favor.

– Bueno, tal vez pueda arreglarlo. ?Que hacemos?

– Nos reunimos el jueves al mediodia en Sacramento.

– ?Sacramento?

– Desde alli iremos en coche hasta un lugar llamado Newell…

Y asi fue como, porque ademas de secretario de Justicia era padre, y padre que amaba a su hijo, Collins se habia trasladado a Sacramento en lugar de a San Francisco, tras haber acordado reunirse con los fiscales en Los Angeles y no en aquella ciudad.

Habia llegado a Sacramento poco antes del mediodia. Josh, aseado, muy moreno y con la barba pulcramente recortada; le estaba esperando lleno de emocion contenida. Tras fundirse en un abrazo, ambos se habian dirigido inmediatamente al Mercury alquilado. Con ellos habia ido el agente especial Hogan. El agente Oakes habia quedado aguardando su regreso por la tarde, pues Collins tenia previsto volar directamente a Los Angeles.

Ahora, tras llevar por la carretera lo que habia parecido una eternidad, Josh le aseguraba que ya se estaban acercando a su lugar de destino. No habia querido decirle cual era este.

– Tienes que verlo con tus propios ojos -le habia repetido varias veces.

Puesto que el conductor habia tomado la autopista 5 en direccion norte hasta Weed y despues se habia desviado hacia el noroeste por la carretera 97 hasta Klamath Falls, Oregon, para luego volver a penetrar de nuevo en California, Collins experimentaba la creciente sensacion de haber sucumbido con demasiada facilidad a lo que posiblemente fuera una empresa quimerica, la paranoica mania de un adolescente. A pesar de lo cual, procuraba no perder el buen humor, dedicandose a fumar y a charlar tranquilamente gozando de la compania de su espigado hijo.

Josh, por su parte, seguia mostrandose totalmente hermetico en relacion con lo que deseaba mostrarle a su padre, aunque en modo alguno guardo silencio acerca de lo que el y los componentes de su grupo opinaban a proposito de la Enmienda XXXV.

Ahora estaba atacandola de nuevo.

– Una de las pocas cosas grandes que posee este pais es la Ley de Derechos -estaba diciendo-. Las diez primeras enmiendas nos garantizan libertad de religion, de prensa, de expresion, de reunion y de recurso y nos protegen de los registros, protegen a los que estan acusados de delitos, prometen juicio por el sistema de jurados, no permiten multas excesivas ni castigos crueles… -Collins se removio inquieto en su asiento. ?Por que dan por sentado los hijos que sus padres no saben nada o que lo han olvidado todo?- Y ahora viene esta Enmienda XXXV y suspende todas esas libertades y todos esos derechos. Te aseguro que nos opondremos a ella con todas nuestras fuerzas.

– Todas las leyes de derechos contemplan las libertades como algo relativo, no absoluto -se apresuro Collins a puntualizar-. Como dijo Emerson, las constituciones no son mas que las sombras alargadas de los hombres. Las inventan los hombres para protegerse a si mismos unos de otros. Cuando no logran alcanzar este objetivo, cuando la suerte de la sociedad humana esta en juego, los hombres deben adoptar medidas mas drasticas en bien de la propia sociedad.

Josh se negaba a aceptar semejante razonamiento.

