– ?No estaba sorda? -recordo Harry volviendose de nuevo hacia Sebastian.

– Practicamente -confirmo Sebastian-. Pero no es tonta. Para la actuacion ha guardado la trompetilla. -Se giro hacia Harry con ojos chispeantes-. Por cierto, he visto que has conocido a la encantadora lady Olivia Bevelstoke.

Harry no se molesto en contestar, nada que fuera mas alla de una leve inclinacion de cabeza.

Sebastian se acerco a el y su voz adopto un molesto registro de bajo.

– ?Lo ha reconocido todo? ?Su insaciable curiosidad? ?Su incontenible deseo?

Harry se volvio y lo miro directamente a los ojos.

– ?Eres un imbecil!

– Me lo dices muchas veces.

– Las palabras no caducan.

– Tampoco mi inmadurez, es comodisimo ser inmaduro -dijo Sebastian con una media sonrisa.

El solo de violin llego a lo que parecia un crescendo, y el publico entero contuvo el aliento, esperando el consiguiente climax seguido de lo que necesariamente tenia que ser el final.

Salvo que no lo era.

– ?Que crueldad! -exclamo Sebastian.

Harry hizo una mueca de dolor mientras el violin subia una octava chirriando.

– No he visto a tu tio -senalo.

Sebastian apreto los labios y en las comisuras se le formaron unas diminutas arrugas.

– Se ha excusado esta misma tarde. Estoy por plantearme si me ha tendido una trampa. Solo que no es tan inteligente.

– ?Lo sabias?

– ?Lo de la musica?

– Ese es un uso despiadado de la palabra musica.

– Me habian llegado rumores -confeso Sebastian-. Pero nada podria haberme preparado para…

– ?Esto? -musito Harry, por algun motivo incapaz de apartar los ojos de la chica del escenario. Esta sujetaba el violin cuidadosamente y su concentracion en la musica no era fingida. Parecia estar disfrutando, como si estuviese oyendo algo totalmente diferente a lo que oia el resto de la sala. Y quizas asi fuese, ?chica con suerte!

?Como seria vivir en un mundo propio? ?Ver las cosas como deberian ser y no como eran? Desde luego la violinista deberia ser buena. Tenia pasion, y si era cierto lo que las matronas de la familia Smythe-Smith habian dicho al principio de la velada, ensayaba a diario.

?Como deberia ser la vida de Harry?

No deberia haber tenido un padre que bebia mas que respiraba.

No deberia tener un hermano decidido a seguir sus mismos pasos.

Deberia…

Rechino los dientes. No deberia sumirse en un abismo autocompasivo. Era mas hombre que eso. Un hombre mas fuerte, y…

Una escalofriante y repentina toma de conciencia lo sacudio y, como era ya su costumbre siempre que tenia la sensacion de que algo no iba bien, miro hacia la puerta.

Lady Olivia Bevelstoke. Estaba sola, observando a la violinista con una expresion inescrutable. Solo que…

Harry entorno los ojos. No estaba seguro, pero desde este angulo casi parecia como si tuviese los ojos clavados en el anfora griega que habia detras de la chica.

?Que estaba haciendo?

– No le sacas los ojos de encima. -La voz siempre chirriante de Sebastian llego a su oido.

Harry lo ignoro.

– Es guapa.

Harry siguio ignorandolo.

– Tambien es simpatica y no esta prometida.

Ni caso.

– Y no es que los serviciales solteros de Gran Bretana no lo hayan intentado -continuo Sebastian, como siempre sin inmutarse ante la ausencia de respuesta de Harry-. Ellos le siguen pidiendo su mano, pero por desgracia ella siempre los rechaza. Tengo entendido que hasta el viejo Winterhoe…

– Es distante -le interrumpio Harry, con mas acritud de la que habia pretendido.

La voz de Sebastian reboso de feliz ironia cuando pregunto:

– ?Como dices?

– Que es distante -repitio Harry, rememorando el breve intercambio de palabras con Olivia Bevelstoke. Se habia comportado como una maldita diva. Cada una de sus gelidas palabras se habia cuarteado como el hielo y ahora ni siquiera se dignaba a mirar a la pobre chica que tocaba el violin.

Para ser honesto, le sorprendia que hubiese venido esta noche. No parecia el lugar mas adecuado para los diamantes gelidos de maxima calidad. Con toda probabilidad alguien le habria obligado a asistir.

– Y yo que me habia hecho grandes esperanzas sobre vuestro futuro juntos -musito Sebastian.

Harry se giro para darle una respuesta mordaz o por lo menos con todo el sarcasmo que pudiera expresar, pero hubo un cambio en la musica y la violinista llego de nuevo a un crescendo. Esta vez tenia que ser el final, pero el publico no pensaba jugarsela y estallo una salva de aplausos antes siquiera de que ella hubiese tocado la ultima nota.

Harry camino al lado de Sebastian, que se abria paso hacia su abuela. Sebastian le habia dicho que esta habia venido en su propio carruaje, por lo que no hacia falta que esperasen a que estuviera lista para irse. Aun asi Sebastian tenia que despedirse y aunque Harry no era pariente suyo, tambien debia saludarla.

Pero antes de que pudieran cruzar la sala, fueron abordados por una de las madres de la familia Smythe- Smith, que gritaba:

– ?Senor Grey! ?Senor Grey!

A juzgar por la intensidad de su voz, decidio Harry, el conde de Newbury debia de estar teniendo problemas para dar con una esposa fertil.

A favor de Sebastian habia que decir que no manifesto ni pizca de su prisa por irse cuando se giro y dijo:

– Senora Smythe-Smith, ha sido una velada deliciosa.

– Me alegro mucho de que haya podido asistir -repuso ella con entusiasmo.

Sebastian le respondio con una sonrisa, la clase de sonrisa que daba a entender que no se imaginaba en sitio mejor. Y entonces hizo lo que hacia siempre que queria zanjar una conversacion.

– Permitame que le presente a mi primo, sir Harry Valentine -dijo.

Harry la saludo con un movimiento de cabeza, diciendo su nombre en voz baja. Era evidente que la senora Smythe-Smith consideraba que Sebastian era el premio gordo. Lo miro directamente a los ojos y le pregunto:

– ?Que le ha parecido mi Viola? ?A que ha estado sencillamente magnifica?

Harry no logro ocultar del todo su sorpresa. ?Su hija se llamaba Viola?

– Toca el violin -explico la senora Smythe-Smith.

– ?Y como se llama la que toca la viola? -pregunto Harry sin poder evitarlo.

La senora Smythe-Smith lo miro con cierta impaciencia.

– Marianne. -Luego volvio a dirigirse a Sebastian-: Viola es la solista.

– ?Ah…! -exclamo Sebastian-. Ha sido una sorpresa muy especial.

– ?Ya lo creo! Estamos muy orgullosos de ella. Tendremos que programar solos para el ano que viene.

Para no ser menos, Harry empezo a planear su viaje al Artico.

– Estoy muy contenta de que haya podido venir, senor Grey -continuo la senora Smythe-Smith, al parecer sin darse cuenta de que eso ya lo habia dicho-. Tenemos otra sorpresa para esta noche.

– ?Le he comentado que mi primo es un baronet? -anadio Sebastian-. Tiene una finca preciosa en Hampshire, donde se caza maravillosamente.

– ?En serio? -La senora Smythe-Smith se volvio a Harry mirandolo con otros ojos y una amplia sonrisa-. Le agradezco mucho su asistencia, sir Harry.

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