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Oh, pequenas naciones. En la calida intimidad, cada uno envidia a cada uno, todo el mundo vigila a todo el mundo. «?Familia, os odio!» Y aun otras palabras de Gide: «Nada es mas peligroso para ti que tu familia, que tu habitacion, que tu pasado […]. Debes dejarlos». Ibsen, Strindberg, Joyce, Seferis lo supieron. Transcurrieron gran parte de su vida en el extranjero, lejos del poder familiar. Para Janacek, patriota candido, esto era inconcebible. Por tanto, lo pago.

Por supuesto, todos los artistas modernos conocieron la incomprension y el odio; pero estaban al mismo tiempo rodeados de discipulos, teoricos, ejecutantes que los defendian y, desde el principio, imponian la autentica concepcion de su arte. En Brno, en una provincia en la que paso toda su vida, Janacek tambien tenia a sus fieles, ejecutantes con frecuencia admirables (el Cuarteto Janacek fue uno de los ultimos herederos de esta tradicion), pero su influencia era demasiado debil. Desde los primeros anos del siglo, la musicologia oficial checa arrojo sobre el su desden. A los ideologos nacionales, que no conocian en musica a otros dioses que Smetana, otras leyes que las smetanescas, les imtaba su alteridad. El papa de la musicologia praguense, el profesor Nejedly, que paso a ser al final de su vida, en 1948, ministro y omnipotente amo de la cultura en la Checoslovaquia estalinizada, no conservaba, en su belicosa senilidad, mas que dos grandes pasiones: venerar a Smetana, execrar a Janacek. El unico apoyo que Janacek obtuvo en toda su vida fue el de Max Brod; al traducir este, entre 1918 y 1928, todas sus operas al aleman, les abrio las fronteras y las libero del poder ejecutivo de la celosa familia. En 1924, Brod escribio su monografia, la primera que se le dedico; pero Brod no era checo, de modo que la primera monografia janacekiana es alemana. La segunda es francesa, publicada en Paris en 1930. Solo treinta y nueve anos despues de la de Brod vio la luz su primera monografia completa en checo [4]E:WINDOWSclitConvert85ed80.25 254 13110212002141171211 htm – _ftn4. Franz Kafka comparo la lucha de Brod a favor de Janacek a la anteriormente librada en favor de Dreyfus. Sorprendente comparacion que revela el grado de hostilidad que se abatio sobre Janacek en su pais. Obstinadamente, el Teatro Nacional de Praga se nego, entre 1903 y 1916, a montar su primera opera, Jenufa. En Dublin, en la misma epoca, entre 1905 y 1914, sus compatriotas rechazan el primer libro en prosa de Joyce, Dublineses, e incluso queman las pruebas de imprenta en 1912. La historia de Janacek se distingue de la de Joyce por la perversidad del desenlace: fue obligado a ver el estreno de Jenufa dirigido por el director de orquesta que durante catorce anos lo habia rechazado, que durante catorce anos no habia manifestado mas que desprecio por su musica. Se vio obligado a mostrarse agradecido. A partir de esta humillante victoria (la partitura, recordemoslo, quedo embadurnada de correcciones en rojo, de tachaduras, de anadidos), termino, en Bohemia, por ser tolerado. Digo: tolerado. Si una familia no consigue aniquilar al hijo malquerido, lo rebaja mediante una indulgencia maternal. El discurso corriente en Bohemia, y que dice estar a su favor, le arranca del contexto de la musica moderna y lo amuralla en la problematica localista: pasion por el folclore, patriotismo moravo, admiracion por la Mujer, la Naturaleza, Rusia, lo eslavo y otras jerigonzas. Familia, os odio. Ninguno de sus compatriotas ha escrito hasta hoy ningun importante estudio musicologico analizando la novedad estetica de su obra. Ninguna escuela influyente de la interpretacion janacekiana ha podido hacer inteligible al mundo su extrana estetica. Ninguna estrategia para dar a conocer su musica. Ninguna edicion completa en discos de su obra. Ninguna edicion completa de sus escritos teoricos y criticos.

Y, sin embargo, esa pequena nacion jamas ha tenido un artista mas grande que el.

