consciencias estaban ya fuera del alcance de Flora.

Las llamas se consumieron. Ella supo por el silencio reinante dentro de su cabeza que la Muerte habia desaparecido. Se acerco a la hoguera, donde solo quedaban algunas pequenas llamas aisladas y un olor fuerte y dulzon que se elevaba hacia el cielo. Tal vez porque los muertos tenian tan poca carne, tan poca grasa, el fuego no habia prendido en condiciones.

Todo era negro. Los muertos por partida doble yacian encogidos con los codos contra el cuerpo y apuntando con los punos amenazantes, como si boxearan contra la oscuridad. Emanaba del monton un aire asfixiante, y Flora cogio una solapa de la chaqueta y se la puso delante de la nariz y la boca.

«Hace un momento estaban bailando».

Su pecho se lleno de algo totalmente opuesto al estremecimiento experimentado durante la danza de los muertos: una desolacion, un vertigo abismal. Una desolacion que abarcaba a toda la humanidad y su paso por la tierra. Y el mismo pensamiento que la asalto entonces volvio a surgir ahora, en una perspectiva totalmente distinta: «Es asi».

Norra Brunn, 21:00

David habia dejado que Sture le convenciera y ya se estaba arrepintiendo. Leo, efectivamente, le habia quitado de la programacion, habia un mensaje en su contestador automatico informandole de ello, solo que David no habia escuchado el contestador. Le sirvieron una cerveza y fue a la cocina con los demas. Todo fueron pesames. Las bromas y las risas que habia antes de llegar el se acabaron.

Aquel no era un lugar para conversaciones serias. Cuando no podian hacer bromas no decian nada. Los comicos individualmente eran logicamente como el resto de la gente, con la misma capacidad para la tristeza y para la alegria que los demas, pero como colectivo eran un hatajo de bufones incapaces de manejar lo que no se podia formular en una replica ingeniosa.

Benny Melin se acerco a el justo antes de empezar la representacion y le dijo:

– Oye, espero que no te parezca… pero tengo algunas cosas con esto de los redivivos.

– No, no -contesto David-. Haz lo que tengas que hacer.

– Esta bien -le dijo Benny, y se le ilumino la cara-. Es una cosa tan grande, casi no hay manera de evitarlo.

– Lo comprendo.

David vio que Benny estaba a punto de probar con el alguna de sus bromas, asi que levanto su vaso, le deseo suerte y se retiro. Benny hizo una pequena mueca. Nunca se deseaban suerte, se decian «que te parta un rayo» o cosas por el estilo, y David lo sabia y Benny sabia que David lo sabia. Desearle a alguien «suerte» era casi un insulto.

David se situo en la barra del bar. El personal le saludo con inclinaciones de cabeza, pero ninguno se acerco a hablar con el. Se tomo la cerveza y le pidio a Leo que le sirviera otra.

– ?Que tal va? -le pregunto Leo mientras le servia la bebida.

– Va -dijo David-. No mucho mas.

Leo dejo la cerveza en la barra. No le parecio oportuno contestar dando mas explicaciones. Leo se seco las manos con una toalla y le dijo:

– Saludala de mi parte. Cuando mejore.

– Lo hare.

David noto que estaba a punto de empezar a llorar otra vez, se volvio de espaldas, mirando hacia el escenario, y se bebio de un trago medio vaso de cerveza. Se encontraba mejor. Cuando podia estar en paz y nadie tenia que aparentar que comprendia la situacion.

«La muerte nos aisla de los demas».

Se encendieron las luces del escenario y Leo, a traves del microfono fantasma, dio una calurosa bienvenida a todos, les rogo que dirigieran sus miradas hacia el escenario y empezo a dar palmadas para recibir con un aplauso al animador de la tarde: Benny Melin.

El local estaba lleno, y los aplausos y silbidos que precedieron a la aparicion en escena de Benny fueron para David como una punzada de nostalgia por volver a aquel mundo, el verdadero mundo irreal.

El humorista hizo una breve inclinacion y cesaron los aplausos. Subio un poco el microfono, lo bajo otro poco y termino colocado en la misma posicion que estaba desde el principio.

– Bueno, no se como lo llevareis vosotros, pero yo estoy un poco preocupado por lo de Heden. Un suburbio lleno de muertos.

El local estaba ahora en silencio; tensa expectacion. Todos estaban preocupados por lo de Heden, temian que apareciera algun aspecto nuevo en todo ello en el que no habian pensado hasta ahora.

Benny arrugo la frente como si estuviera tratando de reflexionar sobre un problema complicado.

– Me pregunto sobre todo una cosa.

Pausa retorica.

– ?Querra el camion de los helados ir alli a vender? -Hubo risas de alivio. No tanto como para arrancar aplausos, pero casi. Benny continuo-: Y si conduce hasta alli, ?vendera algo?

»Y si vende algo, ?que sera lo que venda?

Benny alzo la mano en el aire y dibujo una pantalla hacia la que todos tenian ahora que mirar.

– Teneis que verlo delante de vosotros. Cientos de muertos atraidos fuera de sus casas por… -Benny tarareo la melodia que solia acompanar al camion de los helados y luego paso enseguida a interpretar a un zombi que caminaba tambaleandose y con los brazos extendidos. La gente soltaba alguna risita, y entonces Benny clamo-: Frigopiiie, frigopiiiie…

Llegaron los aplausos.

David apuro la cerveza y se escabullo por detras del bar. No podia soportar aquello. Opinaba que Benny y los demas estaban en su derecho de bromear con algo que era de actualidad, si, estaban obligados a hacerlo, pero el no estaba obligado a escucharle. Salio enseguida a traves del bar y cruzo las puertas hasta la calle. Una nueva salva de aplausos celebraba las ocurrencias a sus espaldas y el se alejo del ruido.

Lo doloroso no era que se hicieran bromas. Hay que hacer bromas, siempre hay que hacer bromas si queremos sobrevivir. Lo duro era que hubiera ocurrido tan pronto. Despues del hundimiento del Estonia, por ejemplo, tuvo que pasar medio ano antes de que alguien tratara de hacer alguna broma sobre el remolque del barco o sus compuertas, y aun entonces con un exito mas bien escaso. Lo del World Trade Center habia ido mucho mas deprisa, ya dos dias despues del atentado alguien comento algo acerca de una nueva compania de vuelos de bajo coste, Taliban Airways, y la gente se rio. Aquello quedaba tan lejos que no parecia de verdad.

Evidentemente, los redivivos estaban dentro de la misma categoria: no eran una realidad, no hacia falta mostrar ningun respeto. Por eso la presencia de David habia sido dificil para los otros comicos; el lo convertia en algo real. Pero en el fondo, los redivivos no eran mas que eso: un chiste.

Paso entre los numerosos coches aparcados a lo largo de la calle de Surbrunnsgatan, y vio ante si el cuerpo sin cabeza de Baltasar dando sacudidas en las rodillas de Eva, y se pregunto si el podria alguna vez volver a reirse de algo.

* * *

El paseo desde Norra Brunn acabo con sus ultimas fuerzas. La cerveza que se

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