura en la cerradura. ?Gracias a Dios! Entro en un area grande y abierta en la planta baja y cerro la puerta tras el. El silencio olia a cera para muebles y granos de cafe recien molidos. Oyo el zumbido debil de un frigorifico.
Miro a su alrededor, asimilandolo todo, algo que no habia tenido tiempo de hacer ayer, con la mujer malhumorada pegada a el. Vio paredes color crema con cuadros abstractos que no comprendio. Alfombras modernas extendidas por el suelo reluciente de roble. Dos sofas rojos, muebles negros lacados, un televisor grande, un equipo de musica caro. Un ejemplar de la revista Sussex Life sobre una mesa auxiliar. Y velas apagadas. Muchas. Decenas, en candelabros de plata, en cuencos de cristal opaco, en jarrones. ?Era una fanatica religiosa? ?Celebraba misas negras? Otra buena razon por la que tenia que morir. ?A Dios le alegraria deshacerse de ella!
Entonces vio la pecera cuadrada sobre una mesita de cafe, con un pez de colores nadando alrededor de lo que parecian los restos de un templo griego en miniatura.
– Hay que liberarte -dijo el Multimillonario de Tiempo-. Esta mal tener a los animales encerrados.
Camino hasta una hilera de estantes que iban del suelo al techo. Vio Brighton rock, de Graham Greene. Luego una novela de James Herbert,
– ?Vaya! -dijo en voz alta-. ?Tenemos el mismo gusto literario! ?Que pena que nunca tengamos la oportunidad de hablar de libros! ?Sabes?, en otras circunstancias tu y yo tal vez habriamos sido buenos amigos.
Entonces abrio el cajon de una mesa. Contenia gomas elasticas, un fajo de tiques de aparcamiento, un mando roto para abrir la puerta del garaje, una pila solitaria, sobres. Hurgo entre las cosas, pero no encontro lo que buscaba. Lo cerro. Luego miro a su alrededor, abrio dos cajones mas y volvio a cerrarlos, sin suerte. Los cajones de la cocina tampoco aportaron nada.
Aun le dolia la mano. Le escocia todo el tiempo, cada vez era peor, a pesar de las pastillas. Y le dolia la cabeza. Notaba pinchazos constantemente y tenia un poco de fiebre, pero podia soportarlo.