– Helen Leidecker no menciono a una segunda nina que hubiera vivido en Willow Glen.

– ?Se lo preguntaste?

– No.

– ?Mencionaste la foto?

– No. Ella me parecia…

– ?Honesta?

– No. Simplemente, es que no surgio el tema.

No dijo nada.

– Vale -comente-. Suspendeme en Primero de Interrogatorios.

– Tranquilo -dijo-. Solo estoy tratando de hacerme una imagen clara.

– Si la logras, compartela conmigo. ?Maldita sea, Milo, quiza la jodida foto ni siquiera era de Sharon y su hermana! ?Ya no se que infiernos es real y que no lo es!

Me dejo echar humo un poco, y luego me dijo:

– El sugerirte que lo dejes correr todo seria una estupidez, supongo.

Ni le conteste.

– Antes de que caigas en el autodesprecio, Alex, ?por que no te limitas a hacerle una llamada a esa mujer, la Leidecker? Preguntale acerca de la foto, y si tiene alguna reaccion rara, esa sera la prueba de que no es la Honesta Maestra Rural. Lo que podria significar mas labor de enmascaramiento…, como pudiera ser muy bien, en el caso de que la gemela hubiera sufrido esos danos bajo circunstancias sospechosas y ella estuviera tratando de encubrir a alguien.

– ?A quien, a los Ransom? No los veo abusando de una nina…

– No abusando de ella, sino descuidandola. Tu mismo has dicho que no estaban hechos para ser padres, que apenas si podian ocuparse de una nina. Les hubiera resultado imposible enfrentarse con dos. ?Y si hubieran vuelto la espalda justo en el mal momento, y la gemela hubiera sufrido un accidente?

– ?Como, por ejemplo, ahogarse?

– Por ejemplo.

La cabeza me giraba sin parar. Me habia pasado la noche dando vueltas en la cama, y seguia sin salir del remolino…

Milo se inclino hacia mi y me dio unas palmadas en el hombro.

– No te preocupes. Aunque no podamos llevarlo a los tribunales, siempre podemos venderselo a los estudios. Mostrarle a Dickie Cash como se coloca un guion.

– Llama a mi agente -le dije.

– Que tus abogados llamen a los mios y prepararemos un contrato.

Me obligue a sonreir.

– ?Has comprobado ya el registro de nacimientos de Port Wallace?

– Aun no. Si tienes razon en lo de que la Lanier se debio de ir a algun lugar tranquilo a dar a luz, su pueblo era el sitio perfecto…, eso suponiendo que jamas hubiera leido a Thomas Wolfe. ?Que te parece si haces una llamada alli y ves lo que puedes conseguir? Empieza con la Camara de Comercio y averigua los nombres de los hospitales que estuviesen ya funcionando en 1953. Si tienes suerte y aun conservan los archivos, alguna mentirijilla te permitira fisgonear en los mismos… diles que eres algun tipo de burocrata. Haran lo que sea para librarse de ti. Y si no sacas nada, prueba suerte con el Registro Civil del Condado.

– Llama a Helen, llama a Port Wallace. ?Alguna mision mas, senor?

– Oye… si quieres jugar al investigador privado, tienes que acostumbrarte al trabajo tedioso.

– ?El trabajo no peligroso?

Solto un bufido.

– ?Maldita sea, eso es, Alex! Recuerda el aspecto que tenian los Kruse y esa chica, la Escobar. Y lo deprisa que se largaron los Fontaine hacia las paradisiacas Islas de los Cocoteros. Si tienes razon solo en la decima parte de lo que has pensado, nos estamos enfrentando a una gente que tiene unos brazos muy largos.

Hizo un circulo con el indice y el pulgar, y solto el primer dedo como si estuviera echando una mota de polvo.

– ?Puf! La vida es fragil… eso es algo que me ensenaron en Filosofia, en el Bachillerato. Quedate en casa, no dejes las puertas abiertas. No aceptes caramelos de un desconocido.

Aclaro su bol, lo puso en la escurridora. Me saludo y se dispuso a marcharse.

– ?Y a donde vas tu?

– Hay algo de lo que debo ocuparme.

