El la miro como si considerase que estaba ligeramente trastornada.
– Por supuesto que estoy celoso.
A Olivia empezaron a fallarle las piernas, y entonces solto un suspiro.
– ?De veras?
Harry meneo la cabeza, claramente inquieto por la ingenuidad de Olivia.
– Digale a todo el mundo que me he ido a casa.
Ella parpadeo varias veces sin saber con seguridad de que hablaba Harry.
– No quiere que todos sepan lo que hemos estado haciendo aqui, ?verdad? -pregunto el.
– Mmm… no -dijo Olivia titubeando un poco tal vez, ya que tampoco se avergonzaba de ello, porque no se avergonzaba. Pero si deseaba que sus actividades quedaran en la intimidad.
Harry anduvo hacia la ventana.
– Digales que se ha despedido de mi hace diez minutos. Puede decirles que tenia asuntos que atender en casa.
– ?Va a salir por la ventana?
El ya habia pasado una pierna por encima del alfeizar.
– ?Se le ocurre alguna idea mejor?
Tal vez, si el le diese unos instantes para pensar en ello.
– Hay una altura de… -Olivia senalo hacia el exterior-. Esta…
– No olvide cerrar la ventana cuando haya saltado. -Y Harry salto y desaparecio de su vista. Olivia corrio a asomarse. En realidad, el suelo no estaba a mucha distancia, en absoluto. Desde luego no era superior al salto que Priscilla Butterworth habia tenido que dar por la ventana del primer piso, y sabe Dios que Olivia se habia burlado de ella por su estupidez.
Quiso preguntarle a Harry si estaba bien, pero el ya estaba trepando y escalando la tapia que separaba sus casas, visiblemente ileso tras el salto.
Y, ademas, no tenia tiempo para seguir hablando. Oyo que alguien bajaba las escaleras, asi que se apresuro a salir de la sala de musica y llego al recibidor justo a la vez que su madre.
– ?Ha gritado alguien? -pregunto lady Rudland-. ?Que pasa?
– No tengo ni idea -contesto Olivia-. Yo estaba en el lavabo. Hay una especie de representacion…
– ?Una representacion?
– En el salon.
– ?De que diantres me hablas? ?Y que haces con una pluma en el pelo? -Su madre alargo el brazo y le saco algo del pelo.
– No me lo explico -dijo Olivia mientras cogia la pluma con la mano para tirarla mas tarde. Seguramente habia salido de uno de los almohadones del sofa. Todos estaban rellenos de plumas, aunque ella siempre habia pensado que antes se les extraia el calamo.
Con aspecto terriblemente avergonzado, Huntley aparecio en el recibidor ahorrandole a Olivia cualquier otro comentario relativo a la pluma en cuestion.
– Milady -dijo este haciendole una reverencia a la madre de Olivia-. Se ha producido un accidente.
Olivia bordeo a Huntley y se apresuro hasta el salon. Sebastian estaba tendido en el suelo, su brazo angustiosamente dislocado. Detras de el habia al parecer un jarron volcado, que habia dejado fragmentos de cristal, flores partidas y agua esparcida por el suelo.
– ?Oh, cielos! -exclamo-. ?Que ha pasado?
– Creo que se ha roto un brazo -le explico Edward Valentine.
– ?Donde esta Harry? -pregunto Sebastian con dificultad. Tenia la mandibula en tension y sudaba de dolor.
– Se ha ido a casa -le dijo Olivia-. ?Que ha pasado?
– Era parte de la actuacion -explico Edward-. La senorita Butterworth estaba en el borde de un acantilado y…
– ?Quien es la senorita Butterworth? -pregunto la madre de Olivia desde la puerta.
– Luego te lo explico -le prometio Olivia. Esa estupida novela acabaria matando a alguien. Se dirigio a Sebastian-: Senor Grey, creo que deberiamos avisar a un medico.
– Vladimir se ocupara -anuncio el principe Alexei.
Sebastian levanto la vista hacia Olivia, los ojos fuera de las orbitas.
– Mama -dijo Olivia en voz alta haciendole senas para que se acercase-, creo que necesitamos un medico.
– ?Vladimir! -grito el principe, que solto una parrafada en ruso.
– No deje que el me toque -susurro Sebastian.
– No te vayas a pensar que esta noche te iras a la cama sin explicarme hasta el mas minimo detalle -musito lady Rudland al oido de Olivia.
Esta asintio agradecida porque tendria cierto tiempo para dar con una explicacion convincente. Sin embargo, tuvo la sensacion de que nada podria superar la verdad; o por lo menos la verdad con unas cuantas omisiones cuidadosamente seleccionadas. Estaba muy agradecida de que Huntley hubiese presenciado la actuacion de aquella tarde; eso explicaria al menos por que lady Rudland no habia sido informada de las numerosas visitas recibidas por su hija.
– Avisa a Harry -le dijo Sebastian a Edward-. Ahora.
El joven se retiro y se fue raudo.
– Vladimir se dedica a esto -dijo el principe Alexei abriendose paso a empujones. El guardaespaldas estaba justo a su lado, mirando a Sebastian con ojos entornados y criticos.
– ?Arregla brazos rotos? -inquirio Olivia mirandolo con considerable suspicacia.
– Sabe hacer muchas cosas -contesto Alexei.
– Vuestra Alteza -musito lady Rudland al tiempo que le hacia una escueta reverencia; al fin y al cabo, era un miembro de la realeza y, al margen de cualquier extremidad dislocada, habia que seguir el protocolo.
– Pereloma ruki u nevo nyet -dijo Vladimir.
– Dice que no tiene el brazo roto -tradujo Alexei mientras presionaba el hombro de Sebastian. Este pago tal chillido que Olivia dio un respingo.
Vladimir dijo algo mas, a lo que Alexei musito una respuesta claramente en forma de pregunta. Vladimir asintio con la cabeza y entonces, antes de que nadie tuviese ocasion de reaccionar, ambos hombres sujetaron a Sebastian, Alexei por el tronco y Vladimir por el brazo, un poco mas arriba del codo. Vladimir tiro y giro, o tal vez giro y tiro. Se oyo un crujido horrible. ?Senor! Olivia ignoraba de que hueso se trataba, pero debio de ser algo espantoso, porque Sebastian solto un grito aterrador.
Olivia creyo que ella misma vomitaria.
– ?Mejor? -pregunto el principe Alexei, mirando a su tembloroso paciente.
Sebastian parecia demasiado aturdido para hablar.
– Esta mejor -comento Alexei confiado. Acto seguido le dijo a Sebastian-: Le dolera varios dias; semanas tal vez. Se habia… ehhh… ?como lo llaman ustedes?
– Dislocado -gimoteo Sebastian mientras movia timidamente los dedos.
–
Olivia desplazo el peso sobre el otro lado del cuerpo para ver mejor la escena, cuya vista le bloqueaba Vladimir. Sebastian tenia un aspecto
– ?No esta un poco palido? -pregunto Olivia en general.
Junto a ella, Alexei asintio. Su madre tambien se acerco diciendo:
– Tal vez deberiamos… ?Ohhh!
Sebastian habia puesto los ojos en blanco y el siguiente
Harry estaba al pie de los escalones de la entrada a la casa de los Rudland cuando oyo el chillido. Era un grito de dolor, eso lo supo al instante, y le parecio que era de mujer.