escuchar de nuevo y despues echo otra vez a correr, sin precaucion ni cautela.
Pero era demasiado tarde. Se paro y permanecio de pie observando como un jinete salia a galope tendido de detras de los arboles un poco mas alla. Justino estaba aun de pie cuando Lucas aparecio, finalmente, jadeando.
– ?Se ha escapado?
– Tenia un caballo atado entre los arboles.
Lucas permanecio en silencio un momento y luego exclamo hecho una furia:
– ?Que se pudra!
Justino asintio sin reservas. Hicieron el camino de regreso en silencio. Lucas cojeaba, pero no hizo caso cuando Justino le pregunto como se encontraba y contesto con laconicas y bruscas palabras: «No tengo ningun hueso roto».
Estaban ya muy cerca del molino cuando vieron a su izquierda una luz. Habia un hombre de pie al otro lado del caz del molino con una antorcha en la mano.
– ?Que pasa? -pregunto, dando la impresion de estar malhumorado y nervioso.
– ?Vivis por estos alrededores?
Asintio bajando la cabeza, evidentemente molesto por el tono autoritario de Lucas e hizo un vago gesto mirando hacia atras. Cuando Lucas le ordeno que le entregara la antorcha, empezo a protestar, hasta que el auxiliar del justicia se identifico, laconico pero contundente.
Camino detras de ellos mientras se acercaban al molino y les hizo muchas preguntas que ninguno de los dos contesto. Justino cruzo el umbral con pies de plomo. Lucas intercepto la entrada, ordenando al inquieto vecino que esperara fuera. Mirando entonces a Justino, dijo:
– Vamos a concluir de una vez este asunto.
Despues de que Justino levantara la escalera, Lucas cruzo el recinto, cojeando todavia, y empezo a subir. Justino le siguio y ascendio con dificultad al desvan donde encontro a Lucas de pie junto al cadaver de un hombre. La sangre habia salpicado las dos piedras del molino y mojado el suelo. El primo de Gilbert yacia en el boca arriba, con los ojos abiertos y la boca torcida. Al acercarse Justino un poco mas, vio que habian apunalado a Henrick en el pecho y que tenia una navaja clavada debajo de las costillas, lo mismo que Gervase Fitz Randolph. Pero cuando Lucas movio la antorcha, vieron que le habian degollado tambien.
7. WINCHESTER
El cielo habia empezado a despejarse hacia levante, con un color nacar levemente matizado de rosa. Justino contemplo ese horizonte que se iba iluminando poco a poco. Raras veces se habia alegrado tanto de que la noche llegara a su fin. Estaba exhausto, porque en las horas inmediatas al descubrimiento del cuerpo de Kenrick estuvo muy ocupado, con tareas desagradables en su mayoria.
Lucas habia levantado un revuelo de mil diablos en Winnal, una aldea al nordeste de las murallas de la ciudad, para asegurarse de que ninguno de los habitantes del villorrio habia acogido a Gilbert, voluntaria o involuntariamente. Hubo que sacar el cadaver, llevarlo a la iglesia de San Juan, que era la mas cercana; fue preciso registrar el molino y ponerlo bajo custodia; y hubo que comunicarle a la mujer de Kenrick y a sus hijos la noticia de su muerte.
Este fue el deber mas penoso que Justino tuvo que llevar a cabo. Habia seis ninos en la familia, la mayoria de ellos demasiado jovenes para comprender el aturdido y a duras penas sofocado dolor de la madre. Lucas y el la habian acompanado a la iglesia, porque no consintio que manos que no fueran las suyas lavaran el cuerpo de su marido y lo amortajaran. Despues de encontrar a vecinas que se ocuparan de los somnolientos y desconcertados ninos, volvieron al escenario del ultimo asesinato del Flamenco, y llegaron al molino poco despues del amanecer.
A pesar de lo temprano de la hora, habia fuera un nutrido grupo de gente, porque la noticia del crimen se habia difundido como el humo. Encontraron a Wat, el sargento de Lucas, discutiendo acaloradamente con un hombre corpulento, de rostro enrojecido, que resulto ser el molinero Durngate. Daba la impresion de tomarse la muerte de su empleado con mucha calma, pero estaba furioso por no poder abrir su molino y empezo a discutir con Lucas tan pronto como desmontaron del caballo, quejandose de que iba a perder dinero si no dejaba entrar a sus parroquianos.
