– Me encanta el bok choy -me dijo, mientras alzaba en una mano el cantalupo. Colocandolo en su carrito, paso su atencion a una pina envuelta en plastico-. Humm, todo parece tan bueno y maduro hoy. Namnam.
Yo meti en mi carrito unos tomates, seleccione una lechuga y un manojo de chalotas y comence a alejarme rodando.
– Abogado, ?verdad?
Le sonrei y negue con la cabeza.
– Hum, veamos… arquitecto.
– No, soy psicologo.
– ?De verdad lo eres? ?Me
– Eso es estupendo, Julie. -Comence a empujar mi carrito, alejandome-. Me alegra haberte conocido.
– Escucha -me dijo-. Estoy en esa dieta limpiadora de una-comida-por-dia, solo al mediodia… montones de carbohidratos complejos, y aun no la he comido hoy. Estoy hambrienta, y hay un bar en la parte de atras, en el que dan pasta, ?te gustaria comer conmigo?
– Me encantaria, Julie, pero no puedo. Gracias de todos modos.
Espero a que yo intentara algun seguimiento. Cuando no lo hice, se le mudo la faz.
– No es nada personal -le explique-, solo es un mal momento.
– Seguro -dijo ella y aparto la cara con gesto despectivo. Mientras me alejaba, la oi murmurar-: ?Joder, es que todos los que son guapos, son maricas!
A las seis vino a verme Milo. A pesar de que no tenia que regresar a la Comisaria hasta el lunes, estaba vestido como para trabajar: un ajado traje de tejido barato, una camisa de lavar-y-usar, una corbata atroz y botas del desierto.
– Me he pasado todo el dia haciendo de detective -me dijo, tras cogerse una cerveza y comentarme que era un buen chico, por haber vuelto a llenar mi despensa-. La Division de Hollywood, el forense, el Archivo Municipal, el Catastro y Seguridad. Tu doctora es un maldito fantasma. Desde luego, daria algo por saber lo que esta pasando.
Se sento a la mesa de la cocina. Yo me coloque frente a el, y espere a que acabase la cerveza.
– Es como si nunca la hubieran procesado a traves de ningun sistema -me explico-. Tuve que hacerme el despistado en Hollywood haciendo ver que buscaba otra cosa, mientras miraba si hallaba algun informe acerca de ella. Nada. Ni en papel, ni en el ordenador central. No pude hallar ni quien llamo la noche en que ella murio, ni quien le cogio la llamada. Nada tampoco en el forense…, ni informe de la autopsia, ni ficha de almacenamiento en el deposito, certificado de defuncion, entrega a familiares. Quiero decir que hay asuntos con mas o menos tapadera, pero esto parece cosa de la Dimension Desconocida.
Se froto la cara con la mano.
– Uno de los patologos es un tipo al que Rick conocio en la Facultad de Medicina. Normalmente logro que me hable «off the record», que me de los resultados antes de que escriba el informe final, que me haga especulaciones acerca de cosas que no puede poner en el informe. Pense que, por lo menos, me podria conseguir una copia del informe. No ha habido manera. Hizo todo un teatro para mostrarme que
– ?El mismo patologo con el que hablo Del?
– No. Ese era Itatani. Hable primero con el, y lo mismo… El telon ha caido con fuerza sobre esto. Confieso que estoy intrigado.
– Quiza no fue suicidio.
– ?Alguna razon para pensar eso?
– Tenia a mucha gente enfadada con ella.
– ?Que gente?
Le conte lo de las seducciones de los pacientes, sin mencionar el nombre de Leslie Weingarden.
– Muy bonito, Alex. ?Y por que no me lo contaste al principio?
– Es de una fuente confidencial. No puedo darte mas detalles.
– Jesus. -Se levanto, camino arriba y abajo-. Me pides que te cave un agujero, y no me das la pala. Jesus, Alex.
Se fue a por otra cerveza.
– Ya es bastante malo el volver a estar en el mundo real -me dijo-, sin encima tener que estar todo el dia con las ruedas patinando.
– No fue mi intencion el mandarte a dar palos de ciego…
– Zas, zas.
Luego agito la mano.
– Pero, ?a quien quiero enganar…? No lo he hecho por ti, lo he hecho por mi: por Trapp. Y aun asi, no creo que en esto haya un gran gato encerrado. Ransom se mato ella misma. Era una mal ajustada… y lo que me has dicho lo corrobora.
– ?Has encontrado algo acerca de la hermana gemela?
– Nada. Otro fantasma. No hay ninguna Shirlee Ransom en nuestros archivos, ni en los de nadie. Si te acordases del nombre de ese hospital en el que la viste, podriamos buscar en los archivos de transferencia de negocios o en los de bancarrotas. Pero, incluso encontrandolo, el seguir la pista de los pacientes individuales seria un trabajo casi imposible.
– No puedo acordarme porque nunca lo supe, Milo. ?Y si mirasemos en los archivos de la Medi-Cal?
– Me dijiste que la Ransom era rica. ?Por que iba a estar su hermana acogida a la asistencia medica del Estado?
– Ademas -anadio el-, con todas las mentiras que contaba, ya no sabes que creer.
Asenti.
– Desde luego mentia. Como en eso de ser duena de la casa de Jalmia. El lugar es propiedad de una gran empresa, tal cual te dijo esa agente inmobiliaria. Una empresa de gestion llamada Western Properties, que es propiedad de un holding, que es propiedad de una empresa de ahorros y prestamos, que es propiedad de la Magna Corporation. Creo que ahi se acaba el organigrama, pero no lo juraria.
– La Magna -dije-. ?No es esa la empresa de Leland Belding?
– Lo fue hasta que murio. Ni idea de quien es ahora el propietario. -Bebio cerveza-. El viejo multimillonario ermitano. Ese era un tipo al que uno se podia imaginar dando el telonazo que han dado a este caso, pero lleva enterrado… ?cuanto? ?Cinco anos?
– Algo asi. ?No hubo quien dijo que no habia muerto?
– ?Quien? ?El tipo que escribio ese libro lleno de mentiras? Se mato despues de que descubriesen su engano, lo que es una buena indicacion de que tenia algo de lo que avergonzarse. Incluso esos chalados que ven conspiraciones por todas partes no se creen esta. De todos modos, sea quien sea su propietario, la empresa sigue viva… El funcionario me dijo que es una de las principales propietarias de terrenos al oeste del Mississippi…, millares de parcelas. La casa de la Ransom resulta ser una de ellas. Con este tipo de propietario, ya puedes entender lo de la venta rapida.
Se acabo la cerveza y se levanto a por una tercera.
– ?Como esta tu higado? -le pregunte.
– Como una rosa.
– Muchisimo.
– ?Podia hablar?
– No.
– Maravilloso. -Se limpio la espuma de los labios-. Si deseo entrevistar vegetales, siempre puedo ir a un restaurante vegetariano. Lo que voy