diez centimetros de diametro; estaba hecha de algun material ligero y elastico, como hilo de lana, que se enrollaba en varias capas y se cubria con cuero. Se empleaba para jugar al hurley.

– Os dabamos por muerto -dijo Eadulf.

– No es tan facil que ganen los impios -entono el hermano Madagan piadosamente, aunque en su voz se percibia una fria nota de odio.

– Aunque han causado muerte y destruccion -senalo Fidelma.

– Eso me ha dicho sor Scothnat -dijo Madagan con una mirada gelida-. Ay, no debi pretender frenar al guerrero alegando que esto es un santuario religioso. Era imposible que entendiera el termino. Solo entendia la lengua del acero.

– ?Habeis dicho que empezasteis a volver en si cuando os arrastramos a este lado de las puertas? -pregunto Fidelma.

– Asi es. Aunque lo recuerdo vagamente, y creo que estaba mas inconsciente que despierto. Recuerdo el alivio que senti al oir el golpe de las puertas al cerrar. Sor Scothnat me ha dicho que entonces fue cuando llego vuestro primo, el principe de Cnoc Aine, y ahuyento a los atacantes.

Fidelma parecio detenerse a pensar un momento.

– ?Recordais el momento en que os llevaron a vuestra celda? -le pregunto.

Madagan afirmo levemente con la cabeza. Hizo un gesto de dolor, como si el movimiento le hubiera dado una punzada en la herida.

– ?Recordais algo de lo que paso antes?

El administrador reflexiono unos instantes y luego pregunto:

– ?Como por ejemplo?

– Decis que recordais el momento en que se os arrastro al patio.

– Asi es. Recuerdo el lamento de algunos hermanos por el joven Daig. Y es que solo tenia diecisiete anos.

– Cerca, en el suelo, atado, tambien estaba el guerrero capturado.

El hermano Madagan parpadeo varias veces con la mirada encendida.

– Sor Scothnat me ha dicho que lo habian capturado vivo. Si entonces hubiera sabido lo que ahora se, me habria levantado y lo habria matado yo mismo -dijo sin poder ocultar la intensidad en el tono, pero luego vacilo un instante y se calmo-. ?Me censurais por pensarlo? ?Acaso un hermano de la Fe no debe expresar sentimientos naturales como el odio y la rabia? Pero es que el hermano Daig era un alma tan bondadosa; jamas habria hecho dano a nadie. Su alma no albergaba violencia ninguna, y aquel animal lo mato. Yo no rezare por su alma, sor Fidelma.

Se hizo un breve silencio.

– No os pedire que lo hagais -dijo Fidelma con gravedad-. Lo que os pido es que trateis de recordar, hermano Madagan. ?Os acordais del momento en que se os llevo a vuestra habitacion?

El hermano Madagan se froto la barbilla.

– Vagamente. El boticario vino a examinarnos a los dos, creo. Se inclino sobre mi. Yo todavia estaba recobrando la conciencia. Vio que habia recibido un golpe en la cabeza y que no era una herida abierta, y pidio a dos hermanos jovenes que me acompanaran a mi aposento y me limpiaran y vendaran la cabeza.

– ?El boticario? -pregunto Eadulf, inclinandose con interes sobre la mesa.

– El hermano Bardan. No tenemos otro boticario.

– ?Que ocurrio despues?

– Me llevaron a mi celda, como les ordeno.

– ?Examino a los demas antes que a vos? ?U os examino antes que a nadie? -pregunto Fidelma.

– Segun recuerdo… no olvideis que estaba medio inconsciente… creo que primero examino al hermano Daig. Estaba muy afectado por su muerte. Eran muy amigos. Hasta que el hermano Tomar no le dijo que debia mirar por los vivos, no me examino. Mientras lo hacia, otros dos hermanos retiraban el cuerpo de Cred, y otros dos, el del hermano Daig -dijo, haciendo una mueca-. Creo que lo ultimo que recuerdo es haber oido al mercader quejandose y discutiendo con el hermano Bardan.

– ?El mercader? ?Samradan? -pregunto Fidelma al instante-. ?Se hallaba en el patio en ese momento? Se suponia que estaba en el sotano de la capilla, escondido con las mujeres del monasterio.

