angustia empezo a leer:

Carino:

Espero que no te enojes. Lo hago por nosotros. Me marcho hacia Texas en el ultimo avion.

Estoy apenada por el dano que te he causado. Jamas hubiera debido ocultarte nada acerca de mi. Hubiera debido comprender que, en tu calidad de figura publica, eras vulnerable, y hubiera debido comprender que alguien como Tynan podria obtener esa informacion y utilizarla contra ti. Te juro que soy inocente.

Me temo, sin embargo, que no he logrado convencerte por completo. El hecho de que no permitieras que se aclarara el asunto y de que te preocupara la posibilidad de un segundo juicio (por mi bien, lo se) me demuestra que no estas seguro de cual iba a ser el resultado. Yo no siento temor, pero se que tu si lo sientes.

En cualquier caso, dado que no te has atrevido a desafiar a Tynan (por mi), he decidido desafiarle yo por mi cuenta. He decidido trasladarme a Texas, buscar a ese supuesto nuevo testigo y arrancarle la verdad. No he querido esperar a que regresaras a casa. No queria que me obligaras a desistir de mi intento. Quiero demostrar mi absoluta inocencia -a ti, a Tynan y a todo el mundo- independientemente del tiempo que ello me exija, y he pensado que solo yo podria hacerlo.

No intentes localizarme. Me alojare en Fort Worth en casa de unos amigos. No me pondre en contacto contigo hasta que haya resuelto nuestro problema. No te preocupes. Dejame hacer las cosas a mi modo. Lo importante es que te quiero. Deseo que tu me quieras y confies en mi.

Karen

Collins arrojo la nota al lavabo y se tambaleo aturdido. Aquel acto por parte de Karen habia sido totalmente inesperado. Le habia escrito que esperaba que no se enojara. Habia acertado. No estaba enojado. Estaba aterrado. La idea de su esposa encinta, sola en algun lugar de Texas, en algun lugar de Fort Worth, profundamente angustiada y sin que el pudiera establecer contacto con ella, le resultaba casi insoportable. Estuvo tentado de tomar el primer avion con destino a Fort Worth e intentar localizarla. Pero hubiera sido una empresa imposible. Y, sin embargo, algo tenia que hacer.

Antes de que pudiera empezar a pensar en algo, escucho sonar el telefono en el dormitorio.

Rezando en silencio para que fuera Karen, corrio hacia el telefono y descolgo.

No era Karen. Reconocio la voz masculina. Era Tony Pierce. -Buenos dias, Chris. He llegado en el vuelo de la American inmediatamente posterior al suyo. Estoy en Washington.

– Ah, hola…

Estuvo a punto de dirigirse a Pierce llamandole por su nombre propio, pero se contuvo a tiempo recordando las reglas basicas que habian elaborado la noche anterior en Chicago. No nombrar a Pierce ni a sus amigos por telefono.

– Tengo que informarle de una cosa -dijo Pierce-. Se nos acaba de comunicar que Vernon Tynan se trasladara a Nueva York manana por la noche por un asunto de trabajo y que despues se dirigira a Sacramento. Tiene previsto comparecer personalmente el viernes ante el Comite Judicial del Senado del estado. Se propone darle un buen empujon a la enmienda. Sera el ultimo testigo que declare antes de que el proyecto se pase a votacion.

Collins se hallaba todavia demasiado trastornado a causa de lo de su esposa y no pudo reaccionar ante aquella noticia ni considerar sus derivaciones.

– Lo siento -dijo-, pero me parece que en estos momentos no se lo que hago. Acabo de regresar a casa y he encontrado una nota de mi mujer. Va…

– Espere -le interrumpio Pierce-, ya lo adivino pero no lo comente por telefono. ?Hay alguna cabina telefonica por su barrio?

– Varias. La mas proxima…

– No me lo diga. Dirijase a ella y llameme. Le estare esperando. Anoche le facilite mi numero. ?Lo tiene usted?

– Si. De acuerdo, ahora mismo le llamo.

