la cabeza a uno y otro lado.

– Lo unico que importa es que ahora descansa en paz.

Olivia no solo se atraganto con el te, sino que al escupirlo practicamente lo envio al otro extremo del salon. Y el, el muy miserable, se rio.

– ?Santo Dios! Hacia anos que no me divertia tanto -dijo, intentando recobrar el aliento.

– Es usted despreciable.

– ?Y usted me ha acusado de asesinato!

– No es verdad. Tan solo le he trasladado lo que alguien mas me ha dicho.

– ?Claro! -exclamo el en tono burlon-, la diferencia es realmente notable.

– Para su informacion, yo no me lo crei.

– Su confianza en mi me llega al alma.

– Pues que no le llegue -le espeto ella-, simplemente fue cuestion de sentido comun.

Harry volvio a reirse.

– ?Por eso me estaba espiando?

– No… -?Oh, venga ya! ?Por que seguia negandolo?-. Si. -Casi escupio-. ?No haria usted lo mismo?

– Yo quiza llamaria primero a la policia.

– Yo quiza llamaria primero a la policia -lo imito ella, poniendo una voz que normalmente se reservaba para sus hermanos.

– Es usted muy irascible. -Ella lo fulmino con la mirada-. Muy bien, ?descubrio por lo menos algo interesante?

– Si -contesto Olivia entornando los ojos-. Lo descubri.

Harry espero. Luego, dijo finalmente, no sin sarcasmo:

– Cuentemelo.

Ella se inclino hacia delante.

– Expliqueme lo del sombrero.

El la miraba como si se hubiese vuelto loca.

– ?De que esta hablando?

– ?Del sombrero! -exclamo Olivia agitando las manos alrededor de su cabeza, con las munecas mas elevadas como para dibujar el contorno de un sombrero-. ?Era ridiculo, tenia plumas! Y lo llevaba dentro de casa.

– ?Ah, eso! -Harry ahogo una risita-. Lo hice en su honor, en realidad.

– Pero ?si no sabia que estaba ahi!

– Me perdonara, pero si lo sabia.

Olivia se quedo literalmente boquiabierta y dio la impresion de que estaba un poco mareada cuando pregunto:

– ?Cuando me vio?

– La primera vez que se planto delante de la ventana. -Harry se encogio de hombros y arqueo las cejas como diciendo: «Ahora intente contradecirme»-. Esconderse no se le da tan bien como cree.

Enfadada, se dio por vencida. Era absurdo, pero Harry se figuro que ella consideraba aquello un insulto.

– ?Y lo de arrojar los papeles a la chimenea? -pregunto Olivia.

– ?No tira usted nunca papeles al fuego?

– No con tanta violencia.

– Bueno, eso tambien lo hice en su honor. Se estaba tomando tantas molestias que pense que lo mejor seria que el tiempo invertido fuera provechoso.

– ?Si sera…!

Olivia no parecia capaz de acabar la frase, de modo que el anadio, casi con indiferencia:

– Estuve a punto de saltar sobre la mesa y bailar una giga, pero pense que seria demasiado descarado.

– Ha estado riendose de mi todo el tiempo.

– A ver… -Harry penso en ello-. Si.

Olivia se quedo boquiabierta. Parecia ultrajada, y Harry por poco se deshizo en disculpas (sin duda, debia de ser un reflejo masculino sentirse avergonzado cuando una mujer ponia esa cara); aunque ella no tenia nada a lo que agarrarse.

– Permitame recordarle -senalo el- que usted me espio. Si alguien puede ofenderse aqui, soy yo.

– Bien, pues creo que ya se ha vengado -respondio ella remilgadamente con el menton levantado hacia arriba.

– ?Oh, no se que decirle, lady Olivia! Pasara mucho tiempo antes de que estemos empatados.

– ?Que esta tramando? -inquirio ella recelosa.

– Nada. -Harry sonrio de oreja a oreja-. Todavia.

Olivia resoplo con gracia (la verdad es que fue de lo mas entranable) y el decidio ir por el jaque mate diciendo:

– ?Ah, por cierto, nunca he estado prometido!

Ella parpadeo varias veces, parecia un tanto confusa por su repentino cambio de tercio.

– ?Recuerda a la prometida muerta? -aporto Harry solicito.

– Ya no esta muerta entonces.

– Es que de entrada nunca ha estado viva.

Ella asintio lentamente con la cabeza y luego pregunto:

– ?Por que ha venido hoy a mi casa?

De ninguna manera pensaba Harry contarle la verdad, que ella era ahora su mision y que el debia asegurarse de que no cometiera inconscientemente una traicion. De modo que se limito a decir:

– Me ha parecido un acto de cortesia.

En las proximas semanas tendria que pasar un monton de tiempo con ella y si no con ella por lo menos cerca de su persona. Ya no sospechaba que lo hubiera estado espiando con algun objetivo innoble. En realidad, nunca lo habia sospechado, pero habria sido una estupidez no ser prudente. Aun asi, su historia acerca de la prometida muerta era tan absurda que debia de ser cierta. Parecia justo el motivo por el que una debutante aburrida espiaria a un vecino.

Tampoco es que el supiese gran cosa de lo que hacian las debutantes aburridas.

Pero supuso que pronto lo sabria.

Le dedico una sonrisa a Olivia. Se lo estaba pasando mucho mejor de lo que se habia imaginado.

Por su cara parecia que ella fuese a poner los ojos en blanco y por alguna razon Harry deseo que lo hiciera. Le gustaba mucho mas cuando gesticulaba y su rostro se cargaba de emocion. En el recital de las Smythe-Smith se habia mostrado distante e inflexiblemente reservada. Salvo por unos cuantos destellos de ira inutiles, su cara habia sido inexpresiva.

Lo cual a Harry le habia parecido enervante, y se quedo con esa imagen como si se tratase del picor que nunca se va por mucho que uno se rasque.

Olivia le ofrecio mas te, y el lo acepto curiosamente contento de prolongar la visita. Sin embargo, mientras le servia, el mayordomo volvio a entrar en la sala llevando una bandeja de plata.

– Lady Olivia -dijo entonando-. Ha llegado esto para usted.

El mayordomo se inclino para que lady Olivia pudiese coger una tarjeta de la bandeja. Parecia una invitacion, sofisticada y elegante, llevaba un lazo y estaba lacrada.

?Lacrada?

Harry cambio ligeramente de postura, intentando obtener un angulo de vision mejor. ?Era un sello real? A los rusos les gustaban los motivos de adorno de su familia real. Supuso que a los britanicos tambien, pero eso no venia al caso. El rey Jorge no iba detras de Olivia.

Ella echo un vistazo a la tarjeta que tenia en las manos y a continuacion la dejo encima de la mesa de al lado.

– ?No quiere abrirla?

– Estoy segura de que no es urgente. Y no quisiera parecer grosera.

– ?Por mi no se preocupe! -le aseguro el. Senalo la tarjeta y dijo-: Parece interesante.

Ella parpadeo unas cuantas veces, mirando primero hacia la tarjeta y luego levantando la vista hacia el con expresion de curiosidad.

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