– Ah, pero los cien fueron por los dos. -Eco me engancho con el pulgar.

El hombre se mostro conforme, apaciguado por la explicacion de Eco. Despues fruncio el ceno:

– Pero si tu amigo es mudo y ni siquiera puede apoyarle a gritos, no parece justo que le pague igual que…

– Ah, pero como puedes ver, cada uno de nosotros tenemos dos esclavos, hombres con potentes pulmones, y tu pareces tener solo uno.

Aunque mi amigo sea mudo, hacemos cinco voces contra las dos tuyas.

– Bueno, supongo que si.

– ?Y que, ciudadano? ?Que opinas de todo esto? -Con un gesto amplio, Eco senalo el Foro y por extension la crisis que sacudia a Roma.

El abatanador se encogio de hombros.

– Como siempre, solo que peor. Salvo que ahora han pasado del asesinato moral al asesinato directo. Tendriamos suerte si se mataran todos de una vez, de arriba abajo. ?Que se eliminen entre ellos! Pero ya sabes lo que pasa cuando los grandes personajes empiezan a caer: caen encima de nosotros los sencillos y nos aplastan.

Eco asintio con expresion circunspecta:

– Entonces, no eres ningun seguidor particularmente entusiasta de Milon.

– ?Bah! -El hombre curvo el labio con desden-. Oh, seguramente es mejor que algunos otros, si no, yo no estaria aqui. No podrian pagarme lo bastante para que acudiera a una asamblea convocada por los clodianos. El tal Clodio era peor que una bestia en celo. Jodiendo a su propia hermana! Y dicen que cuando era un chaval se vendia a los ricos vejestorios. Ya conoces la cantinela… «Para llegar alto, les dejo hacer, para luego hacerselo el con su hermana.» Y…

– Pero ?que hay del reparto de grano?

De repente, el hombre se sulfuro:

– ?Simplemente otro plan para hacerse mas poderoso! Si, Clodio comenzo a repartir grano… y ?a quien encargaron de guardar las listas de los ciudadanos que podian ser elegidos? ?A Sexto Cloelio! Exacto, el maton numero uno de Clodio, el que incendio con una antorcha el Se-, nado. ?Todos llegan a ser igual de corruptos! No me hables de repartos de grano. ?Es todo un timo!

– ?Un timo? -dijo Eco.

– Pues claro. Debes de saber como funciona. Aclaramelo.

– De acuerdo: Sexto Cloelio propone a un hombre que liberte a la mitad de los esclavos a su servicio. Los esclavos se convierten en libertos, pero ?adonde van a ir? Continuan trabajando para su antiguo amo, siguen viviendo en su casa. Pero como libertos pueden entrar en el reparto de grano, de manera que su amo ya no gene que alimentarlos (ya lo hace el Estado). A fin de no perder tajada, Sexto Cloelio alista a sus nuevos libertos en la banda clodiana para haces cundir el panico de noche por las calles y exhibirse en las asambleas con objeto de aterrorizar a la oposicion. Y llegan a votar, tambien. ?El reparto de grano! Clodio nos hizo pasar todo el sucio asunto como un gran favor que habia hecho a los romanos de a pie, personas como yo, proporcionandonos un-: manera de alimentarnos en tiempos dificiles. Pero fue tan solo una manera de conseguirse votantes y matones (y alimentarlos a expensas del gobierno). Mira, naci ciudadano y me da rabia ver que la cuadrilla de ex esclavos de Clodio tiene los mismos privilegios que yo. ?Menudo conspirador estaba hecho el tal Clodio, hasta el ultimo momento! Dicen que estaba maquinando nuevos planes para dar aun mas poder a los libertos. Si se hubiera salido con la suya, habria derrocado al gobierno y colocado a sus cuadrillas al frente de todo. En seguida habriamos tenido al rey Clodio cortando cabezas a diestro y siniestro y a un punado de ex esclavos intimidando a los demas. Estamos mucho mejor con el muerto, no cabe duda. Milon hizo algo bueno. No me importa venir a gritar algunas palabras de aliento para el.

– Y si ademas pone un poco de alegria en tu bolsa… -anadio Eco.

– ?Por que no?

– Si, ?por que no? Bien, ya hablare contigo mas tarde, ciudadano. Quizas nos volvamos a ver en Los Tres Patos.

– Los Tres Delfines? -pregunto el abatanador.

