Aspire una bocanada de dulce aire primaveral y volvi a sonreir.
Entonces alguien me puso una mano en el hombro. Di un salto levantandome dos palmos del suelo y estuve a punto de caer sobre Simmon convertido en el torbellino de gritos, aranazos y mordiscos que en Tarbean habia sido mi unico metodo de defensa.
Simmon dio un paso hacia atras, asustado por la expresion de mi cara.
Trate de controlar los latidos de mi corazon.
– Lo siento, Simmon. Es que… Procura hacer un poco de ruido cuando te acerques a mi. Me asusto facilmente.
– Yo tambien -murmuro el, tembloroso, pasandose una mano por la frente-. Pero no te lo reprocho. A todos nos pasa cuando nos ponen ante las astas del toro. ?Como te ha ido?
– Me van a azotar y me han admitido en el Arcano.
Sim me miro con curiosidad, tratando de discernir si estaba bromeando.
– ?Lo siento? ?Felicidades? -Me miro con una timida sonrisa en los labios-. ?Te regalo unas vendas o te invito a una cerveza?
Le devolvi la sonrisa.
– Las dos cosas.
Cuando volvi al cuarto piso de las Dependencias, el rumor de que no me habian expulsado y de que me habian admitido en el Arcano ya se habia extendido. Mis companeros de literas me recibieron con un aplauso. Hemme no caia muy bien a los alumnos. Algunos de mis companeros me felicitaron, sobrecogidos, y Basil se me acerco para estrecharme la mano.
Acababa de sentarme en mi litera y le estaba explicando a Basil la diferencia entre un latigo simple y un latigo de seis colas cuando el auxiliar del tercer piso vino a buscarme. Me ordeno que recogiera mis cosas y me explico que los alumnos del Arcano se alojaban en el ala oeste.
Todas mis pertenencias cabian en mi macuto, asi que no me costo mucho recogerlas. Mientras el auxiliar me acompanaba, hubo un coro de despedidas por parte de mis companeros de primer curso.
Los dormitorios del ala oeste eran parecidos al que acababa de dejar. Seguia habiendo hileras de camas estrechas, pero alli no habia literas. Cada cama tenia un pequeno armario y una mesita ademas del baul. No era nada del otro mundo, pero estaba mejor.
La diferencia mas notoria estaba en la actitud de mis companeros de dormitorio. Muchos me miraron con recelo y hasta con odio, aunque la mayoria me ignoraron deliberadamente. Fue un recibimiento frio, sobre todo comparado con el que acababan de ofrecerme mis companeros que no pertenecian al Arcano.
Era facil entender por que. La mayoria de los estudiantes pasaban varios bimestres en la Universidad antes de ser admitidos en el Arcano. Todos los que estaban alli habian trabajado duro para ir subiendo poco a poco de categoria. Yo no.
Solo tres cuartas partes de las camas estaban ocupadas. Escogi una en el rincon del fondo, lejos de los demas. Colgue mi unica camisa de repuesto y mi capa en el armario y puse mi macuto en el baul, a los pies de mi cama.
Me tumbe y me quede mirando el techo. Mi cama quedaba fuera de la luz de las velas y las lamparas simpaticas de los otros alumnos. Por fin era miembro del Arcano; en cierto modo, estaba exactamente donde siempre habia querido estar.
41 La sangre de un amigo
A la manana siguiente, desperte temprano, me lave y comi algo en la Cantina. Entonces, como no tenia nada que hacer antes de la tanda de latigazos del mediodia, me pasee por la Universidad. Entre en varias boticas y talleres de soplado, y admire los cuidados jardines y las extensiones de cesped.
Al final me sente en un banco de piedra que encontre en un amplio patio. Estaba demasiado nervioso para pensar en hacer algo productivo, asi que me quede alli sentado disfrutando del buen tiempo y mirando como el viento arrastraba unos papeles por el suelo adoquinado.
Al poco rato, llego Wilem y se sento a mi lado sin que yo lo invitara. El cabello y los ojos, del color castano oscuro caracteristico de los cealdicos, le hacian parecer mayor que Simraon y que yo, pero tenia ese aire un tanto torpe de los ninos que todavia no se han acostumbrado a manejarse con la estatura de un hombre.
– ?Nervioso? -me pregunto con su marcado acento siaru.
– La verdad es que procuro no pensar en ello -repuse.
Wilem dio un grunido. Nos quedamos callados un rato, viendo pasar a otros estudiantes. Algunos interrumpieron su conversacion para senalarme.
Enseguida me canse de llamar la atencion.
– ?Estas haciendo algo ahora mismo? -le pregunte a Wilem.
– Estar aqui sentado -respondio el-. Respirar.
– Muy listo. Ya entiendo por que te han admitido en el Arcano. ?Tienes algo que hacer en la proxima hora?
Wilem se encogio de hombros y me miro con expectacion.
– ?Puedes ensenarme donde esta el maestro Arwyl? Me dijo que pasara… despues.
– Claro -respondio senalando una de las salidas del patio-. La Clinica esta al otro lado del Archivo.
Rodeamos el inmenso bloque sin ventanas del Archivo. Wilem senalo con el dedo y dijo:
– Alli esta. La Clinica. -Era un edificio grande y con forma rara. Parecia una version mas alta y menos laberintica de la Prin-cipalia.
– Es mas grande de lo que esperaba -comente-. ?Todo ese edificio para ensenar medicina?
Wilem nego con la cabeza.
– Gran parte de su trabajo consiste en atender a los enfermos. Nunca rechazan a nadie, aunque no pueda pagar.
– ?En serio? -Volvi a contemplar el edificio y pense en el maestro Arwyl-. Me sorprende.
– No tienes que pagar por adelantado -aclaro Wilem-. Cuando te recuperas -hizo una pausa, y capte la insinuacion:
– ?Sopesada? -sugeri.
Nego con la cabeza.
– No.
– Ah. -Imite el gesto-. Compensada.
Wilem asintio.
– Trabajas hasta que la deuda con la Clinica queda compensada. Muy pocos se marchan sin saldar la cuenta.
Rei entre dientes.
– No me sorprende. ?Para que huir de un arcanista que tiene un par de gotas de tu sangre?
Llegamos a otro patio. En el centro habia un poste con un banderin, y debajo, un banco de piedra. No tuve que pensar mucho para adivinar quien iba a estar atado al poste al cabo de una hora. Habia cerca de un centenar de estudiantes paseandose por el patio, y reinaba una extrana atmosfera festiva.
– No suele haber tanto jaleo -dijo Wilem como disculpandose-. Pero algunos maestros han cancelado sus clases.
– Hemme, seguro. Y Brandeur.
Wilem asintio.
– Hemme es muy rencoroso. -Hizo una pausa para enfatizar su moderada descripcion-. Vendra con toda su corte de adlate-res. -Pronuncio despacio la ultima palabra-. ?Se dice asi? ?Ad-lateres?