Lucas se abrio paso por delante del molinero, sin hacer caso de su presencia. Cuando este le siguio, el auxiliar del justicia se volvio.
– Seria una pena, Abel, que tropezaras y cayeras al caz. Naturalmente, si te pasara esto, te sacariamos.
El molinero le miro indignado, y demostro que no era tonto del todo al echarse un poco atras. Dejando que su sargento se ocupara de Abel, Lucas entro en el molino y Justino fue detras de el.
A la luz del dia, el molino parecia aun mas sucio. Lucas miro a su alrededor con expresion de desagrado y se dirigio a la escalera de mano con Justino detras, que le seguia de mala gana. Habia mas sangre de la que el recordaba. Abel iba a encontrar muy dificil limpiar las piedras de la molienda, si es que se iba a molestar en hacerlo.
– Lo que no entiendo -dijo- es por que el crimen tuvo lugar aqui arriba. ?Le forzo Gilbert a subir al desvan amenazandole con una navaja?, y si lo hizo, ?por que lo hizo?
– Kenrick estaba ya aqui -explico Lucas, haciendole una senal a Justino para que se acercara al rincon mas lejano del desvan-, ?Veis esa servilleta y las migas y las manchas de grasa en ella? Esta fue la ultima comida de Kenrick. Se trajo la cena para tomarsela mientras me esperaba. Pero el Flamenco llego antes.
– Y ?como entro Gilbert?
– Kenrick dejo probablemente la puerta abierta para que yo pudiera entrar. O, mas probablemente, Gilbert la forzo. Echadle una ojeada al pestillo antes de que nos marchemos. Estaba ya medio herrumbroso. Abel no es persona que se ocupe de reparar lo que necesita reparacion.
Una imaginacion desbordada puede ser una carga. Justino podia imaginarse con toda claridad lo que debia de haber sido para Kenrick, atrapado en el desvan, mirar hacia abajo y ver a su primo.
– ?Por que no tiro la escalera?, ?grito pidiendo ayuda?, ?se defendio?
– ?Habeis visto alguna vez un conejo acorralado? Hay veces que se quedan helados, el terror tiene ese efecto. O tal vez Gilbert estuvo cordial al principio. Como a la mayoria de la gente les gusta creer lo que quieren que sea verdad, tal vez Kenrick se convenciera a si mismo de que la visita de Gilbert fue pura casualidad y no porque se enterara de que Kenrick habia estado haciendo demasiadas preguntas. Cuando se trata de Gilbert, uno no puede descuidarse por mas tiempo del que dura un abrir y cerrar de ojos. Nada ataca con mas velocidad que una serpiente, senor De Quincy.
Las contraventanas estaban aun abiertas. Cruzando el cuarto en direccion a la ventana, Lucas miro hacia fuera.
– Venid aqui -dijo- y mirad este arbol. ?Veis esa rama rota? Yo me estaba preguntando como ese hijo de puta salio de aqui sin romperse la nuca. Creo ahora que salto hacia el arbol. Esta tan cerca que casi se le puede alcanzar con la mano. Se agarro a esa rama y desde ella bajo al suelo.
Una mirada a la rama inclinada del arbol fue suficiente para convencer a Justino de que la conjetura de Lucas era perfectamente verosimil.
– ?Es que ese hombre va a tener siempre buena suerte? ?Con cuanta frecuencia?
Un subito estruendo procedente del piso de abajo ahogo el resto de las palabras de Justino. Se oyo un portazo y un hombre irrumpio en el molino, zafandose de la muneca de Wat que lo tenia sujeto.
– Dile a este estupido que tengo permiso de Marston para entrar -exigio-, ?Tengo pleno derecho a estar aqui! -Justino no lo habia visto nunca: era un hombre de algo mas de sesenta anos, entrecano y descarnado, con ojos hundidos ribeteados de rojo y una boca incapaz de sonreir-, Quiero ver -dijo con aspereza- donde murio mi
