libros de su persona. Que se llamen Joseph K., Rohan, Samsa, el Agrimensor, Bendemann, Josefina la cantante, el Ayunador o el Trapecista, el protagonista de sus libros no es otro que el propio Kafka». La biografia es la clave principal para la comprension del sentido de la obra. Peor: el unico sentido de la obra es el de ser la clave para comprender la biografia.

2) A la manera de Brod, para los kafkologos la biografia de Kafka se convierte en hagiografia; el inolvidable enfasis con el que Roman Karst termino su discurso en el coloquio de Liblice en 1963: «?Franz Kafka vivio y sufrio por nosotros!». Distintos tipos de hagiografias: religiosas, laicas: Kafka, martir de la soledad; izquierdistas: Kafka, que frecuentaba «asiduamente» las reuniones anarquistas y «dedicaba mucha atencion a la Revolucion de 1917» (segun un testimonio mitomaniaco, siempre citado, jamas verificado). A cada Iglesia, sus apocrifos: Conversaciones con Gustav Janouch. A cada santo, un gesto de sacrificio: la voluntad de Kafka de que se destruyera su obra.

3) A la manera de Brod, la kafkologia aparta sistematicamente a Kafka del terreno de la estetica: o bien como «pensador religioso», o bien, en la izquierda, como contestario del arte, cuya «biblioteca ideal no constaria sino de libros de ingenieros o maquinistas, y de juristas promulgadores» (libros de Deleuze y Guattari). La kafkologia examina incansablemente su relacion con Kierkegaard, Nietzsche, los teologos, pero ignora a los novelistas y los poetas. Incluso Camus, en su ensayo, no habla de Kafka como de un novelista, sino como de un filosofo. Los kafkologos tratan de la misma manera sus escritos privados y sus novelas, aunque dando neta preferencia a los primeros: tomo al azar el ensayo sobre Kafka de Garaudy, por entonces todavia marxista: cita 54 veces las cartas de Kafka, 45 veces el diario de Kafka; 35 veces las Conversaciones con Janouch; 20 veces los cuentos; 5 veces El proceso, 4 veces El castillo, ni una sola vez America.

4) A la manera de Brod, la kafkologia ignora la existencia del arte moderno; como si Kafka no perteneciera a la generacion de los grandes innovadores, Stravinski, Webern, Bartok, Apollinaire, Musil, Joyce, Picasso, Braque, nacidos todos ellos como el entre 1880 y 1883. Cuando, en los anos cincuenta, se aventuro su parentesco con Beckett, Brod protesto inmediatamente: ?san Garta no tiene nada que ver con semejante decadencia!

5) La kafkologia no es critica literaria (no examina el valor de la obra: los aspectos hasta entonces desconocidos de la existencia revelados por la obra, las innovaciones esteticas gracias a las que determino una inflexion en la evolucion del arte, etc.); la kafkologia es exegesis. Como tal, no sabe ver en las novelas de Kafka sino alegorias. Son religiosas (Brod: Castillo = la gracia de Dios; el agrimensor = el nuevo Parsifal en busca de lo divino; etc.); son psicoanaliticas, existencialistas, marxistas (el agrimensor = simbolo de la revolucion porque emprende una nueva distribucion de las tierras); son politicas (El proceso de Orson Welles); la kafkologia no busca en las novelas de Kafka el mundo real transformado por una inmensa imaginacion; extrae mensajes religiosos, descifra parabolas filosoficas.

5

«Garta era un santo de nuestro tiempo, un verdadero santo.» Pero ?puede un santo frecuentar los burdeles? Brod edito el diario de Kafka censurandolo un poco; elimino no solo las alusiones a las putas, sino tambien a todo lo que tenia relacion con la sexualidad. La kafkologia expreso siempre dudas acerca de la virilidad del autor y se complacia en discurrir acerca del martirio de su impotencia. Asi pues, desde hace tiempo, Kafka paso a ser el santo patrono de los neuroticos, deprimidos, anorexicos y fragiles, el santo patrono de los majaderos, los cursis y los histericos (en la pelicula de Orson Welles, K. aulla histericamente, cuando las novelas de Kafka son lo menos histerico que hay en toda la historia de la literatura).

Los biografos no conocen la vida sexual intima de su propia esposa, pero creen conocer la de Stendhal o la de Faulkner. Sobre la de Kafka solo me atreveria a decir lo siguiente: la vida erotica (no muy facil) de su epoca se parecia poco a la nuestra: las chicas de entonces no hacian el amor antes de casarse; a un soltero no le quedaban mas que dos posibilidades: las mujeres casadas de buena familia o las mujeres faciles de clases inferiores: vendedoras, criadas y, naturalmente, prostitutas.

