columna hasta que el se marcho. Fue entonces, en el momento de salir, cuando Donald la vio y hablo con ella. Dadas las circunstancias, la conversacion debio de ser un suplicio para la pobre, y con toda seguridad su actitud forzada ratifico luego las sospechas de Donald en el sentido de que era la asesina.

– Supongo -dijo lentamente sir Richard- que despues de la muerte de Donald Fellowes habra querido acudir sin mas tramites a la policia, a decir lo que sabia. ?Como hizo para disuadirla? Tengo entendido que ella y Fellowes se habian reconciliado y pensaban casarse.

Fen solto un quejido.

– Si -dijo-. La pobre muchacha estaba enloquecida de pena. Pero al mismo tiempo -anadio irritado- yo parecia ser la unica persona que sabia lo que estaba pasando, y de ningun modo iba a permitir que estropearan mis planes. Me proponia dejar que el estreno de Metromania transcurriese sin tropiezos, como a la larga ocurrio.

Sir Richard gruno.

– Si -dijo-, esa fue la condicion que puso para abrirnos las puertas de su admirable cerebro.

Fen lo miro con el ceno fruncido.

– De cualquier forma -dijo- lo cierto es que menti a Jean, invente los cuentos mas fantasticos para hacerle creer que distintas personas habian cometido los crimenes. La convenci a medias, cuando menos lo bastante para apaciguarla momentaneamente; pero solo a medias. Al fin termino por comprender, con los resultados que todos sabemos… -esbozo un ademan de fastidio. No queria recordar lo sucedido.

– Y ahora, por amor del cielo -tercio Nigel-, ?quiere explicarnos lo del movil? ?No la mataria nada mas que porque no le caia simpatica y provocaba en Rachel rabietas temporales? Desde el principio nos ha estado endilgando sentencias y maximas sobre el tema de los moviles. ?Por que no se explica ahora?

– Mis sentencias y maximas -respondio Fen gravemente- se reducian a tres: que no creo en el crimen pasional, que el movil de un crimen es casi siempre dinero, venganza o seguridad; y que de cualquier manera en el fondo esta siempre latente el sexo. Les explicare como se justifican esas afirmaciones.

»El movil inmediato era fuera de duda esa cosa misteriosa que buscaban tanto Yseut como el asesino. Y la primera clave que tuve respecto de su identidad me vino de aquel extraordinariamente vivido relato que tu, Nigel, hiciste la manana siguiente a la fiesta. Ese dia, sin notar al parecer ninguna incongruencia, describiste el comportamiento extrano y deshilvanado de dos personas, y atribuiste sus rarezas a la probabilidad de que Yseut hubiera dormido con Warner la noche anterior y se propusiese hacerlo publico y notorio. Dejame recapitular lo que ocurrio, y corrigeme si me equivoco. Uno: Yseut entra en el bar llevando su bolso y una libretita roja, que deposita a su lado. Dos: Robert, al verla, parece primero enojado, despues incomodo. Tres: Yseut le arroja una mirada triunfal, como desafiante. Cuatro: ella habla de «chantaje» y de «revelaciones». Cinco: Donald recoge su musica y se va. Mientras, seis: Yseut va contigo hasta el mostrador, sin apartar los ojos de Robert. Siete: al volcarle encima el contenido de un vaso distraes su atencion por un momento. Ocho: ella vuelve contigo a la mesa y de pronto se pone rigida, arrebatada de rabia, y se marcha muy airada. Nueve: Robert se la queda mirando 'sinceramente sorprendido'.

»Ahora bien, pense cuando lo supe, todo esto es sumamente raro, y tiene por unica explicacion posible la conjetura de que el centro de tanta conmocion es la libreta roja. Tu habias visto a Yseut salir de la habitacion de Robert antes, esa manana; de acuerdo con los puntos dos y cuatro, supuse que era algo de gran importancia para Warner, probablemente la prueba de un delito grave. Entonces si, lo demas casaba en forma automatica. La actitud de Yseut, sus referencias a un chantaje (sin duda en busca de un contrato en West End antes que de dinero), la forma en que lo vigilaba; en tanto que los dos ultimos puntos de mi resumen aparecian especialmente reveladores. Salta a la vista que, en primer lugar, al reanudar su vigilancia luego de la distraccion provocada por Nigel, Yseut vio que la libreta habia desaparecido, y segundo, no era Warner quien la habia tomado.