– ?El algo que te ha impedido llamar a Port Wallace? ?Acaso es andar al acoso del Trapp silvestre?

Me puso mala cara.

– Rick me aseguro que lo vas a cazar.

– Rick deberia ocuparse solamente de lo suyo: abrir en canal a la gente, por diversion y por dinero. ? Aja, se la tengo jurada a ese cabron, y le he encontrado un punto debil: ademas de sus otras virtudes, tiene una cierta aficion por las hembras que todavia no han llegado a la mayoria de edad!

– ?Como cuanto antes de llegar a la mayoria?

– Quinceaneras, justo lo bastante crias como para que sea ilegal. Cuando estaba alla en la Division de Hollywood se habia metido, hasta las cejas, en la organizacion de los Scouts de la Policia… se gano una felicitacion del Departamento por servicios mas alla de lo que manda el deber y blablabla. Parte de estos servicios consistian en facilitarles ensenanza privada a algunas de las scouts mas desarrolladitas fisicamente.

– ?Y como has averiguado eso?

– La fuente clasica: un antiguo empleado, con quejas hacia su ex-jefe. Una agente hispana, que se graduo en la Academia un par de cursos despues que yo. Acostumbraba a trabajar en la Sala de Pruebas de la Division de Hollywood, se tomo el permiso reglamentario para tener un hijo y, cuando regreso, Trapp le hizo tan perra la existencia, que opto por acogerse al retiro anticipado, alegando estres. Hace unos anos me la encontre en el centro, en el dia en que tenia su ultima entrevista para lo del retiro. Y ahora, mientras me devanaba los sesos para tratar de hallar algo con que agarrar a Trapp, la recorde. Realmente lo odiaba. Busque su direccion, y le hice una visita: esta casada con un contable, tiene un crio gordito, y un piso muy majo, de dos niveles, en Simi Valley. Pero, aun asi, tras todos estos anos al hablar de Trapp se le salian los ojos de las orbitas. El solia meterle mano, hacer comentarios racistas… de como las chicas mexicanas acostumbraban a perder la virginidad antes que los dientes de leche, de lo que realmente significa ser un espalda mojada… todo ello dicho con un acento de mexicano de pelicula comica.

– ?Y por que no informo de lo que le estaba pasando?

– ?Y por que los chicos de la Casa de los Ninos no le dijeron a nadie lo que les estaba pasando a ellos? Por miedo. Por estar intimidados. En aquel entonces, en el Ayuntamiento no creian en el hostigamiento sexual. Y el presentar una queja oficial hubiera representado tener que exponer todo su historial sexual ante Asuntos Internos y la Prensa. Y era bien sabido que era una chica muy juerguista, que siempre estaba de fiestas. Hoy en dia tiene las ideas mas claras. Se da cuenta de que la jodieron de mala manera, y esta llena de rabia. Pero nunca habia hablado de esto con nadie… y menos aun con su marido. Despues de que hubo soltado todo lo que llevaba dentro, me hizo jurarle que no la meteria en ningun lio; asi que tengo una informacion que no puedo usar. Pero si obtengo corroboracion de lo que me ha dicho, a ese bastardo se le ha caido el pelo.

Camino hasta la puerta.

– Y a esto, mi querido amigo, es a lo que voy a dedicar mis actividades no estrictamente laborales.

– Buena suerte.

– Aja. Yo trabajare en lo mio, y quizas al final lograremos ligarlo todo y encontrarnos a medio camino. Mientras, cuidate las espaldas.

– Lo mismo digo, Sturgis. Las tuyas tampoco son a prueba de bala.

Logre el numero de Helen Leidecker de Informacion de San Bernardino. No hubo respuesta. Frustrado, pero mas tranquilo, pues no me apetecia nada la idea de poner a prueba su integridad, busque un Atlas de los Estados Unidos y halle Port Wallace en Texas, en la parte mas al sur del estado, justo al oeste de Laredo. Un casi invisible puntito en el lado tejano de Rio Grande.

Le pedi a la telefonista el codigo de zona del sur de Texas, marque luego Informacion, y pedi por la Camara

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