miedo ensuciarse las manos. Tenia una memoria fotografica, conocia por su nombre a todos y cada uno de sus cientos de empleados, pero no soportaba a los tontos, ni tenia paciencia para las frivolidades de la buena sociedad y sus fiestas.
Su vida idilica de hijo unico habia sido cruelmente cercenada cuando sus padres habian perecido, en un accidente, mientras regresaban en coche, de una fiesta, a la casa que tenian alquilada en la isla espanola de Ibiza, justo al sur de Mallorca.
Otra capa de sedimento. Deje de leer, trate de darle algun sentido a esto. Cuando vi que no podia, volvi a la lectura.
En el momento del accidente, Belding tenia diecinueve anos, estaba terminando sus estudios, en Stanford, de Fisica e Ingenieria. Los habia abandonado, regresado a Houston para dirigir el negocio petrolero de la familia, y lo habia expandido de inmediato para entrar en la fabricacion de equipos de perforaciones petroliferas, usando disenos que habia desarrollado como proyectos de sus estudios. Un ano mas tarde habia diversificado a la maquinaria pesada, habia tomado lecciones de vuelo, demostrado tener un talento natural para el tema y aprobado facilmente el examen para piloto. Y habia empezado a dedicarse a la construccion de aviones. En cinco anos habia dominado la industria aeronautica, inundando el campo con innovaciones tecnicas.
En 1939 habia consolidado sus propiedades en la Magna Corporation (nota de prensa de la empresa: «… si el senor Belding se hubiera graduado en Stanford, hubiera recibido un
Los rumores acerca de una oferta publica de acciones habia atraido la atencion de los inversores en Bolsa, pero tal oferta jamas se habia materializado, y Wall Street lo habia lamentado sin tapujos, llamando a Lee Belding un simple vaquero que acabaria por abarcar mas de lo que podia agarrar. Belding no ofrecio comentario alguno a esta opinion, y siguio ramificandose a las navieras, los ferrocarriles, las propiedades inmobiliarias y la construccion.
Obtuvo un contrato para una ampliacion del Ministerio del Trabajo en Washington, luego construido casas economicas en Kentucky, y una base militar en Nevada; despues, se habia enfrentado a la Mafia y a los Sindicatos, con el fin de crear La Casbah, el mayor y mas ostentoso casino que jamas se habia visto bajo el sol de Las Vegas.
Al llegar su treinta cumpleanos ya habia incrementado treinta veces la fortuna heredada, era uno de los cinco hombres mas ricos del pais, y, desde luego, el mas amante de permanecer oculto, rehusando conceder entrevistas y no asistiendo a acontecimientos publicos. La prensa se lo perdonaba: al hacerse el huidizo se convertia en un personaje mas apetecible y les daba mas libertad en sus especulaciones.
La intimidad, el mas caro lujo…
No fue hasta despues de la Segunda Guerra Mundial cuando comenzo a agriarse la luna de miel que los Estados Unidos habian tenido con Leland Belding. Mientras la nacion enterraba a sus muertos, y los trabajadores se enfrentaban a un incierto futuro, algunos periodistas de tendencias izquierdistas comenzaron a senalar que Belding habia usado la guerra para convertirse en multimillonario, mientras seguia encerrado en su atico de las oficinas principales de la Magna Corporation.
Subsiguientes husmeos revelaron que, entre 1942 y 1945, el capital de la Magna Corporation se habia cuadruplicado, debido a haber conseguido del gobierno millares de contratos militares. Magna habia sido el principal suministrador de las Fuerzas Armadas en bombarderos, sistemas de navegacion para aviones, armas antiaereas, tanques y vehiculos blindados, e incluso en raciones de rancho enlatadas y uniformes de los soldados.
En los editoriales habian empezado a aparecer calificativos tales como
Pronto siguieron los rumores de corrupcion…, pudiendose leer entre lineas que todos aquellos contratos no habian sido conseguidos a base de presentar el pliego de oferta mas bajo. Hacia 1947, los rumores se habian convertido en acusaciones y adquirido la suficiente credibilidad como para que el Senado de los EE.UU. les prestase oido. Habia sido creado un Subcomite, al que se le habia encargado la investigacion de la genesis de los beneficios belicos de Leland Belding y de hurgar en las interioridades de la Magna Corporation. Belding ignoro el furor y dedico su talento al cine, se compro un estudio e invento una camara portatil que prometia revolucionar la industria.
En noviembre de 1947, el Subcomite del Senado realizo sus audiencias publicas.
Halle un resumen de su actuacion en una revista de negocios: un punto de vista conservador, sin fotos, todo el letra pequena y arida prosa.
Pero no lo bastante arida como para ocultar la naturaleza escandalosa de la principal acusacion contra Belding:
Que era menos un magnate de la industria que un chulo de lujo.
Los investigadores del Subcomite afirmaron que Belding habia conseguido inclinar hacia su empresa la decision de los contratos a base de preparar «fiestas locas» para los funcionarios de la Oficina de la Guerra, agentes de compras del Gobierno, legisladores. Esas orgias habian tenido lugar en aisladas casas de las colinas de Hollywood compradas por la Magna Corporation expresamente como «locales para fiestas», y en ellas habia peliculas porno, rios de alcohol, «petardos» de marihuana, asi como espectaculos de danza y ballet acuatico ejecutados por legiones de muchachas desnudas, «de moral dudosa».
Esas mujeres, que eran descritas como «profesionales de las fiestas», eran aspirantes a actrices, elegidas por el hombre que regia el estudio de Belding, un «antiguo consultor de negocios» llamado William Houck (alias Billy) Vidal.
Las audiencias habian durado mas de seis meses; luego, de modo gradual, lo que habia prometido ser una historia jugosa habia empezado a marchitarse. Al comite le resulto imposible presentar testigos de las famosas fiestas, como no fueran los competidores comerciales de Belding, que testificaban de oidas y se derrumbaban al ser interrogados por los representantes de la otra parte. Y el multimillonario en persona se nego a testificar, a pesar de las citaciones al respecto, alegando la posibilidad de poner en peligro la seguridad nacional. Y en esto le habia apoyado el Departamento de Defensa.
Billy Vidal si que se presento…, en compania de la flor y nata del talento legal. Nego que su funcion principal fuera el buscarle mujeres a Leland Belding, se describio a si mismo como un consultor de negocios para la industria cinematografica, un hombre de exito, con oficinas en Beverly Hills antes de conocer a Leland Belding, y habia aportado documentos demostrandolo. Su amistad con el joven magnate se habia iniciado cuando ambos eran estudiantes en Stanford, y el era un gran admirador de Belding. Nego toda implicacion en nada ilegal o inmoral. Y una legion de testigos le apoyaron. Se prescindio de Vidal.
Cuando las citaciones para presentar los libros de contabilidad de la empresa fueron rechazadas por la Magna, de nuevo amparandose en la seguridad nacional, y esta vez con el apoyo tanto del Departamento de Defensa como del de Estado, el Subcomite llego a una via muerta, y a su vez murio.
Los senadores intentaron evitar el ridiculo a base de hacerle una suave reprimenda a Leland Belding, tomando nota de sus valiosas aportaciones a la defensa nacional, pero sugiriendole que, en el futuro, fuese mas cuidadoso con su contabilidad. Luego, asignaron a unos funcionarios, para que recopilasen un informe en base a lo tratado en las audiencias, y votaron su autodisolucion. Los cinicos hicieron notar que, en vista de que una de las acusaciones era que ciertos miembros del Congreso habian estado en las listas de invitados a las fiestas de Belding, todo aquello no habia sido otra cosa que el tipico ejemplo de que no se puede poner a los lobos de centinelas en el gallinero. Pero, llegados a este punto, el tema ya no le interesaba realmente a nadie; ahora el pais estaba henchido de optimismo, dedicado a la reconstruccion, y decidido a pasar una decada jodidamente buena. Y si algunos divertidos vividores habian disfrutado de una cierta vida alegre, pues mejor para ellos.
Locales para fiestas. Una conexion con la industria del cine. Peliculas porno. Queria saber algo mas sobre como habia llegado el ruboroso Belding a esta vida tan disipada.
Pero antes de que pudiera regresar a la seccion de indices para buscar si habia algo acerca de William Houck Vidal, los altavoces del techo dieron el aviso de que la biblioteca iba a cerrar en quince minutos. Recogi mis dos