– No. Recuerdo con toda claridad que estaba en el patio y que discutia con el hermano Bardan. Le estaba exigiendo algo. Creo que le exigia proteccion. Ahora me acuerdo: el hermano Bardan le gritaba que debia arreglarselas solo porque habia muertos y moribundos. Me temo que el mercader es un hombre demasiado egoista.

– ?Que se las arreglara, porque habia muertos y moribundos? ?Eso dijo Bardan?

– Si, eso dijo. Me habeis refrescado la memoria, Fidelma.

– ?Vos fuisteis el ultimo en ser retirado del patio?

– A excepcion del atacante -afirmo el hermano Madagan.

– Bueno, me alegra saber que os estais recuperando, hermano Madagan -dijo Fidelma, poniendose de pie, a lo cual el hermano Madagan siguio su ejemplo con vacilacion.

– Sor Scothnat dice que el ataque fue perpetrado por los Ui Fidgente. ?Es cierto?

– No lo sabemos todavia -puntualizo Fidelma-. Por el momento, la sospecha recae sobre ellos.

El hermano Madagan suspiro.

– Debemos sospechar de nuestros enemigos. Es nuestra unica defensa contra la traicion.

– La suspicacia engendra suspicacia, hermano Madagan -discrepo Fidelma-. Si permitis que la suspicacia se aduene de vuestro corazon, no habra cabida para la confianza.

– Quiza tengais razon -dijo el hermano Madagan-. Sin embargo, podemos confiar en Dios…, pero debemos atar bien a nuestro caballo de noche. Solo lo pregunto porque acaba de llegar un Ui Fidgente, y no me gusta nada. Dice ser un dalaigh.

– Ya lo se. Es lo que dice ser, hermano Madagan. Se llama Solam y esta de paso hacia Cashel para representar al principe ante los brehons. Yo represento a la parte contraria.

– ?Ah, si? -se sorprendio el hermano Madagan, que hizo asomo de decir algo mas, pero se limito a sonreir y a marcharse casi bruscamente.

Eadulf miro a Fidelma para comentarle:

– El hermano Bardan y Samradan estaban en el patio con el guerrero. Yo apostaria a que fue el hermano Bardan. Creo que es el principal sospechoso. Queda claro que lo movio la venganza por su amigo, el hermano Daig.

Fidelma considero la posibilidad.

– Tal vez -dijo-. Pero tengo una duda. Podria ser que mataran al guerrero para evitar que revelara quien le habia enviado a el y a sus companeros. Ademas, no olvideis que ha desaparecido el contenido de la alforja del guerrero que esta en las cuadras. ?Para que querria el hermano Bardan el contenido de la alforja si mato por venganza al guerrero?

Eadulf solto un quejido, pues se habia olvidado del motivo principal por el que habian ido en busca del hermano en cuestion.

– Mas vale que encontremos al hermano Bardan -dijo-. No le he visto ni en la misa ni en la comida.

Le sorprendio oir a Fidelma decir:

– Por el momento no hace falta interrogarle. Ya sabemos donde estaba cuando apunalaron al guerrero. Sabemos que tenia el tiempo y la ocasion. Pero no me acaba de encajar con todo lo que ha sucedido hasta ahora. ?Estais seguro de no haber visto al hermano Bardan en el refectorio?

– No, no le he visto.

– No debemos quitarle el ojo de encima, pero sin alarmarlo.

– Nadie ha dicho ni media palabra sobre el hallazgo de los restos del carrero de Samradan -anadio Eadulf con un escalofrio involuntario.

Fidelma arrugo la nariz con un gesto de repelus.

– A veces nunca se encuentra a la gente atacada por lobos. Rezare por el reposo de esa pobre alma.

Entraron en el claustro. Se disponian a cruzar el patio hacia la casa de huespedes, cuando Eadulf tiro de Fidelma para ocultarse en la penumbra.

Abrio la boca para quejarse, pero Eadulf se llevo un dedo a los labios para indicarle silencio. Este senalo con

Вы читаете El Monje Desaparecido
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату