Olivia desvio la mirada hacia Harry, intentando adivinar que opinaba de la actuacion. Pero parecia distraido; aunque tenia los ojos entornados, estaba absorto en sus pensamientos y no concentrado en lo que decia Sebastian. Y con los dedos tamborileaba sobre el brazo del sofa; signo evidente de que tenia la mente en otra parte.

?Estaria pensando en el beso que se habian dado? Ella esperaba que no. Harry no parecia ni mucho menos extasiado por el recuerdo.

?Cielos! Estaba empezando a hablar como Priscilla Butterworth.

?Por Dios!

Tras escuchar varias paginas del segundo capitulo, Harry decidio que no seria descortes retirarse sigilosamente para poder leer la carta que le habia traido Edward, era de suponer que del Departamento de Guerra. Le dirigio una mirada a Olivia antes de abandonar la sala, pero ella estaba aparentemente sumida en sus propios pensamientos, con la mirada al frente clavada en algun punto de la pared.

Ademas movia los labios. No mucho, pero el tendia a reparar en los detalles mas sutiles de su boca.

Tambien Edward parecia bien situado. Estaba en sentido diagonal al principe, contemplando a Sebastian con una enorme sonrisa bobalicona en la cara. Harry no habia visto nunca a su hermano sonreir de esta manera. Incluso se rio cuando Sebastian imito a un personaje especialmente insoportable, y eso que Harry nunca le habia oido reir.

Ya en el recibidor abrio rapidamente el sobre y extrajo una unica hoja de papel. Por lo visto el principe Alexei ya no era sospechoso de ninguna maldad. Harry debia abandonar su mision de inmediato. No habia ninguna explicacion acerca del motivo por el que el principe habia dejado de estar en el punto de mira del Departamento de Guerra, no ponia nada sobre como habian llegado a esta conclusion. Unicamente le daban la orden de detener la investigacion. Sin un «por favor» ni un «gracias».

En ningun idioma.

Harry sacudio la cabeza. ?No podian haberse asegurado antes de asignarle tan ridicula mision? Por eso se limitaba a traducir; este tipo de cosas lo sacaban de sus casillas.

– ?Harry?

Alzo la vista. Olivia se habia escabullido del salon y caminaba ahora hacia el, su mirada dulce destilaba preocupacion.

– Espero que no sean malas noticias -le dijo.

El nego con la cabeza.

– Son solo inesperadas. -Doblo el papel y se lo metio de nuevo en el bolsillo. Lo tiraria mas tarde, cuando volviese a casa.

– Ya no aguantaba mas -comento ella, y apreto los labios en lo que el interpreto como un intento para no sonreir. Olivia movio la cabeza hacia la puerta abierta del salon, de la que les llegaban retazos de La senorita Butterworth.

– ?Tan mal lo hace Sebastian?

– No -contesto ella, que parecia bastante asombrada-. El es realmente bueno. Ese es el problema. El libro es malisimo, pero nadie parece darse cuenta. Todos estan mirando a Sebastian como si fuese Edmund Kean interpretando a Hamlet, pero yo ya no podia mantener la compostura.

– Me sorprende que haya aguantado tanto rato.

– ?Y el principe? -anadio Olivia, cabeceando con incredulidad-. Esta verdaderamente embelesado. No doy credito. Jamas me habria imaginado que le gustasen este tipo de cosas.

«El principe», penso Harry. Se sintio aliviado. No tendria que volver a tratar jamas con ese malnacido. No tendria que seguirle, no tendria que hablar con el… Su vida volveria a la normalidad. Seria fabuloso.

Solo que…

Olivia.

La observo mientras regresaba de puntillas hasta el umbral de la puerta y espiaba. Sus movimientos eran un poco rigidos y por unos momentos creyo que tropezaria. No es que fuese patosa, no exactamente. Pero tenia unos ademanes inimitables, y Harry comprendio que podia pasarse horas contemplandola, sin hacer nada mas que observar la forma en que sus manos llevaban a cabo tareas cotidianas. Podia observar su rostro y disfrutar de cada manifestacion emocional, cada movimiento de su frente, de sus labios.

Era tan hermosa que le dolian hasta las muelas.

Tomo nota mentalmente para no dedicarse a la poesia.

Olivia solto un simple «?Ohhh!» y se asomo un poco mas al salon.

El se acerco hasta ella y le susurro al oido:

– Para no interesarle la novela, esta usted arrebatada.

Ella lo mando callar y luego le dio un pequeno empujon para que dejase de agobiarla.

– ?Que esta pasando? -inquirio Harry.

Olivia miraba con asombro y tenia cara de estar disfrutando.

– Su primo esta interpretando una escena mortal. Su hermano se ha subido tambien a la mesa.

– ?Edward? -pregunto el con incredulidad.

Ella asintio mientras escudrinaba.

– No le puedo decir quien esta matando a quien… Bueno, ya da igual; Edward esta muerto.

A eso se le llamaba rapidez.

– No, espere… -Olivia alargo el cuello-. Si, esta muerto. Lo siento. -Se giro y le sonrio.

A Harry le llego la sonrisa al alma.

– Su hermano lo hace bastante bien -musito ella-. Creo que se parece a su primo.

El sintio deseos de volverla a besar.

– Se ha llevado la mano al pecho -ella tambien lo hizo-, ha soltado un gemido y luego, cuando parecia que estaba muerto, su cuerpo ha sufrido un ultimo espasmo, pero aun no estaba muerto del todo. -Olivia sonrio de oreja a oreja-. Luego ya si que ha dejado de moverse.

Tenia que besarla. Ahora.

– ?Que hay en ese cuarto de ahi? -le pregunto Harry senalando hacia una puerta.

– Es el despacho de mi padre, ?por que?

– ?Y en ese?

– La sala de musica. Nunca la utilizamos.

Harry le agarro de la mano. Ahora la utilizarian.

Capitulo 18

Olivia apenas tuvo tiempo de respirar cuando de pronto se encontro en la sala de musica de su propia casa con la puerta cerrada a sus espaldas. Y despues de aquello quiso preguntarle a Harry que estaba haciendo, pero solo logro balbucir la primera palabra antes de entender claramente lo que hacia.

De nuevo sus manos se enredaron en su pelo, de espaldas contra la pared, y la beso. Con desesperacion, con pasion, con una entrega total.

– ?Harry! -exclamo ella jadeando cuando los labios de este se despegaron de los suyos para mordisquearle la oreja.

– No puedo evitarlo -dijo el, y el contacto de esas palabras contra su piel le produjo a Olivia escalofrios. Podia sentir la sonrisa en su voz. Parecia feliz.

Ella estaba feliz. Pletorica.

– Es que la he visto ahi… -dijo el mientras una de sus manos descendia por el costado de Olivia hasta su espalda-. La he visto ahi y tenia que besarla, eso es todo.

?Quien queria el lenguaje florido de La senorita Butterworth y el baron demente! Esto era lo mas romantico que habia oido en toda su vida.

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