tabernas de su vecindad, Nora y Nell eran demasiado jovenes y guapas para no llamar una atencion que no deseaban. Nora despidio al hombre de una manera agria, acompanada de improperios. A pesar de que parecia tan recatada como una novia virginal, dominaba un lenguaje plagado de invectivas que podrian muy bien envidiar carreteros y marineros. Al ver retirarse al hombre, abochornado, Nell no pudo por menos de sentir compasion por el. Pero al menos no las molestaria mas; los ecos de la despreciativa bronca de Nora resonaban por toda la taberna.
– ?Te pasa esto con frecuencia, Bella?
Nell se encogio de hombros.
– A Abel le gusta su cerveza y es dificil de satisfacer hasta cuando esta sobrio. -Por primera vez se sintio vagamente incomoda al fingir una amistad como esta; la compasion de Nora parecia genuina-. Lo peor de todo es que me maltrata delante de los demas, llamandome «puerca» y «vaca estupida», sin importarle que los criados o Joel le oigan.
– ?Joel? No has mencionado nunca a Joel.
– ?No lo he mencionado? -Nell jugueteo nerviosamente con su servilleta-. Joel es el empleado de Abel. Solo Dios sabe por que no se marcha, porque Abel le paga cuatro perras gordas y descarga tambien en el su mal humor. Una pena, porque a Joel le iria muy bien si se estableciera el solo. Fue idea suya anadir perfume al jabon frances. Te dije que Abel vende jabon ademas de velas, ?verdad? Pues bien, el jabon frances se hace hirviendo grasa de cordero con ceniza de madera y sosa caustica. Despues de que Joel convenciera a Abel de que lo perfumara con agua de rosas, las ventas aumentaron. Procurare acordarme de traerte alguna pastilla cuando nos volvamos a ver.
– Gracias -dijo Nora distraidamente. Los ojos azules que habian fascinado tanto a Justino y a Lucas eran demasiado astutos y rebosantes de complicidad para el gusto de Nell, y esta continuo con los ojos fijos en el arrugado mantel-. ?Es joven ese Joel? -Cuando Nell asintio, una sonrisa cinica empezo a juguetear en los labios de Nora-, ?Asi que te gusta?
Nell levanto la cabeza:
– ?Y que si me gusta?
– Calmate, chica, no te estoy censurando por tener un capricho. ?Que mujer no prefiere un cordero joven a una cabra vieja? ?Que piensas hacer tu con esto?
– ?Y que puedo hacer? No voy a fugarme con Joel, nos moririamos los dos de hambre. Los dias que Abel va a su gremio, disfrutamos de un tiempo juntos en la tienda, en el cuarto de atras. Nos arreglamos como podemos, pero si Abel nos pillara… -Fue bastante facil fingir un estremecimiento. Nell habia tenido siempre una imaginacion desbordada y era capaz hasta de suscitar un poquito de compasion por la pobre y desdichada Bella, atrapada en un matrimonio desgraciado y a punto de salir del fuego para meterse en las brasas.
– ?Y para que esperar a que se te caiga encima el tejado?
– ?Ya te lo he dicho, Nora, porque no nos podemos fugar! ?O eres tu una de esas tontas que creen que la gente puede vivir solo de amor?
Nora se echo a reir.
– ?Cuando los gatos gasten zapatos! Me parece a mi que tu problema es Abel. Deshazte de el y tu problema estara resuelto, asi de simple.
Nell se apreto el manto alrededor de los hombros porque sintio de repente unos escalofrios que le helaban los huesos. Creyo que tenia calada a Nora, pero no habia esperado oir a la mujer sugerir un asesinato con la misma calma que si estuviera pidiendo que le trajeran mas vino.
– ?Y como puedo hacer eso, Nora? -dijo con todo el sarcasmo de que fue capaz-. ?Ahogarle con la almohada mientras esta dormido?
Nora alargo la mano para coger el vino.
– Creo que podemos hacer algo mejor…
El pulso de Nell se aceleraba por momentos.
– Nora, ?estas hablando en serio?
Nora tomo un sorbito de vino, sonriendo.
– Depende. ?Te interesa realmente que lo haga?
– Tal…, tal vez. Si lo quisiera, ?me podrias ayudar?
– No. Pero conozco a alguien que podria hacerlo. A Giles se le da muy bien eso de resolver problemas como el de Abel. Pero tiene que merecerle la pena, ya sabes a lo que me refiero. ?Estas en posicion de hacerlo, Bella?
Nell bajo la vista apresuradamente para que Nora no viera el destello de placer que le asomaba a los ojos. Giles ?seria el mismo? Del mismo modo que ella habia escogido deliberadamente un nombre parecido al suyo, lo podia haber hecho Nora. Cogiendo su servilleta, se la llevo a la boca para ocultar su sonrisa.
– Creo que si -contesto lentamente-. Como te he dicho, a Abel le van muy bien los negocios y ahorra casi todo lo que gana. Pero todo esto me esta resultando demasiado rapido. Tengo que saber algo mas.
La sonrisa de Nora era tan fria como para helarle la sangre a uno.
– Lo unico que necesitas saber -dijo- es que Giles puede hacer por ti lo que tu misma no te atreves a hacer si estas dispuesta a pagar su precio. ?Lo estas, Bella?
Nell exhalo un profundo suspiro.
– Si -dijo-, lo estoy.
– ?Ha mordido al anzuelo! -grito Nell echandole los brazos al cuello a Justino, abrazandolo con alegria-. ?Sugirio asesinarlo, mientras nos comiamos la empanada de anguila!
Como Justino estaba esperando a que Nora se perdiera totalmente de vista, antes de acercarse a Nell, le inquietaba que esta le abordara tan expresivamente en publico. La cogio del brazo y la llevo a un lugar mas escondido, en un callejon cercano.
– ?Menciono el nombre de Gilbert?
– Lo llamo Giles, pero ?que otra persona puede ser? ?Con cuantos asesinos puede estar la mujer compartiendo su lecho?
– Entonces, ?crees que sabe donde esta?
Algo del optimismo de Nell se desvanecio.
– Desgraciadamente, no. Me ha explicado que Giles «ha estado tratando ele pasar inadvertido, esperando que la tormenta amainara», asi que ella no lo ha visto desde hace varias semanas. Pero le hizo llegar un mensaje en el que le decia que «el puchero ya no estaba hirviendo», por lo tanto confia en que no tarde mucho en aparecer.
Nell hizo una pausa para recobrar aliento.
– De donde se deduce que habria sido un error por parte de Jonas y de Lucas el arrestarla. Tratare de resistir la tentacion de decirle que ya se lo adverti, ?pero no puedo prometerlo!
– ?Revelo Nora como le hizo llegar ese mensaje, Nell?
– No, no lo hizo; pense que suscitaria sospechas que yo se lo preguntase. Supongo que mandaria un hombre al lupanar. Pero no era logico que me contara eso a mi, porque el hacerlo me haria pensar que era la puta de Giles. Creo que esa es la razon por la que nunca me ha invitado a su casa. Dices que la comparte con otras tres prostitutas, un ambiente muy distinto al lujoso nidito de amor de que ella ha estado alardeando. Pero creo que esa vanidosa mentira nos va a resultar provechosa a nosotros. Como ella tiene tambien algo que ocultar, tal vez esa sea la razon por la que no analizo mi propia excusa de no invitarla a mi propia casa: que mi marido es tan celoso que le molestan hasta mis amigas y hace que los criados me espien.
– ?Y que va a pasar ahora?
– Dice que le hablara a Giles de mi problema para ver si esta dispuesto a «ayudarme». Hemos quedado en encontrarnos otra vez el domingo en la misma taberna. Si ese «Giles» esta todavia escondido, lo unico que podemos hacer es esperar otra cita. Despues de eso… -Se encogio de hombros y Justino termino sus pensamientos.
– Despues de eso… seguiremos esperando -dijo-. Que Dios nos ayude, no podemos hacer mas que esperar.
La cita del domingo entre Nell y Nora resulto totalmente inutil, porque Nora no habia tenido noticias de su fugitivo amante. Echaron chispas en vano y Lucas mando una segunda carta a Winchester, retrasando su salida de