que no dependian de el, que estaban mas o menos preestablecidos: las misas, las suites barrocas, los concerti barrocos, etc. Sus distintas partes se situan por tradicion segun un orden determinado, de tal manera que, por ejemplo, con la regularidad de un reloj, la suite termina siempre con una danza rapida, etc., etc.
Las treinta y dos sonatas de Beethoven, que abarcan casi toda su vida creativa, desde sus veinticinco hasta sus cincuenta y dos anos, representan una inmensa evolucion en la que la composicion de la sonata se transforma por completo. Las primeras sonatas obedecen todavia a un esquema heredado de Haydn y Mozart: cuatro movimientos; el primero: allegro, escrito en la forma sonata; el segundo: adagio, escrito en la forma lied; el tercero: minue o scherzo, en un tempo moderado; el cuarto: rondo, en un tempo rapido.
Salta a la vista la desventaja de esta composicion: el movimiento mas importante, mas dramatico, mas largo, es el primero; la sucesion de los movimientos tiene, pues, una evolucion descendente: desde el mas grave hasta el mas leve; ademas, antes de Beethoven, la sonata se queda siempre a medio camino entre una recopilacion de piezas (se tocan entonces muchas veces en los conciertos los movimientos aislados de las sonatas) y una composicion indivisible y unida. Segun la evolucion de estas treinta y dos sonatas, Beethoven reemplaza progresivamente el viejo esquema de la composicion por un esquema mas concentrado (reducido a veces a tres, incluso a dos movimientos), mas dramatico (el centro de gravedad se desplaza hacia el ultimo movimiento), mas unido (sobre todo por la propia atmosfera emocional). Pero el verdadero sentido de esta evolucion (que por ello se convierte en una verdadera revolucion) no era el de reemplazar un esquema insatisfactorio por otro mejor, sino el de romper el principio mismo del esquema compositivo preestablecido.
En efecto, esta obediencia colectiva al esquema prescrito de la sonata o de la sinfonia tiene algo de ridiculo. Imaginemos que todos los grandes sinfonistas, incluidos Haydn y Mozart, Schumann y Brahms, tras llorar en su adagio, se disfrazaran, al llegar al ultimo movimiento, de escolares y se precipitaran al patio de recreo para bailar, saltar y decir a voz en grito que bien esta lo que bien acaba. Es lo que podemos llamar «la tonteria de la musica». Beethoven comprendio que la unica via para superarla era la de hacer que la composicion fuera radicalmente individual.
Esta es la primera clausula de su testamento artistico destinado a todas las artes, a todos los artistas, y que yo formularia asi: no hay que considerar la composicion (la organizacion arquitectonica del conjunto) como una matriz preexistente, prestada al autor para que el la rellene con su invencion; la composicion debe ser en si misma una invencion, una invencion que compromete toda la originalidad del autor.
No sabria decir hasta que punto este mensaje ha sido escuchado y comprendido. Pero el propio Beethoven supo extraer de el todas las consecuencias, magistralmente, en sus ultimas sonatas, cada una de las cuales esta compuesta de un modo unico, jamas visto.
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La sonata Opus 111; solo tiene dos movimientos: el primero, dramatico, esta elaborado de un modo mas o menos clasico en la forma sonata; el segundo, de caracter meditativo, esta escrito en forma de variaciones (forma, antes de Beethoven, mas bien desacostumbrada en una sonata): ningun contraste entre variaciones particulares, tan solo una gradacion que anade siempre un nuevo matiz a la variacion precedente y otorga a este largo movimiento una excepcional unidad de tono.
Cuanto mas perfecto es cada uno de los movimientos en su unidad, mas se opone al otro. Desproporcion de la duracion: el primer movimiento (en la ejecucion de Schnabel): 8,14 minutos; el segundo: 17,42 minutos. ?La segunda parte de la sonata es, pues, mas de dos veces mas larga que la primera (caso sin precedente en la historia de la sonata)! Ademas: el primer movimiento es dramatico, el segundo calmo, reflexivo. Ahora bien, empezar dramaticamente y terminar con una meditacion tan larga parece contradecir todos los principios arquitectonicos y condenar la sonata a la perdida de toda la tension dramatica, tan cara, antes, a Beethoven.
