– Si, ?verdad?
Olivia solto un leve suspiro de desanimo.
– Supongo que no podre esquivarlo toda la noche.
– Puede intentarlo.
Ella sacudio la cabeza.
– Mi madre me encontrara.
– ?Acaso pretende que se case con el? -pregunto Harry, sentandose a su lado en el banco curvo de madera.
– No, no le gustaria que me fuese a vivir tan lejos. Pero se trata de un principe. -Olivia levanto la vista hacia el con expresion rayana en el fatalismo-. Es un honor. Sus atenciones, me refiero.
Harry asintio. No porque estuviera de acuerdo, sino por pura compasion.
– Y ademas… -Interrumpio la frase, luego abrio los labios como para volver a empezar. Pero no lo hizo.
– ?Y ademas? -la aguijoneo el suavemente.
– ?Puedo confiar en usted?
– Puede -le dijo el-, pero seguro que ya sabe que jamas deberia confiar en un caballero que le diga que puede confiar en el.
Eso le arranco a Olivia una sonrisa casi imperceptible.
– Estoy totalmente de acuerdo con usted, pero aun asi…
– Adelante -le dijo el con dulzura.
– Esta bien… -Olivia tenia la mirada perdida, como si estuviese buscando las palabras o quiza las hubiese encontrado, pero las frases le parecieran equivocadas. Y cuando por fin hablo, lo hizo sin mirarle. Aunque tampoco es que estuviera esquivandole exactamente-. He… rechazado los intentos de acercamiento de bastantes caballeros.
A Harry le extrano su prudente empleo de la palabra «rechazado», pero no le interrumpio.
– No es que me considerase superior a ellos. Bueno, supongo que a algunos de ellos si. -Se volvio y lo miro directamente a los ojos-. Algunos eran terribles.
– Comprendo.
– Pero la mayoria… No habia nada malo en ellos, solo que no eran los adecuados. -Dejo escapar un suspiro con cierta tristeza.
A Harry eso le espanto.
– Naturalmente, nadie me ha dicho eso a la cara -continuo Olivia.
– Pero ?se ha ganado la fama de ser excesivamente exigente?
Ella le lanzo una mirada de tristeza.
– «Quisquillosa» es la palabra que ha llegado a mis oidos. Bueno, una de ellas. -Se le empanaron los ojos-. La unica que me atrevo a repetir.
Harry descendio la mirada hacia su mano izquierda. Fruto de la rabia, la habia estirado al maximo y ahora la tenia cerrada en un puno. Olivia estaba haciendo lo que podia para desdramatizar, pero estaba dolida por los rumores.
Se reclino en la pared que habia a sus espaldas, su aliento melancolico floto en el aire.
– Y esto… bueno, esta es mi oportunidad para redimirme porque… -Meneo la cabeza y levanto los ojos al cielo, como si buscase orientacion o compasion; o quiza tan solo comprension.
Alargo la vista hacia la multitud con una sonrisa, pero fue una sonrisa como triste y de desconcierto. Y dijo:
– Algunos incluso dijeron: «?Quien se cree que va a aparecer? ?Un principe?»
– Ya veo.
Olivia se giro hacia el, con las cejas enarcadas y una expresion de absoluta franqueza.
– ?Entiende mi dilema?
– ?Claro que lo entiendo!
– Si ven que lo rechazo, sere… -Olivia se mordio el labio mientras buscaba la palabra adecuada- el hazmerreir no… No se lo que sere. Pero no seria agradable.
Harry no parecio mover un solo musculo y, sin embargo, su rostro mostro una ternura desgarradora cuando comento:
– Digo yo que no es necesario que se case con el solo para demostrarle a la sociedad que es usted encantadora.
– No, claro que no. Pero al menos tienen que verme dedicandole la debida atencion. Si lo rechazo asi sin mas… -Olivia suspiro. Odiaba esto. Odiaba todo esto, y la verdad es que nunca le habia hablado a nadie de ello, porque se limitarian a decirle algo horrible e insidioso como «?Ojala todos tuvieramos tus problemas!»
Y ella
Salvo algunas veces.
Y algunas veces lo unico que deseaba es que los hombres dejaran de fijarse en ella, que dejaran de decirle lo guapa, encantadora y elegante que era (porque no lo era). Queria que dejaran de ir a verla y que dejaran de pedirle permiso a su padre para cortejarla, porque ninguno de ellos era el hombre adecuado y, ?maldita sea!, no queria conformarse con el menos malo de los malos.
– ?Siempre ha sido usted guapa? -le pregunto Harry en voz muy baja.
La pregunta era extrana. Extrana e impactante, y no la clase de cosa que se plantearia contestar, solo que en cierto modo…
– Si.
En cierto modo, le parecio inofensivo viniendo de el.
Harry asintio.
– Me lo figuraba. Tiene usted unos bellos rasgos.
Ella se volvio hacia el con la curiosa sensacion de haber renovado energias.
– ?Le he hablado de Miranda?
– Creo que no.
– De mi amiga. La que se caso con mi hermano.
– ?Ah…, si! A la que estaba escribiendo una carta esta tarde.
Olivia asintio.
– Era un poco el patito feo. Estaba muy delgada y tenia las piernas muy largas. Soliamos bromear diciendo que eran tan largas que le llegaban hasta el cuello. Pero a mi nunca me parecio que fuese un patito feo. Era simplemente mi amiga. Mi amiga mas querida, mas divertida y mas maravillosa. Estudiabamos juntas. Todo lo haciamos juntas.
Ella alargo la mirada hacia el, tratando de calcular su grado de interes. A estas alturas, la mayoria de los hombres habria huido a esconderse entre los arboles con tal de no aguantar a una mujer que aburria a su interlocutor hablando de las amistades de la infancia. ?Que horror!
Pero el simplemente asintio con la cabeza. Y ella supo que el la entendia.
– A los once anos, de hecho fue por mi cumpleanos, hice una fiesta (Winston tambien) y vinieron todos los ninos del barrio. Supongo que la gente consideraba que era un prestigio asistir. En cualquier caso, habia una nina alli, ni siquiera recuerdo su nombre, que le dijo a Miranda unas cosas horribles. Hasta ese dia no creo que a Miranda se le hubiese pasado nunca por la cabeza que los demas no la consideraban guapa. Por lo menos yo no lo pense nunca.
– Los ninos pueden ser muy crueles -musito el.
– Si, bueno, y los adultos tambien -dijo ella energicamente-. Da igual, eso no viene al caso. Es solo uno de esos recuerdos que me ha acompanado siempre.
Permanecieron unos instantes en silencio y luego el dijo:
– No ha terminado la historia.
Ella se volvio, sorprendida.
– ?A que se refiere?
– No ha terminado la historia -volvio a decir Harry-. ?Que hizo usted?