– ?Largo de aqui! -exclamo Harry-. Y cierra la puerta, ?quieres?

Sebastian obedecio, pero aun asi su risa resono por toda la casa. Harry cerro el puno con impotencia y devolvio la mirada hacia su escritorio, donde los documentos rusos permanecian intactos. Tenia unicamente dos dias para concluir este trabajo. Menos mal que la chica (lady Olivia) habia salido de su habitacion.

Al pensar en ella, Harry levanto la vista, pero sin la cautela habitual, puesto que sabia que no estaba ahi.

Solo que si estaba.

Y esta vez seguro que ella se dio cuenta de que el la habia visto.

Capitulo 2

Olivia se puso a cuatro patas, el corazon le martilleaba. El la habia visto. Seguro que la habia visto. Lo habia detectado en su mirada, en el brusco giro de su cabeza. ?Santo Dios! ?Como lo explicaria? Una joven distinguida no espiaba a sus vecinos. Cotilleaba a sus espaldas, inspeccionaba el corte de sus abrigos y la calidad de sus carruajes, pero en ningun caso los espiaba desde la ventana.

Aun cuando se comentara que un vecino era un posible asesino.

Cosa que Olivia seguia sin creerse.

Sin embargo, dicho eso, estaba claro que sir Harry Valentine se traia algo entre manos. Esta ultima semana su comportamiento no habia sido normal. No es que ella pudiese asegurar a ciencia cierta que era normal en el, pero tenia dos hermanos. Sabia que hacian los hombres en sus despachos y estudios.

Sabia, por ejemplo, que la mayoria de los hombres no pasaba en ellos un minimo de 10 horas al dia, como al parecer hacia sir Harry. Y sabia que cuando pisaban casualmente sus despachos, normalmente era para evitar entrar en contacto con el otro sexo, y no, como en el caso de sir Harry, para dedicarse a estudiar detenidamente papeles y documentos.

Olivia habria dado sus colmillos y quizas un molar o dos por saber que decian aquellos papeles. Todos los dias sir Harry se pasaba la jornada entera ahi sentado frente a su escritorio, estudiando con ahinco unos papeles sueltos. Algunas veces casi daba la impresion de que los estuviera copiando.

Pero eso no tenia sentido. Los hombres como sir Harry contrataban secretarias para esa clase de cosas.

Con el corazon todavia acelerado, Olivia levanto la vista, valorando su situacion. No es que levantar la mirada sirviese de algo; la ventana seguia quedando por encima de su cabeza y en realidad era logico que pudiera…

– No, no, no te muevas.

Olivia solto un grunido. Winston, su hermano gemelo (o, como a ella le gustaba pensar, su hermano pequeno exactamente por tres minutos), estaba de pie en el umbral de la puerta. O mas bien apoyado con dejadez en el marco de esta intentando aparentar que era el seductor despreocupado que ahora dedicaba su vida a intentar aparentar.

Frase que, gramaticalmente, habia que reconocer que dejaba mucho que desear, pero que parecia describirle a la perfeccion. Llevaba el pelo habilmente despeinado, la corbata cuidadosamente anudada y, si, las botas se las habia hecho el propio Weston, pero cualquiera que tuviera una pizca de sentido comun podia ver que aun era un novato. Nunca habia entendido por que a todas sus amigas les hacian chiribitas los ojos y se volvian unas estupidas de tomo y lomo en su presencia.

– Winston -dijo Olivia rabiosa, reacia a hacerle alharaca alguna.

– Quedate como estas -le dijo el, sosteniendo una mano al frente, con la palma hacia ella-. Solo un instante mas. Estoy intentando retener la imagen en mi memoria.

Olivia se mordio malhumorada el labio y se arrastro sigilosamente por el suelo pegada a la pared, alejandose de la ventana.

– Dejame adivinar -dijo Winston-. Te han salido ampollas en los dos pies.

Ella lo ignoro.

– Mary Cadogan y tu estais escribiendo una nueva funcion de teatro en la que haceis de ovejas.

Winston se merecia mas que nunca una contestacion, pero lamentablemente ella no habia estado nunca en una posicion menos adecuada para darsela.

– De haberlo sabido -anadio Winston-, me habria traido una fusta.

Olivia estaba casi bastante cerca de el como para morderle la pierna.

– ?Winston?

– ?Si?

– Callate.

El se echo a reir.

– Te voy a matar -anuncio ella, poniendose de pie. Habia bordeado la mitad de la habitacion. Era imposible que sir Harry pudiese verla donde estaba ahora.

– ?Con las pezunas?

– ?Oh, vale ya! -exclamo Olivia indignada. Y entonces se dio cuenta de que su hermano estaba entrando tranquilamente en el cuarto-. ?Apartate de la ventana!

Winston se quedo helado, luego se giro y la miro sorprendido, con las cejas arqueadas.

– Retrocede -dijo Olivia-. Eso es. Despacio, despacio…

El fingio un movimiento hacia delante.

A Olivia le dio un brinco el corazon.

– ?Winston!

– En serio, Olivia -dijo el, volviendose y poniendose en jarras-. ?Que estas haciendo?

Ella trago saliva. Algo tendria que decirle. La habia visto reptando por la habitacion como una idiota. Esperaria una explicacion. ?Sabe Dios que ella lo haria, de estar los papeles invertidos!

Pero quiza no tuviera que decirle la verdad. Tenia que haber alguna otra explicacion para sus acciones.

Razones por las que podria arrastrarme por el suelo

y necesitar apartarme de la ventana.

No. No tenia ninguna.

– Es por nuestro vecino -dijo Olivia, recurriendo a la verdad, ya que, dada su posicion, no tenia alternativa.

Winston giro la cabeza hacia la ventana. Lentamente y con todo el sarcasmo que un movimiento lateral de cabeza podia transmitir.

Que era bastante cuando lo hacia un Bevelstoke, tuvo que reconocer Olivia.

– Nuestro vecino -repitio el-. ?Tenemos uno?

– Sir Harry Valentine. Alquilo la casa cuando tu estabas en Gloucestershire.

Winston asintio despacio.

– Y su presencia en Mayfair te tiene reptando por el suelo… porque…

– Le estaba espiando.

– A sir Harry.

– Si.

– A cuatro patas.

– Naturalmente que no. Me ha visto y…

– Y ahora cree que eres una lunatica.

– Si. ?No! No lo se. -Exhalo con fuerza-. ?Como voy a saber lo que piensa?

Winston arqueo una ceja.

– Pero si sabes lo que ocurre en su alcoba, que estabas…

– Es su despacho -le interrumpio ella con vehemencia.

– Que sientes la necesidad de espiar porque…

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