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Dejemoslo. Pienso en la ultima decada de su vida: su pais independiente, su musica finalmente aplaudida, el mismo amado por una mujer; sus obras pasan a ser cada vez mas audaces, libres, alegres. Vejez picassiana. En el verano de 1928, su amada, acompanada de sus dos hijos, va a verle a su pequena casa de campo. Los ninos se pierden en el bosque, el parte en su busca, corre por todas partes, se enfria, cae victima de una neumonia, es llevado al hospital y, pocos dias despues, muere. Ella esta alli, a su lado. Desde los catorce anos, oigo murmurar que murio haciendo el amor en su cama de hospital. Poco verosimil, pero, como solia decir Hemingway, mas verdadero que la verdad. ?Que otra culminacion para esta desencadenada euforia que fue su edad tardia?

Esta es tambien la prueba de que en su familia nacional habia, pese a todo, quienes lo querian. Porque semejante leyenda es un ramo de flores depositado encima de su tumba.

Octava Parte. Los caminos de la niebla

?Que es la ironia?

En la cuarta parte de El libro de la risa y el olvido, Tamina, la protagonista, necesita la ayuda de su amiga Bibi, una joven grafomana; para ganarse su simpatia, le organiza un encuentro con un escritor provinciano llamado Banaka. Este explica a la grafomana que los verdaderos escritores de hoy han renunciado al anticuado arte de la novela: «Mire usted, la novela es fruto de la ilusoria idea de que podemos comprender a los demas. ?Pero que sabemos de los demas? […] Lo unico que podemos hacer es dar testimonio cada uno sobre si mismo. […] Todo lo demas es mentira». Y el amigo de Banaka, un profesor de filosofia: «Desde los tiempos de James Joyce sabemos que la mayor aventura de nuestra vida es la falta de aventuras. […] La odisea de Homero se traslado al interior. Se ha interiorizado». Poco tiempo despues de la publicacion del libro, encontre estas palabras en forma de epigrafe a una novela francesa. Esto me halago mucho, pero tambien me azoro porque, para mi, lo que decian Banaka y su amigo no eran sino sofisticadas cretineces. En aquella epoca, en los anos setenta, las oi por todas partes a mi alrededor: parloteo universitario hilado con vestigios de estructuralismo y psicoanalisis.

Despues de la publicacion en separata de esta misma cuarta parte de El libro de la risa y del olvido en Checoslovaquia (primera publicacion de uno de mis textos tras veinte anos de prohibicion), me enviaron a Paris un recorte de prensa: el critico estaba satisfecho de mi y, como prueba de mi inteligencia, citaba estas palabras que el encontraba brillantes: «Desde los tiempos de James Joyce sabemos que la mayor aventura de nuestra vida es la falta de aventuras», etc. Senti un extrano placer maligno al verme volver al pais natal montado en un burro de malentendido.

El malentendido es comprensible: no intente ridiculizar a mi Banaka y a su amigo profesor. No exprese mi reserva con respecto a ellos. Por el contrario, hice lo que pude para disimularlo, pues queria dar a sus opiniones la elegancia del discurso intelectual que todo el mundo, entonces, respetaba e imitaba con furor. Si hubiera hecho que sus palabras fueran ridiculas, exagerando sus excesos, habria hecho lo que se llama una satira. La satira es arte con tesis; segura de su propia verdad, ridiculiza lo que decide combatir. La relacion del novelista con sus personajes jamas es satirica; es ironica. Pero ?como se deja ver la ironia, discreta por definicion? Mediante el contexto: los comentarios de Banaka y su amigo estan situados en un espacio de gestos, acciones y palabras que los relativizan. El pequeno mundo provinciano que rodea a Tamina se distingue por un inocente egocentrismo: cada cual siente una sincera simpatia por ella y, no obstante, nadie intenta comprenderla, pues nadie sabe siquiera que es comprender. Si Banaka dice que el arte de la novela esta anticuado porque la comprension de los demas no es mas que una ilusion, no expresa tan solo una actitud estetica a la moda, sino, sin saberlo, tambien su propia miseria y la de todo su entorno: una desgana por comprender al otro; una egocentrica ceguera frente al mundo real.

La ironia quiere decir: ninguna de las afirmaciones que encontramos en una novela puede tomarse aisladamente, cada una de ellas se encuentra en compleja y contradictoria confrontacion con las demas afirmaciones, las demas situaciones, los demas gestos, las demas ideas, los demas hechos. Solo una lectura lenta, una o varias veces repetida, pondra en evidencia todas las relaciones ironicas en el interior de la novela, sin

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