– Ni hablar -dijo. No hay mas que una prueba. Mira a tu alrededor. Todos los gobiernos autenticamente libres poseen una ley de derechos que no puede ser alterada por el gobierno. Solo las dictaduras, las tiranias, en una palabra, los gobiernos que no son libres, carecen de leyes de derechos o bien poseen unas leyes de derechos que los partidos en el poder pueden restringir o suspender en tiempo de paz. Inglaterra obtuvo la Carta Magna en 1215 y la Ley de Derechos en 1689, y estas y otras leyes protegieron a los ingleses de las detenciones arbitrarias, les garantizaron juicio por el sistema de jurados, libertad de expresion y recurso, habeas corpus y proteccion de la vida, la libertad y la propiedad. Francia posee una Ley de Derechos basada en los Derechos del Hombre y del Ciudadano, aprobada en 1789, seis semanas despues de la caida de la Bastilla. Y alli estos derechos, de igualdad para todos los ciudadanos, de proteccion a las mujeres y los ninos, a los enfermos y ancianos, de trabajo sin discriminacion alguna, de seguridad social y educacion, etcetera, tampoco pueden ser restringidos mediante la trampa de una Enmienda XXXV. Lo mismo puede decirse de la Alemania Federal y de Italia. En efecto, en la Alemania Federal su Ley de Derechos no puede ser alterada en la forma en que nosotros pretendemos alterar la nuestra. Si examinas, en cambio, otros paises que poseen leyes de derechos, especialmente paises comunistas o bien regidos por gobiernos dictatoriales, siempre encontraras alguna trampa. Fijate en Cuba. Se garantiza la libertad de expresion, desde luego, solo que «el gobierno puede confiscar las propiedades caso de que lo estime necesario para contrarrestar actos de terrorismo, sabotaje o bien cualquier otro tipo de actividades contrarrevolucionarias». Fijate en Rusia. Igualdad de derechos para todos, independientemente de la nacionalidad o el sexo, a excepcion de los «enemigos del socialismo». O fijate en Yugoslavia. Su constitucion garantiza la libertad de expresion, prensa y demas, pero despues viene el truco: «Estas libertades y derechos no podran ser utilizados por nadie con el fin de destruir los fundamentos del orden democratico socialista… poner en peligro la paz… difundir el odio o la intolerancia nacional, racial o religiosa, incitar al crimen u ofender de alguna forma la decencia publica». ?Quien lo establece? Ahora tu presidente y tu director del FBI estan intentando introducir una carta falsa en nuestra baraja de libertades. Puedes creerme, si California ratifica la Enmienda XXXV, ello significara el final de la libertad y la justicia para todos nosotros. Diablos, hasta yo podria acabar con mis huesos en la carcel por hablarte tal como lo estoy haciendo.

Cansado de escuchar a su hijo, Collins dijo en tono hastiado:

– Josh, los horrores que estas prediciendo jamas ocurriran. La Enmienda XXXV se utilizara para protegerte… y hasta incluso es muy posible que jamas tenga que ser invocada.

– ?Que jamas tenga que ser invocada? Espera a ver lo que voy a mostrarte dentro de unos minutos.

– ?Estamos llegando?

Josh miro a traves del parabrisas por encima de los hombros del conductor y de Hogan, que ocupaba el asiento frontal.

– Si -repuso.

Collins contemplo la cegadora luz del sol a traves de la ventanilla. Norteamerica constituia una mezcla de muchos paises con paisajes dramaticamente distintos, y aquel era uno de los paisajes mas desolados de Norteamerica. En el transcurso de la ultima hora no habia podido ver mas que lagos secos, lechos alcalinos, granjas abandonadas y medio cubiertas por la maleza y alguna que otra estacion de servicio con apariencia de ciudad. Ahora estaban atravesando un terreno duro y de desagradable aspecto, integrado en buena parte por viejos rios de lava y pumita volcanica y sin el menor rastro de vida.

Subitamente, surgio la vida: algunas personas conversando junto a la entrada de una tienda, otras congregadas alrededor de un poste de gasolina, algunas casuchas y un letrero descolorido por el tiempo en el que podia leerse NEWELL.

Josh dio instrucciones al chofer y, al poco rato, le pidio que se detuviera.

– ?Donde estamos? -pregunto Collins sorprendido.

– En el lago Tule -anuncio Josh con aire triunfal.

Collins fruncio el ceno. El lago Tule. Le sonaba a un antiguo y conocido lugar.

– Creado en 1942, ocho semanas despues de lo de Pearl Harbor, segun el decreto 9066 del presidente Roosevelt -dijo Josh-. Los norteamericanos de origen japones fueron considerados un riesgo para la seguridad. Se detuvo a unos ciento diez mil, a pesar de que dos tercios de ellos eran ciudadanos norteamericanos, y fueron confinados en diez campos o centros de reemplazamiento. El lago Tule era uno de ellos, uno de los peores campos de concentracion norteamericanos, en el que fueron internados unos dieciocho mil de los detenidos.

– Ese capitulo de nuestra historia me desagrada tanto como a ti -dijo Collins-. Pero ?que tiene que ver con el presente, con la Enmienda XXXV?

– Tu mismo puedes verlo -repuso Josh abriendo la portezuela de atras del Mercury y descendiendo del automovil.

Collins siguio a su hijo y permanecio de pie azotado por el seco y calido viento, tratando de orientarse. Se dio cuenta entonces de que se encontraban junto a lo que parecia ser una especie de enorme granja moderna o una fabrica, una serie de edificios de ladrillo y de barracones construidos en hierro ondulado, situados al otro lado de una alambrada.

– ?Es eso el lago Tule? -pregunto Collins senalando en aquella direccion.

– Lo era -repuso Josh con aire de suficiencia-, pero ya no lo es. Era nuestro mas

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