le de mas vueltas. Usted no tiene la culpa de nada, pero poco podemos hacer ya nosotros por enmendar lo irreversible.
No quise ahondar mas en aquella reflexion sobre la sinceridad del amor de Ramiro; era demasiado doloroso para mi. Preferi retomar los asuntos practicos.
–?Y lo de Hispano-Olivetti? ?Que se supone que tengo yo que ver en eso?
Inspiro y expulso aire con fuerza, como preparandose para abordar algo que no le resultaba grato.
–Ese asunto esta mas embrollado aun. De momento, ahi no hay pruebas fehacientes que la exculpen, aunque yo, personalmente, intuyo que se trata de otra jugarreta en la que la ha implicado su marido, o su novio, o lo que sea el tal Arribas. La version oficial de los hechos es que usted figura como duena de un negocio que ha recibido una cantidad de maquinas de escribir que nunca han sido pagadas.
–A el se le ocurrio constituir una empresa a mi nombre, pero yo no sabia… yo no conocia… yo no…
–Eso es lo que yo creo, que usted no tenia idea de todo lo que el hizo usandola como tapadera. Le voy a contar lo que yo intuyo que ocurrio en realidad; la version oficial ya la sabe. Corrijame si me equivoco: usted recibio de su padre un dinero y unas joyas, ?cierto?
Asenti.
–Y, despues, Arribas se ofrecio a registrar una empresa a su nombre y a guardar todo el dinero y las joyas en la caja fuerte de la compania para la que trabajaba, ?cierto?
Asenti otra vez.
–Bien, pues no lo hizo. O mejor dicho, si lo hizo, pero no en calidad de simple deposito a su nombre. Con su dinero realizo una compra a su propia empresa simulando que se trataba de un encargo de la casa de importacion y exportacion que le menciono, Mecanograficas Quiroga, en la cual figuraba usted como propietaria. Pago puntual mente con su dinero e Hispano-Olivetti no sospecho nada en absoluto: un pedido mas, grande y bien gestionado, y punto. Arribas, por su parte, revendio aquellas maquinas, ignoro a quien o como. Hasta ahi todo correcto para Hispano-Olivetti en terminos contables, y satisfactorio para Arribas que, sin haber invertido un centimo de su propio capital, habia hecho un estupendo negocio a su favor. Bien, a las pocas semanas, volvio a tramitar otro gran pedido a su nombre, el cual fue una vez mas oportunamente servido. El importe de este pedido no fue satisfecho en el acto; solo se ingreso un primer plazo pero, habida cuenta de que usted ya figuraba como buena pagadora, nadie sospecho: imaginaron que el resto del montante seria satisfecho de manera conveniente en los terminos establecidos. El problema es que tal pago nunca se realizo: Arribas revendio una vez mas la mercancia, recogio de nuevo beneficios y se quito de en medio, con usted y con todo su capital practicamente intacto, ademas de unas buenas tajadas conseguidas con la reventa y la compra que nunca pago. Un buen golpe, si, senor, aunque alguien debio de sospechar algo porque, segun tengo entendido, su salida de Madrid fue un poco precipitada, ?verdad?
Recorde como en un fogonazo mi llegada a nuestra casa de la plaza de las Salesas aquella manana de marzo, el impetu nervioso de Ramiro sacando la ropa del armario y llenando maletas de forma atropellada, la urgencia que me infundio para que yo hiciera lo mismo sin perder apenas un segundo. Con esas imagenes en la mente, corrobore la presuposicion del comisario. El prosiguio.
–Asi que, a la postre, Arribas no solo se ha quedado con su dinero, sino que ademas lo utilizo para conseguir mayores beneficios para si mismo. Un tipo muy espabilado, sin duda alguna.
Las lagrimas volvieron a asomarseme a los ojos.
–Pare. Guardese el llanto, haga el favor: no vale la pena llorar sobre la leche derramada. Mire, realmente, todo ha ocurrido en el momento menos oportuno y mas complicado.
Trague saliva, logre contenerme y consegui acomodarme de nuevo al dialogo.
–?Por lo de la guerra que menciono el otro dia?
–Aun no se sabe en que acabara todo esto pero, de momento, la situacion es extremadamente compleja. Media Espana esta en manos de los sublevados y la otra media permanece leal al gobierno. Hay un caos tremendo, desinformacion y falta de noticias; en fin, un absoluto desastre.
–?Y aqui? ?Como estan aqui las cosas?
–Ahora, moderadamente tranquilas; en las semanas de atras todo ha estado mucho mas revuelto. Aqui es donde empezo todo, ?no lo sabe? De aqui surgio el alzamiento; de aqui, de Marruecos, salio el general Franco y aqui se inicio el movimiento de tropas. Hubo bombardeos en los primeros dias; la aviacion de la Republica ataco la Alta Comisaria en respuesta a la sublevacion, pero la mala suerte hizo que erraran su objetivo y uno de los Fokkers causo bastantes heridos civiles, la muerte de unos cuantos ninos moros y la destruccion de una mezquita, con lo que los musulmanes han considerado tal acto como un ataque hacia ellos y se han puesto automaticamente del lado de los sublevados. Ha habido tambien, por la otra parte, numerosos arrestos y fusilamientos de defensores de la Republica contrarios al alzamiento: la carcel europea esta hasta arriba y han levantado una especie de campo de reclusion en El Mogote. Finalmente, con la caida del aerodromo de Sania Ramel aqui, muy cerca de este hospital, se acabaron los bastiones, del gobierno en el Protectorado, asi que ahora todo el norte de Africa esta ya controlado por los militares sublevados y la situacion mas o menos calmada. Lo fuerte, ahora, esta en la Peninsula.
Se froto entonces los ojos con el pulgar y el indice de la mano izquierda; desplazo despues su palma lentamente hacia arriba, por las cejas, la frente y el nacimiento del pelo, por la coronilla y la nuca hasta llegar al cuello. Hablo en tono bajo, como para si mismo.
–A ver si acaba todo esto de una punetera vez…
Le saque de su reflexion; no pude contener la incertidumbre un segundo mas.
–Pero ?voy a poder marcharme o no?
Mi pregunta inoportuna le hizo volver a la realidad. Tajante.
–No. De ninguna manera. No va a poder ir usted a ningun sitio, y mucho menos a Madrid. Alli se mantiene de momento el gobierno de la Republica: el pueblo lo apoya y se esta preparando para resistir lo que haga falta.
–Pero yo tengo que regresar -insisti con flojedad-. Alli esta mi madre, mi casa…