»Como ven, eso encajaba perfectamente. Explicaba por que Yseut habia estado registrando la habitacion de Fellowes; y explicaba por que la mataron. No obstante el hecho de que ella no tenia en su poder la prueba en si, sabia demasiado. (Ahi tienen su motivo: seguridad.) Me parecio obvio, como despues comprendio ella y casi inmediatamente Warner, que Fellowes era quien se habia llevado la libreta sin querer, junto con sus piezas de musica (no podia haberla tomado a proposito, puesto que ignoraba lo que contenia). Fue a esa altura de mi razonamiento, empero, cuando el viento se llevo mi logica, y cometi el error fatal de dar por sentado que Warner habia encontrado la libreta intacta entre la musica de Donald, cuando mato a Yseut, o quiza cuando entro a fraguar el suicidio. En realidad no fue asi. Cuando preparo el suicidio no tuvo tiempo de registrar el cuarto, y despues quedo bajo vigilancia hasta las cuatro y treinta del domingo. Ese dia, no bien levantaron esa vigilancia, lo registro sin encontrar lo que buscaba (como tampoco lo encontre yo antes, y por eso pense que la tenia en su poder), y despues subio al coro. Poca duda cabe, a mi juicio, de que para entonces Fellowes habia encontrado la libreta, la habia leido y comprendido su significado; dejando de lado cualquier otra consideracion, por lo pronto suministraba el unico movil verdadero para el asesino de Yseut. Y dicho sea de paso, en una de sus piezas de musica habia unas manchitas rojas apenas visibles, donde la libreta habia destenido. Solo Dios sabe lo que habra pensado Donald cuando vio aparecer a Robert Warner. Pero este comprendio que el otro sabia (en realidad habia subido preparado para esa eventualidad) y tomo el unico curso de accion posible. Sin embargo, antes de morir, Donald nos revelo la identidad de su asesino con el unico medio a su alcance, en la loca esperanza de que alguien lo advirtiera. ?Recuerdan que comente algo sobre la extrana combinacion de registros que habia dejado? El inspector la creyo una observacion hecha sin ton ni son, nacida de mi espiritu musical, pero no lo era. En la mano derecha, los registros salian en este orden. «Real, Oboe, Bajete, Euphonium, otro Real y Tapadillo. Desde entonces no los han tocado, de manera que si quieren pueden ir y fijarse.

– Pero eso -objeto Nigel- no aclara donde estaban la musica y la libreta, ya que no en el cuarto de Donald.

– Estuvieron todo el tiempo en el coro, por supuesto; era el lugar logico. En cuanto al contenido de esa libreta, no puedo adelantar mas que conjeturas. Pero en un momento dado recorde que Warner fue varias veces a America del Sur antes de la guerra, y se me ocurrio que bien podia haber estado vinculado de algun modo con la profesion por la cual es famosa esa parte del globo: tratante de blancas. Llame a un amigo que estaba en la secretaria de la Liga, y por el supe que en efecto Warner habia sido acusado de complicidad en una cuestion de esa indole, sin que se le hubiera podido probar nada. Eso, naturalmente, fue antes de la guerra; ahora esas actividades no prosperan. Pero en este sentido no me corresponde ningun merito; fue un simple golpe de azar. Sin embargo, por eso dije que la bestia suelta estaba en la raiz del asunto, aun cuando el motivo en si fue la seguridad del criminal. Confieso que no senti mayor indignacion al enterarme de las viejas andanzas de Warner. Siempre fui de la opinion de que, a menos que a esas mujeres las dopen, son menos victimas que pecadoras. Como reverso de un autor teatral tan eximio cuesta creerlo, pero hay que recordar que en el temperamento de Warner habia cierta faz ironica, una especie de fatalismo profundo, que le impedia tomar nada en serio. Ni siquiera a los asesinatos les dio importancia; ambos fueron golpes brillantes, arriesgados.

Hubo una larga pausa. Por fin Helen dijo, lentamente:

– Me alegro de que la obra no haya seguido en cartel, aun cuando Rachel se hubiera atrevido a seguir adelante. No se, pero me parece justo que haya habido una sola representacion…, y perfecta.

Fen asintio.

– Un final magnifico, ya lo creo -dijo-. Que no por eso dejo de ser final. Y el mundo lo sentira.

– ?Y que ha sido de Rachel? -quiso saber Nigel.

– Se fue al campo. Y a Jean la han enviado a casa de sus padres. Dadas las circunstancias, mal podiamos acusarla, ya que se supone que estaba ayudando a apresar a un criminal profugo. Aunque la verdad es que el infeliz no tenia ninguna probabilidad de escapar, menos aun despues que esa cosa lo aplasto -la voz de Fen sono dura.

Todos lo miraron. Gervase se paso la mano por el pelo rebelde, y de pronto parecio viejo y cansado.

– Ha sido un asunto abominable -dijo- que nos ha dejado un sabor amargo en la boca. Ya no habra mas Metromania. Y yo al menos doy gracias a Dios por ello.

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