vieja abuela, ya ni siquiera sabia donde estaba. Empezo a llover con una repentina rafaga de viento y el llevo las manos a los remos empezando a canturrear suavemente.

Escucho un rugido,, sintio una rafaga de aire y algo que mas tarde solo pudo describir como un enorme pajaro negro paso a toda velocidad sobre su cabeza y poco despues se desvanecio entre las sombras, al otro extremo dellough.

Asa efectuo un amerizaje perfecto sobre las tranquilas aguas, a pocos cientos de metros de la orilla, dejando caer el timon de cola en el ultimo momento. Se deslizaron sobre la superficie hasta que se detuvieron y se quedaron alli. El agua empezo a entrar. Abrio la carlinga y saco la bolsa inflable, que se hincho en seguida.

– ?Que profundidad hay aqui? -le pregunto a Devlin.

– Unos setenta metros.

– Entonces, eso sera suficiente agua para esconder el avion. Pobre y encantador aparato. Bien, pongamonos en marcha.

Salto a la balsa, seguido por Steiner y Devlin. Se alejaron remando y luego se detuvieron y miraron hacia atras. El Lysander hundio el morro bajo las aguas. Por un momento, solo se vio la cola del avion, con la esvastica de la Luftwaffe. Despues, eso tambien desaparecio por debajo de la superficie del agua.

– Supongo que no habia mas remedio -dijo Asa.

Siguieron remando hacia la orilla, que ya estaba a oscuras.

– ?Que hacemos ahora, senor Devlin? -pregunto Steiner.

– Nos espera una larga caminata, pero disponemos de toda la noche para hacerla. Mi tia abuela Eileen O'Brien tiene una vieja granja situada por encima de la bahia de Killala. Alli no encontraremos mas que amigos.

– ?Y luego que? -pregunto Asa.

– Eso solo Dios lo sabe, hijo mio. Ya veremos -le dijo Liam Devlin.

La balsa toco fondo en una pequena playa. Devlin fue el primero en desembarcar, con el agua llegandole a la altura de la rodilla. Luego, arrastro la balsa hacia la orilla.

– Cead mile failte -dijo, tendiendole una mano a Kurt Steiner.

– ?Y que significa eso? -quiso saber el aleman.

– Es irlandes -contesto Liam Devlin sonriendole-. El idioma de los reyes. Significa cien mil bienvenidas.

Belfast

1975

16

Eran casi las cuatro de la madrugada. Devlin se levanto y abrio la puerta de la sacristia. Ahora, la ciudad estaba en calma, aunque se percibia el olor acre a humo. Empezaba a llover. Se estremecio y encendio un cigarrillo.

– No hay nada como una mala noche en Belfast.

– Digame algo -le pregunte-. ?Volvio a tener tratos alguna otra vez con Dougal Munro?

– Oh, si -me contesto-. Varias veces con el transcurso de los anos. Al viejo Dougal le gustaba la buena pesca.

Como siempre, me resulto dificil tomarmelo en serio, asi que lo volvi a intentar.

– Esta bien, ?que sucedio despues? ?Como se las arreglo Dougal Munro para mantenerlo todo en secreto?

– Bueno, debe recordar que solo Munro y Carter sabian quien era realmente Steiner. Para el pobre teniente Benson, la hermana Maria Palmer y el padre Martin no era mas que un prisionero de guerra, un oficial de la Luftwaffe.

– Pero?y Michael Ryan y su sobrina? ?Y los Shaw?

– La Luftwaffe empezo a bombardear de nuevo Londres a principios de aquel ano, en lo que se conocio como el pequenoblitz. Eso fue algo muy conveniente para la inteligencia britanica.

– ?Porque?

– Porque las incursiones aereas produjeron muertos, gentes como sir Maxwell Shaw y su hermana Lavinia, muertos en Londres durante un ataque de la Luftwaffe en enero del cuarenta y cuatro. MireThe Times de ese mes. Alli encontrara una esquela mortuoria.

– ?Y Michael Ryan y Mary? ?Y Jack y Eric Carver?

– Ellos no aparecieron enThe Times, aunque terminaron en el mismo sitio, un crematorio del norte de Londres, convertidos en un par de kilos de cenizas grises, y sin necesidad de ser sometidos a autopsia. Todos ellos incluidos en las listas de victimas de los bombardeos.

– Nada cambia -dije-. ?Y que fue de los demas?

– Canaris no duro mucho mas tiempo. Algo mas tarde, en ese mismo ano, perdio el favor del Fuhrer. Luego, en julio, se produjo el atentado contra la vida de Hitler. Canaris fue detenido, entre otros. Lo mataron durante la ultima semana de la guerra. Siempre se ha especulado sobre si Rommel estuvo involucrado o no en el atentado, pero el Fuhrer creyo que lo estaba. No pudo soportar la idea de tener que revelar que el heroe del pueblo era un traidor a la causa nazi, de modo que a Rommel se le permitio la alternativa de suicidarse, con la promesa de que no se haria nada contra su familia.

– Que bastardos fueron todos -dije.

– Todos sabemos lo que le ocurrio al Fuhrer, enjaulado en su bunker hasta el final. Himmler intento escapar. Se afeito el bigote, y hasta se puso un parche en un ojo. Eso no le sirvio de nada. Cuando le atraparon, se tomo una capsula de cianuro.

– ?Y Schellenberg?

– Ese si que fue un hombre, el viejo Walter. Al regresar, consiguio enganar a Himmler. Le dijo que nosotros le habiamos dominado. La herida le ayudo a corroborar su version. Se convirtio en jefe de los servicios secretos combinados antes del fin de la guerra. Sobrevivio a todos. Cuando se llevaron a cabo los juicios por crimenes de guerra, lo unico de lo que pudieron acusarle fue de haber sido miembro de una organizacion ilegal, las SS. En el juicio aparecieron toda clase de testigos que declararon en su favor, y entre ellos hubo incluso judios. Solo estuvo un par de anos en prision y luego lo dejaron en libertad. Murio en Italia en el cincuenta y uno…, de cancer.

– Y eso es todo -dije yo.

El asintio con un gesto.

– Nosotros salvamos la vida de Hider, ?hicimos lo correcto? -Se encogio de hombros-. En aquellos momentos parecio tratarse de una buena idea, pero me imagino muy bien por que han impuesto cien anos de secreto sobre ese expediente.

Abrio la puerta de nuevo y echo un vistazo al exterior.

– ?Y que ocurrio despues? -segui preguntando yo-. Quiero decir, con usted, con Steiner y con Asa Vaughan. Se que usted fue profesor en una universidad estadounidense despues de la guerra, pero ?que ocurrio mientras tanto?

– Ah, Jesus, hijo mio, ?no le parece que ya he hablado suficiente? Le he proporcionado material suficiente para escribir otro libro. El resto tendra que esperar hasta la proxima ocasion. Ahora, deberia regresar usted a su hotel. Yo le acompanare un trecho.

– ?Le parece seguro?

– Bueno, usted esta completamente limpio si nos encontramos con una patrulla del ejercito, ?y quien va a preocuparse por un viejo y pobre sacerdote como yo?

Se puso un sombrero y un impermeable sobre la sotana y cubrio a ambos con el paraguas abierto.

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