?Eso! -Eco sonrio y se retiro cogiendome del brazo-. Y bien, papa, ?tenia razon acerca del tipo ese?

– Al contrario, Eco, yo tenia razon. Precisamente como yo especulaba, nuestro amigo el abatanador ha venido hoy para apoyar la ley y el orden.

?Eso si que no! Papa, al hombre lo sobornaron para que viniera, probablemente como a las tres cuartas partes o mas del resto de la multitud. Sabia que habia visto a algunos de los lugartenientes de Milon repartiendo dinero cuando pasaba esta manana temprano por el Foro, camino de tu casa. Supongo que deberiamos sentirnos ofendidos porque no nos han ofrecido nada.

– Los distribuidores de sobornos ya deben de conocernos, Eco.

– Supongo que es eso. Esta pequena reunion le esta costando a Milon una buena cantidad.

– Si, pero sigo teniendo razon.

– ?Sobre que?

– Sobre el motivo de que nuestro amigo el abatanador este aqui. Busca el imperio de la ley y el orden.

– Ademas de un soborno -anadio Eco.

– Ademas de un soborno -admiti.

Celio y Milon no tardaron en llegar rodeados por una numerosa comitiva. Mientras trataban de abrirse paso entre la multitud, la gente estiraba el cuello para poder ver de cerca a Milon y, cuando lo vieron, muchos comenzaron a vitorearle. Su excitacion parecia autentica, y ?por que no? Para bien o para mal, Milon era el hombre del momento y aquella era su primera aparicion en publico desde el incidente de la Via Apia. Todas las miradas estaban puestas en el. Todos los oidos anhelaban oirle hablar.

Con o sin soborno, Milon tenia muchos seguidores. Habia estado haciendo campana para alcanzar el consulado durante mucho tiempo y, en un esfuerzo por obtener otro apoyo que el de los Optimates, se habia gastado una fortuna en juegos extravagantes y espectaculos. Roma adora a los politicos que saben organizar representaciones. A algunos magistrados se les exige que programen funciones para diversas fiestas anuales, cuyos gastos corran de su cuenta, como parte de sus deberes oficiales durante el ano. Otros preparan funciones como ciudadanos, con caracter privado, a manera de juegos funerales. Sea cual fuere el pretexto, todo politico que ascienda al rango de la magistratura esta obligado a superar a sus rivales en proporcionar las carreras, las comedias y los combates entre los gladiadores mas memorables. La practica tiene tan buena acogida que nadie parece advertir que proporcionar diversiones publicas de alto presupuesto es exactamente igual a una especie de soborno electoral, como poner monedas directamente en las bolsas de los votantes. Hoy en dia, la gente parece haber perdido la voluntad para poner objeciones incluso a eso.

Marco Celio subio al estrado y llamo al orden a la asamblea.

Celio habia sido instruido para la oratoria desde nino por Ciceron y por el difunto Marco Craso. Fue el discipulo mas destacado. Habia llegado a dominar los desafios formales de construir un discurso, del mismo modo que las habilidades tecnicas de modular la voz y proyectarla a grandes distancias, pero mas notablemente, durante anos habia desarrollado un estilo maliciosamente sarcastico que establecio el tono para toda su generacion. Cuando oradores mas veteranos que se esfuerzan por conseguir nuevos efectos intentaban emular ese estilo, el resultado era a menudo vocinglero y chillon, pero nunca era asi cuando el propio Celio lo practicaba. Ahi radicaba su genialidad, en que era capaz de irradiar el mismo encanto en espacios multitudinarios que en recintos mas reducidos, pero sin el ironico menosprecio que se sentia en su inmediata presencia. Era capaz de pronunciar las mas perversas insinuaciones y los ditirambos mas obscenos ante el publico sin que pareciera vengativo o vulgar. Por el contrario, parecia simplemente listo e ingenioso, y muy sincero, lo que le daba un extraordinario poder como orador.

Celio no estaba realmente en su elemento representando el papel de tribuno agitador de masas en un contio. Le iban mas los tribunales, especialmente cuando el era el acusador, pues entonces podia verter su acido sobre una victima propiciatoria ante un auditorio de jurados cultos, hombres instruidos como el mismo, que apreciaban el juego de palabras rapido y retorcido. Con todo, Celio inicio el contio exhibiendo el aplomo por el que era tan conocido, la clase de aplomo que no

Вы читаете Asesinato en la Via Apia
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату