– ?Es cierto que habia sangre en vuestra ropa?

Eadulf tendio la mano para ensenarle unas manchas oscuras en la manga.

– Me fije en la sangre del habito al poco de haber sido encerrado. Pense que era mi propia sangre por los golpes que me habian dado. De hecho, tenia un corte en la cara.

Fidelma vio una pequena marca que ya cicatrizaba.

– ?Y el trozo de habito de la novicia?

Eadulf se encogio de hombros.

– De eso no supe nada hasta que presentaron el trozo de tela en el juicio. Yo no sabia nada de su existencia.

– ?Y el testigo presencial?

– ?La nina? O mentia o se confundio.

– ?La habiais visto antes? ?Antes de que os acusara?

– Creo que no. Supuse que era la misma nina que habian llevado a la celda y me habia senalado. Debo reconocer que no estaba muy atento despues de la paliza. Comparecio en el juicio y se llama Fial.

– Habeis dicho que asististeis a las oraciones y cenasteis antes de iros a dormir. ?Visteis a esa nina, a Fial, en algun momento?

– No que yo sepa, aunque ella podria haberme visto a mi. Lo curioso es que no recuerdo la presencia de novicias en la capilla; cuando menos, tan jovenes. Fial no tiene mas que doce o trece anos.

– ?Hablasteis con alguien aparte de la administradora y la abadesa?

– Tuve una breve conversacion con un hermano joven. Se llamaba Ibar.

Fidelma levanto la cabeza con un movimiento repentino.

– ?Ibar? -repitio, dirigiendo la vista automaticamente hacia la ventana al pensar en el monje al que habian colgado.

– Dicen que mato a un marinero el dia despues de que yo, supuestamente, matara a esa nina -confirmo Eadulf-. Lo han colgado esta manana. -De pronto se estremecio-. En este lugar hay algo maligno, Fidelma. Creo que deberiais marcharos cuanto antes, no vaya a ocurriros algo… No soportaria pensar que…

Fidelma se inclino hacia delante y puso la mano sobre su brazo para tranquilizarlo.

– Por maligno que sea, Eadulf, no osaran hacerme dano por miedo al castigo que les infligirian y no serian capaces de afrontar. Quienesquiera que sean. No temais por mi seguridad. Ademas, me han acompanado dos guerreros de mi hermano.

Eadulf movio la cabeza e insistio.

– Aun asi, Fidelma, este lugar tan tenebroso ofrece poca seguridad. Algo maligno acecha esta abadia, y preferiria que me dejarais aqui y regresarais a Cashel.

Fidelma avanzo el menton con un gesto amenazador.

– No insistais, Eadulf. Estoy aqui y aqui me quedare hasta que haya resuelto este asunto. Ahora concentraos. Contadme como se desarrollo el juicio.

– Perdi la nocion del tiempo. El hermano Cett me traia comida de vez en cuando y me permitia lavarme cuando se le antojaba. A ese tipo le gusta hacerlas pasar moradas. Es perverso. Llevad cuidado con el.

– Me han dicho que es un poco simplote.

– ?Simplote? -repitio Eadulf, torciendo la boca con una sonrisa-. Desde luego que si. Solo obedece ordenes y es incapaz de entender cualquier cosa complicada. Pero cuando le piden que inflija dolor, disfruta. El ejecuto a…

Eadulf senalo la ventana para que Fidelma dedujera el resto. Esta arrugo la nariz con repugnancia.

– ?Un miembro del clero haciendo las veces de verdugo? Que Dios se apiade de su desdichada alma. En fin, ibais a relatarme el juicio.

– Me bajaron a la capilla, donde el obispo Forbassach presidia el juicio junto con la abadesa Fainder. Con ellos se hallaba sentado un hombre con el mismo semblante adusto e imperturbable que Forbassach. Era un abad.

– ?El abad Noe?

Eadulf asintio y le pregunto:

– ?Tambien lo conoceis?

– Tanto el obispo Forbassach como el abad Noe son viejos adversarios mios.

– El obispo Forbassach repitio los cargos de los que se me acusaba; yo los negue. Forbassach dijo que sufriria lo mio porque estaba haciendo perder el tiempo al tribunal. Volvi a negar la acusacion. ?Que podia hacer sino decir la verdad? -Eadulf guardo en silencio unos instantes, cavilando-. Llamaron a declarar a sor Etromma, y esta conto que me habia recibido en la abadia. Luego identifico el cuerpo de la asesinada y confirmo que era el de Gormgilla, que iba a entrar en la abadia como novicia…

Fidelma lo interrumpio de repente.

– Un momento, Eadulf. ?Que palabras dijo exactamente sobre Gormgilla?

– Dijo que Gormgilla era una monja novicia…

– Eso no es lo que habeis dicho. Habeis dicho que «iba a entrar en la abadia». ?Por que habeis empleado ese tiempo?

Eadulf se encogio de hombros con un gesto de inseguridad.

– Porque creo que es lo que dijo Etromma. ?Que importancia tiene?

– Mucha. Pero proseguid.

– Sor Etromma no dijo nada mas, aparte de senalar que Gormgilla tenia doce anos. Luego llamaron a declarar a la otra nina…

– ?La otra nina?

– Si, la que entro en mi celda y me senalo.

– Ah, claro, Fial.

– Se identifico ante el tribunal como novicia de la abadia. Dijo que era amiga de Gormgilla. Tambien dijo que habia quedado con Gormgilla en el muelle pasada la medianoche.

– ?Para que?

Eadulf miro a Fidelma sin entender a que venia la pregunta, y repitio:

– ?Para que?

– ?Le preguntaron para que quedaron en verse en el muelle despues de medianoche? Estamos hablando de ninas de doce anos, Eadulf.

– Nadie se lo pregunto. Simplemente dijo que fue al muelle y vio a su amiga forcejeando con un hombre.

– ?Como los vio?

Eadulf estaba confuso, pero Fidelma tuvo paciencia.

– Fue despues de medianoche -anadio para aclarar su pregunta-. Se supone que era noche cerrada. ?Como es posible que viera la escena?

– Me imagino que el muelle estara iluminado con antorchas.

– ?Llegaron a comprobarlo? ?Y a la luz de las antorchas puede verse con claridad la cara de un hombre? ?Le preguntaron a que distancia estaba de ellos y donde estaba la luz?

– No, no se dijo nada de esto. Lo unico que declaro al tribunal es que vio a su amiga forcejeando con un hombre.

– ?Forcejeando?

– Afirmo que el hombre estaba estrangulando a su amiga -prosiguio Eadulf-. Que lo vio levantarse de encima del cuerpo de Gormgilla y que luego echo a correr hacia la abadia. Despues aseguro que habia reconocido al forastero sajon que se alojaba en la abadia.

Fidelma volvio a fruncir el ceno.

– ?Y dijo «forastero sajon»?

– Si.

– ?Y asegurais que no la habiais visto antes? ?Que no habiais hablado antes con ella?

– Asi es.

– Entonces, ?como sabia que erais sajon?

– Imagino que alguien se lo diria.

– Exactamente. ?Y que mas declaro?

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