– ?Oh! En ese caso esta claro que no puede despedirlo, porque su caballo es una preciosidad.
– Le tengo bastante carino -dijo Harry-. Al caballo. Y a mi ayudante, supongo.
Ella asintio con aprobacion.
– Deberia estar agradecido de que le sienten bien los colores oscuros. El negro no le favorece a todo el mundo.
– ?Caramba, lady Olivia! ?Es eso un cumplido?
– No es tanto un cumplido hacia usted como un insulto para los demas -le aseguro ella.
– Pues menos mal, porque no creo que supiera manejarme en un mundo en el que hiciera usted cumplidos.
Olivia le toco suavemente el hombro, coqueta y atrevida; y le dijo con absoluta ironia:
– Yo pienso
– Muy bien. Y ahora que estamos de acuerdo, ?que hacemos con su principe?
Ella le miro de soslayo.
– Se que se muere de ganas de que diga que no es mi principe.
– Esperaba que lo dijera, si -musito el.
– Con el fin de decepcionarlo, le dire que ese principe es tan mio como de cualquiera de los presentes. - Apreto los labios mientras barria la sala con la mirada-. Exceptuando a los rusos, me imagino.
En cualquier otro momento, Harry le habria dicho que era ruso o que por lo menos tenia un cuarto de sangre rusa. Habria hecho un comentario estelar, tal vez que no queria reconocer al principe como propio a pesar de todo o algo en esa linea, y luego la habria dejado boquiabierta con su dominio del idioma.
Pero no pudo. Y, a decir verdad, resultaba desconcertante porque se moria de ganas de hacerlo.
– ?Puede verlo? -le pregunto Olivia. Estaba de puntillas y estirando el cuello, pero aunque era ligeramente mas alta que la media, le fue imposible ver entre la multitud.
Sin embargo, Harry si que pudo.
– Esta alli -contesto moviendo la cabeza hacia las puertas que conducian al jardin. El principe se encontraba en el centro de un pequeno corro, parecia sumamente aburrido con las atenciones de la gente y, sin embargo, como si al mismo tiempo creyese que era su obligacion.
– ?Que hace? -inquirio ella.
– Le estan presentando a… -?Caray! No tenia ni idea de quien era- alguien.
– ?Hombre o mujer?
– Mujer.
– ?Joven o mayor?
– ?Es esto un interrogatorio?
– ?Joven o mayor? -repitio Olivia-. Conozco a todos los presentes. Conocer a toda la gente que va a estos eventos es mi vocacion.
Harry ladeo la cabeza.
– ?Es algo de lo que se enorgullece especialmente?
– No mucho, no.
– Es de mediana edad -dijo el.
– ?Que lleva puesto?
– Un vestido -contesto Harry.
– ?Me lo puede describir? -inquirio ella con impaciencia. Luego anadio-: Es usted tan desastroso como mi hermano.
– Pues su hermano me cae bastante bien -dijo el, basicamente para fastidiarla.
Olivia puso los ojos en blanco.
– No se preocupe, cuando le conozca mejor cambiara de idea.
Harry sonrio. No pudo evitarlo. No sabia muy bien como habia podido pensar que Olivia era fria y distante; si acaso, rebosaba picardia y humor. Al parecer, lo unico que necesitaba para ello era estar en compania de un amigo.
– A ver… ?que clase de vestido lleva? -le pidio ella.
El cambio el peso de un pie al otro para ver mejor.
– Algo abultado, con… -Llevo las manos hacia los hombros, como si abrigase la esperanza de saber describir un atuendo femenino. Sacudio la cabeza-. No se de que color es.
– Curioso. -Olivia arrugo el entrecejo-. ?Significa eso que es rojo o verde?
– O de cualquiera de sus tonalidades.
Olivia cambio radicalmente de actitud.
– Lo de su daltonismo es realmente fascinante, ?sabe?
– Pues la verdad es que a mi me ha parecido siempre mas bien una lata.
– Ya me imagino -coincidio ella. Entonces pregunto-: ?La mujer con la que el principe esta hablando…?
– No, el principe no esta hablando con ella -repuso Harry con un poco mas de sentimiento del que pretendia.
Ella volvio a ponerse de puntillas, aunque eso no le permitiera ver mejor.
– ?A que se refiere?
– No habla con nadie. Con casi nadie, al menos. Lo que sobre todo hace es mirar con arrogancia.
– ?Que raro! Conmigo hablo muchisimo.
Harry se encogio de hombros. No sabia que decir a eso, aparte de lo evidente, que el principe queria llevarsela a la cama, lo cual no parecia adecuado en ese momento.
Aun asi habia que reconocer que el principe tenia buen gusto.
– Muy bien -dijo Olivia-, ?la mujer con la que no esta hablando lleva un diamante de bastante mal gusto?
– ?En el cuello?
– No, en la nariz. Por supuesto que en el cuello.
El la escudrino con la mirada.
– No es usted la persona que me habia imaginado.
– Teniendo en cuenta la primera impresion que le cause, probablemente eso sea algo positivo. ?Lleva un diamante o no?
– Si.
– Entonces es lady Mottram -dijo con rotundidad-. Nuestra anfitriona. Lo que significa que el le dedicara unos cuantos minutos, seria descortes ignorarla.
– Yo no confiaria en que hiciese una excepcion para mostrarse educado.
– Descuide, que no tiene escapatoria. Lady Mottram esta dotada de
– ?Que le parece si nos vamos en la direccion contraria?
Ella arqueo las cejas con picardia.
– ?Vamos!
Olivia empezo a andar, abriendose paso habilmente entre la multitud. El siguio el sonido de sus carcajadas y la deslumbrante sonrisa que le dedicaba cada pocos segundos, cuando se giraba para asegurarse de que aun estaba ahi.
Por fin llegaron a un cenador, y ella se desplomo en un asiento, sin aliento y sintiendo que le daba vueltas la cabeza. El se quedo a su lado, con el semblante considerablemente mas sereno. No queria sentarse. Todavia no. Tenia que estar pendiente del principe.
– ?Aqui no nos encontrara! -exclamo Olivia alegremente.
Ni el ni nadie, no pudo evitar darse cuenta Harry. El cenador no tenia nada de indecente; estaba convenientemente abierto al salon de baile. Pero tal como estaba orientado (apartado de la esquina del edificio, con las paredes concavas formando una cavidad), uno tenia que estar justo en el angulo adecuado para ver el interior.
Nunca podria constituir el escenario de un acto de seduccion ni de ninguna clase de diablura, en realidad, pero daba una intimidad extraordinaria. Ademas, amortiguaba bien el ruido de la fiesta.
– Ha sido divertido -comento Olivia.
A el le sorprendio coincidir con ella.