Pero es precisamente la cercania inesperada de estos dos movimientos lo que es elocuente, lo que habla, lo que se convierte en el gesto semantico de la sonata, en su significacion metaforica, que evoca la imagen de una vida dura, corta, y del canto nostalgico que la sigue, sin fin. Esta significacion metaforica, inasible mediante palabras y, no obstante, fuerte e insistente, otorga a estos dos movimientos una unidad. Unidad inimitable. (Se podria imitar indefinidamente la composicion impersonal de la sonata mozartiana; la composicion de la sonata Opus 111 es hasta tal punto personal que su imitacion seria una falsificacion.)
La sonata Opus 111 me recuerda Las palmeras salvajes de Faulkner. En esta novela, alterna un relato amoroso con el de un prisionero evadido, relatos que no tienen nada en comun, ningun personaje e incluso ningun parentesco perceptible de motivos o temas. Composicion que no puede servir de modelo para ningun otro novelista; que no puede existir sino una sola vez; que es arbitrario, no recomendable, injustificable; injustificable porque detras de ella se oye un
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Por su rechazo del sistema Nietzsche cambia a fondo la manera de filosofar: tal como lo definio Hannah Arendt, el pensamiento de Nietzsche es un pensamiento experimental. Su primer impulso es el de corroer lo que esta inmovilizado, socavar sistemas comunmente aceptados, abrir brechas para aventurarse en lo desconocido; el filosofo del porvenir sera un experimentador, dice Nietzsche; libre de ir en distintas direcciones que pueden, en rigor, oponerse.
Si soy partidario de una fuerte presencia del pensar en la novela eso no quiere decir que me guste lo que suele llamarse «novela filosofica», esa servidumbre de la novela a una filosofia, esa «puesta en narracion» de las ideas morales o politicas. El pensamiento autenticamente novelesco (tal como lo ha conocido la novela desde Rabelais) siempre es asistematico; indisciplinado; esta proximo al de Nietzsche; es experimental; fuerza brechas en todos los sistemas de ideas que nos rodean; examina (en particular por mediacion de los personajes) todos los caminos de reflexion procurando llegar hasta el final de cada uno de ellos.
Acerca del pensamiento sistematico, una cosa mas: quien piensa es automaticamente arrastrado a sistematizar; es su eterna tentacion (incluso la mia, e incluso durante la escritura de este libro): tentacion de describir todas las consecuencias de sus ideas; de prever todas las objeciones y de rechazarlas de antemano; de atrincherar asi sus ideas. Ahora bien, el que piensa no debe esforzarse por persuadir a los demas de su verdad; en tal caso se encontraria en el camino de un sistema; en el lamentable camino de «el hombre de convicciones»; a algunos hombres politicos les gusta calificarse asi; pero ?que es una conviccion? Es un pensamiento que se ha detenido, que esta inmovilizado, y «el hombre de convicciones» es un hombre limitado; el pensamiento experimental no desea persuadir sino inspirar; inspirar otro pensamiento, poner en marcha el pensamiento; por eso un novelista debe sistematicamente desistematizar su pensamiento, dar patadas a la barricada que el mismo ha levantado alrededor de sus ideas.
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El rechazo nietzscheano del pensamiento sistematico tiene otra consecuencia: una inmensa ampliacion tematica; han caido las barreras entre las distintas disciplinas filosoficas que impidieron ver el mundo real en toda su extension y a partir de ese momento cualquier cosa humana puede convertirse en objeto del pensamiento de un filosofo. Esto tambien acerca la filosofia a la novela: por primera vez la filosofia no reflexiona sobre la epistemologia, la estetica, la etica, la fenomenologia del espiritu, sobre la critica de la razon, etc., sino sobre todo lo que es humano.
Los historiadores o los profesores, al exponer la filosofia nietzscheana, no solo la reducen, cosa que ya se da por supuesta, sino que la desfiguran al convertirla en lo opuesto de lo que es, es decir en un sistema. ?Queda espacio todavia en su Nietzsche sistematizado para sus reflexiones sobre las mujeres, los alemanes, Europa,