La imaginacion de las novelas de Brod se alimentaba de la primera fuente; de ahi su erotismo exaltado, romantico (cuernos dramaticos, suicidios, celos patologicos) y asexuado: «Las mujeres se equivocan al creer que un hombre autentico solo otorga importancia a la posesion fisica. No es mas que un simbolo y esta lejos de igualar en importancia al sentimiento que la transfigura. Todo el amor del hombre esta destinado a ganarse la benevolencia (en el verdadero sentido de la palabra) y la bondad de la mujer» (El reino encantado del amor).

La imaginacion erotica de las novelas de Kafka, por el contrario, nace casi exclusivamente de la otra fuente: «Pase por delante del burdel como por delante de la casa de la amada» (diario, 1910, frase censurada por Brod).

Las novelas del siglo XIX, aunque supieran analizar magistralmente todas las estrategias amorosas, ocultaban la sexualidad y el acto sexual en si. En las primeras decadas de nuestro siglo, la sexualidad surgio de las brumas de la pasion romantica. Kafka fue uno de los primeros (con Joyce, por supuesto) en descubrirla en sus novelas. No desvela la sexualidad como terreno de juego destinado a un restringido grupo de libertinos (como en el siglo XVIII), sino como realidad a la vez trivial y fundamental de la vida de cada cual. Kafka desvela los aspectos existenciales de la sexualidad: la sexualidad oponiendose al amor; la extraneza del otro como condicion, como exigencia de la sexualidad; la ambiguedad de la sexualidad: sus aspectos excitantes que al mismo tiempo repugnan; su terrible insignificancia que de ninguna manera disminuye su espantoso poder, etc.

Brod era un romantico. Por el contrario, en el origen de las novelas de Kafka creo detectar un profundo antirromanticismo; se manifiesta por todas partes: tanto en la manera en la que Kafka ve la sociedad como en su manera de construir una frase; pero tal vez su origen este en la vision que Kafka tuvo de la sexualidad.

6

Al joven Karl Rossmann (protagonista de America) le expulsan de la casa paterna y le envian a America por un triste incidente sexual con una criada que «le ha convertido en padre». Antes del coito: «?Karl, oh Karl mio!», exclamaba la criada, «mientras que el no veia absolutamente nada sintiendose incomodo entre tantas sabanas y almohadas calientes que ella parecia haber amontonado expresamente para el…». Luego, ella «lo sacudia, auscultaba el latido de su corazon y ofrecia su pecho para una auscultacion similar». A continuacion, ella «hurgo entre sus piernas, de un modo tan asqueroso que, forcejeando con las almohadas, Karl consiguio poner a descubierto la cabeza y el cuello». Por fin, «empujo luego el vientre algunas veces contra el, que se sintio invadido por la sensacion de que ella formaba parte de su propio ser, y quiza fue ese el motivo del tremendo desamparo que entonces le embargo».

Esta modesta copula es el motivo de todo lo que ocurrira despues en la novela. Es deprimente tomar conciencia de que nuestro destino tiene por causa algo absolutamente insignificante. Pero cualquier revelacion de una inesperada insignificancia es al mismo tiempo fuente de comicidad. Post coitum omne animal triste. Kafka fue el primero en describir la comicidad de semejante tristeza.

La comicidad de la sexualidad: idea tan inaceptable para los puritanos como para los neolibertinos. Pienso en D.H. Lawrence, cantor de Eros, evangelista del coito, quien, en El amante de Lady Chatterley, intenta rehabilitar la sexualidad convirtiendola en lirica. Pero la sexualidad lirica es todavia mucho mas risible que la sentimentalidad lirica del siglo pasado.

La joya erotica de America es Brunelda. Fascino a Federico Fellini. Durante mucho tiempo, sono con convertir America en pelicula, y, en Intervista, nos presenta la escena del casting para esta pelicula sonada: se presentan varias candidatas increibles para el papel de Brunelda, elegidas por Fellini con el exuberante placer que todos conocemos. (Pero insisto: ese placer exuberante fue tambien el de Kafka. ?Porque Kafka no sufrio por nosotros! ?Se divirtio por nosotros!)

Brunelda, la antigua cantante, «tan delicada», que tiene «gota en las piernas». Brunelda, «desmesuradamente

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