Pero no podia borrar la carita feucha de Janet McWhirter de su cabeza. Era una persona de lo mas agradable y servicial. ?Por que iba alguien a matarla? ?Un atracador? ?Un violador? ?Algo relacionado con su trabajo?
Meditando sobre ello, penso para si: «Trabaja para la Policia de Sussex durante quince anos, gran parte de ellos en el DDI, se enamora de un hombre y cambia de profesion, de estilo de vida. Se va. Luego muere».
Grace creia firmemente en examinar primero lo mas obvio. Sabia por donde comenzaria, si el investigador jefe del caso fuera el. Pero en estos momentos, la muerte de Janet McWhirter, aunque profundamente espantosa y triste, no era problema suyo.
O eso creia.
Capitulo 93
– ?Jodeeer, tio! ?Apaga esa puta mierda, cono! ?Lleva sonando toda la puta manana! ?Es que no puedes contestar, joder?
Skunk abrio un ojo, lo notaba como si se lo hubieran golpeado con un martillo. La cabeza tambien. Era como si alguien le serrara el cerebro con un cortador de queso. Y toda la autocaravana parecia balancearse como una barquita en una tormenta.
Pi-pi-piiiii-brrrrrrr-pi-pi-piiiii-brrrrrr-pi-pi-piiiii-brrrrr. Su telefono, se percato, se deslizaba por el suelo, vibrando, iluminandose, sonando.
– ?Contesta tu, capullo! -farfullo a su ultimo huesped inoportuno, un mierda que habia encontrado en un agujero a primera hora de la manana y que le habia gorreado la cama por una noche-. ?Esto no es el puto Hilton! No tenemos servicio de habitaciones las veinticuatro horas.
– Si contesto te lo voy a enchufar directamente por el culo, chaval, tan adentro que tendras que meterte los dedos hasta las amigdalas para recuperarlo.
Skunk abrio tambien el otro ojo, pero volvio a cerrarlo cuando el sol cegador de la manana se lo agujereo, atravesandole el cerebro y la parte de atras del craneo, penetrando hasta el nucleo de la Tierra, clavandole la cabeza en la almohada empapada, llena de bultos, como un alfiler insertado en una mosca. Cerro el ojo y se esforzo por incorporarse, un gesto que fue recibido con un golpe fuerte en la cabeza contra el techo inclinado.
– ?Joder! ?Mierda!
?Esa era la gratitud que obtenia por permitir que cabrones inutiles de mierda sobaran en su casa! Bien despierto ahora, a punto de vomitar, alargo un brazo que parecia totalmente desligado del resto de su cuerpo, como si alguien se lo hubiera cosido al hombro durante la noche. Los dedos entumecidos toquetearon el suelo hasta que encontro el telefono.
Lo levanto -le temblaba la mano, le temblaba todo el cuerpo-, pulso el boton verde y se lo acerco al oido.
– ?Mmm? -dijo.
– ?Donde cono has estado, capullo de mierda?
Era Barry Spiker.
Y, de repente, se desperto de verdad, un monton de pensamientos confusos colisionaban dentro de su cerebro.
– Es de noche, joder -dijo hoscamente.
– Tal vez en tu planeta, capullo. En el mio son las once de la manana. Otra vez se te ha olvidado ir a comulgar, ?verdad?
Y entonces Skunk se acordo. Paul Packer. ?El agente Paul Packer!
De repente, su manana parecio mejorar. Los recuerdos de un trato que habia cerrado con el agente Packer afloraban ahora a su mente a traves de la voragine del dolor nebuloso y hambriento de drogas. Le habia hecho una promesa al policia. Tenia que avisarle la proxima vez que Barry Spiker le encargara un trabajo. Vender a Spiker seria como lanzar piedras a su propio tejado, pero el placer que le proporcionaba pensar en ello era mayor. Spiker le habia timado en su ultimo negocio y Packer habia prometido pagarle.
Los pagos en metalico de la policia eran una mierda. Pero si era realmente listo, podia llegar a un acuerdo y cobrar de Spiker y de la policia. ?Eso seria la hostia!
Riiic, riiic, riiic.
– En realidad acabo de volver de misa -dijo.
– Bien. Tengo un trabajo para ti.
– Soy todo oidos.
– Ese es tu problema, joder. Todo oidos, cero cerebro.
– Venga, ?que tienes para mi?
Spiker le dio las instrucciones
– Lo necesito hoy -dijo-. A la hora que sea. Estare alli toda la noche. Ciento cincuenta si la clavas esta vez. ?Seras capaz de hacerlo?
– Soy tu hombre.
– No la cagues.
Colgaron.
Skunk se incorporo, emocionado. Y casi se abrio la cabeza, otra vez, contra el techo.
– ?Joder! -dijo.
– ?Jodete tu, Jimmy! -grito la voz desde el fondo de la autocaravana.
Capitulo 94
Glenn Branson concluyo el segundo interrogatorio a Brian Bishop a las 12.20 del mediodia. Luego, tras dejar al detenido a solas con su abogado en la sala de interrogatorios durante la pausa del almuerzo, el equipo interrogador se reunio en el despacho de Grace.
Branson se habia cenido al guion. Siguiendo el plan, habian reservado las preguntas realmente importantes para el tercer interrogatorio, que seria esta tarde.
Mientras se sentaban a la pequena mesa redonda en el despacho de Grace, el comisario dio a Branson una palmadita en la espalda.
– Bien hecho, Glenn, buen trabajo. De acuerdo, ahora, tal como lo veo yo, tenemos un obstaculo que hay que superar -dijo utilizando una expresion de Alison Vosper que le gustaba bastante.
Los tres lo miraron expectantes.
– La coartada de Bishop. Su cena en el restaurante Wolseley en Londres con ese tal Phil Taylor. Ese es el obstaculo.
– Seguro que el resultado del ADN desmonta su coartada -dijo Nicholl.
– Estoy pensando en un jurado -contesto Grace-. Dependera de lo creible que sea ese Taylor. Puedes estar seguro de que Bishop va a tener una defensa buenisima. Explotara al maximo su coartada. ?Un ciudadano honrado contra los caprichos de la ciencia? ?Y seguramente con la prueba de British Telecom, que demostrara que Bishop solicito una llamada despertador que respaldara su cronologia de los hechos?
– Creo que deberiamos ser capaces de conseguir que Bishop confiese en este tercer interrogatorio, Roy -dijo Jane Paxton-. Contamos con muchas cosas para atacarle.
Grace asintio, meditando; aun no estaba convencido de tener todo lo que necesitaban.
Volvieron a empezar poco despues de las dos. Mientras se sentaba en la silla ligeramente inestable de la sala de observacion, Roy Grace era consciente de que solo les quedaban seis horas, despues se verian obligados a poner en libertad a Brian Bishop, a menos que solicitaran una ampliacion o presentaran cargos contra el. Podian ir