Collins recogio la nota de Karen y abandono a toda prisa la casa. El automovil oficial le estaba aguardando y Collins le indico al chofer por senas que se quedara donde estaba y despues le grito que volvia en seguida.

Unos instantes despues ya habia recorrido dos pequenas manzanas y habia dado la vuelta a la esquina para dirigirse a la estacion de servicio. Se encamino hacia la cabina telefonica, cerro la puerta, deposito las monedas y marco el numero de Tony Pierce.

Pierce se puso al aparato inmediatamente.

– Ahora puede hablar -le dijo-. Este sistema es seguro. ?Ha huido su esposa?

– A Texas. Quiere recuperar su buen nombre.

– No me sorprende.

– Pues a mi si. No puedo comprender que lo haya hecho. Se que desea demostrarme su inocencia, pero eso significa desafiar a Tynan. Es una locura. Hubiese debido ser mas prudente. Hubiera debido saber que nadie puede vencer a Tynan en su propio juego. Quiere descubrir a la testigo de Tynan para arrancarle la verdad. Karen no se da cuenta de lo arriesgado que eso puede ser.

– Dice usted que le ha dejado una nota -dijo Pierce muy tranquilo-. ?Le importa leermela?

Collins se saco la nota de Karen del bolsillo y se la leyo a Pierce.

Al terminar, dijo:

– Tengo intencion de trasladarme hoy mismo a Fort Worth para intentar encontrarla.

– No -dijo Pierce energicamente-. Quedese aqui. Nosotros se la encontraremos. Se lo notificare a nuestro hombre de alli, ya sabe, Jim Shack; le dire que la localice. Ahorrariamos tiempo si dispusieramos de alguna pista. En su nota dice que se alojara en casa de unos amigos suyos de Fort Worth. ?Tiene usted alguna agenda suya en casa?

– Tenemos una libreta de direcciones para los dos, pero creo que hay una vieja agenda suya por algun lado.

– Muy bien. En cuanto regrese a casa, busque esa vieja agenda, si es que se la ha dejado. Despues… No, sera mejor que no me diga las direcciones desde su telefono. Utilice otra cabina cuando salga hacia el trabajo y leame todos los nombres y direcciones de los amigos de Karen de la zona Fort Worth-Dallas. Yo se las transmitire a Jim Shack.

– Muy bien.

– Me encargare tambien de que Jim Shack localice a la misteriosa testigo de Tynan. Su mujer se pondria demasiado nerviosa y no sabria manejarla. Shack se encargara de la tarea.

– Gracias, Tony. Pero, ?como van a encontrar a la testigo? Tynan no quiso dejarme ver sus fichas.

– No tendremos dificultad. Ya le he dicho que disponemos de dos informadores en el mismo edificio del FBI. Uno de ellos trabaja de noche. Podra echar un vistazo al expediente de Karen una vez Tynan y Adcock se hayan ido a casa. Me comunicara el nombre de la testigo y yo se lo transmitire a Shack. Confie en nosotros. El asunto de su mujer se encuentra en buenas manos.

– No se como agradecerselo, Tony.

– No se preocupe -dijo Pierce-, todos trabajamos con vistas a un mismo objetivo. Me gustaria resolver sus problemas a tiempo para que pudiera usted trasladarse a California y rebatir la declaracion de Tynan. Si Tynan es el unico testigo del gobierno, conseguira que los senadores aprueben la enmienda. Abrigo la esperanza de que para manana podamos descubrir el Documento R. Dentro de las proximas horas vamos a entrevistar al padre Dubinski y a Donald Radenbaugh. ?Que va a hacer usted? ?Piensa acudir hoy a visitar a Hannah Baxter?

– Hoy no le es posible. La he telefoneado esta manana desde el aeropuerto de Chicago. La he despertado pero no se ha enojado. Ha accedido a recibirme manana por la manana. Estoy citado con ella a las diez en su casa.

– De acuerdo. Si hubiera alguna novedad, le llamaria a su despacho. ?Es seguro su telefono en relacion con las llamadas exteriores?

– Lo sera para cuando usted llame. Todas las mananas hago que lo revisen.

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