– ?Por telefono? Yo no te he dicho que hubiera hablado con Hannah por telefono. He hablado con ella personalmente. Esta manana se ha dejado caer por aqui para tomar cafe conmigo.

– Personalmente -repitio Tynan aliviado-. Muy bien. Bueno, ahora tengo que irme corriendo, mama. Tengo muchas cosas que hacer antes de irme a California. Y una cosa. No le permitas el paso a ningun otro tecnico sin antes hablar conmigo. Primero llamame.

– Si eso quiere el director…

– Eso quiero -dijo Tynan besando a su madre en la frente-. Y gracias por la noticia.

– ?Que noticia? -pregunto ella.

– Algun dia te lo dire -repuso el marchandose a toda prisa.

A la manana siguiente estaba lloviendo y el cielo de Washington aparecia oscuro y encapotado mientras Chris Collins se dirigia desde el Departamento de Justicia a la residencia de los Baxter en Georgetown.

En el transcurso del viaje, el estado de animo de Collins habia sido tan sombrio como el tiempo. Raras veces se habia sentido Collins mas triste. Desde el dia de ayer no habia recibido ninguna llamada de Tony Pierce, Van Allen o Ingstrup. Al parecer, los interrogatorios e investigaciones que estos habian llevado a cabo en la capital y las pesquisas realizadas por sus colegas en todo el pais no habian permitido dar con ninguna pista que pudiera conducir al descubrimiento del Documento R. Y lo peor era que no se habia recibido ninguna noticia de Jim Shack desde Fort Worth en relacion con Karen. Al dia siguiente por la tarde, en el otro extremo del pais, en el Capitolio del estado de California, la Enmienda XXXV seria sometida a la votacion definitiva de los cuarenta miembros del Senado. Para su ratificacion era precisa una votacion por mayoria. Es decir, veintiun miembros. Segun el reportaje exclusivo que publicaba el Washington Post de aquella manana, una fuente cercana al presidente Wadsworth habia revelado que el encuestador presidencial Ronald Steedman habia informado al presidente de que los mas recientes calculos confidenciales acerca de los senadores californianos habian permitido averiguar que treinta de ellos iban a votar en favor de la ratificacion de la nueva enmienda. Manana por la noche la Enmienda XXXV entraria a formar parte de la Constitucion de los Estados Unidos. El futuro nunca se le habia antojado a Collins mas siniestro.

Se percato de que su automovil oficial se habia detenido frente a la vieja casa de tres plantas de Georgetown. Eran exactamente las diez de la manana. Llegaba puntual a su cita con Hannah Baxter.

Mientras el agente especial Hogan le abria la portezuela trasera, Collins le dijo a Pagano:

– Puede esperar aqui mismo. -Despues anadio dirigiendose a Hogan:- No creo que tarde. Quedese aqui.

Mientras ascendia la escalinata de barandilla de hierro, Collins se sintio invadido por el desaliento, sin abrigar la menor esperanza en relacion con aquella visita. Ya habia hablado con Hannah Baxter al principio de su busqueda del Documento R y esta no habia podido ofrecerle demasiada ayuda. Cierto que le habia conducido hasta Donald Radenbaugh, el cual le habia sido bastante util si bien no lo suficiente. Dudaba que esta vez pudiera ofrecerle algo mas. Estaba seguro de que constituiria una molestia innecesaria, pero le habia prometido a Tony Pierce que lo intentaria de nuevo e iba a intentarlo.

Llamo al timbre. En lugar de la sirvienta, fue la propia Hannah Baxter quien le abrio la puerta.

Su regordeta figura se mostraba tan hospitalaria como siempre.

– Christopher, cuanto me alegro de verte otra vez -dijo. Una vez dentro, acepto su beso y despues retrocedio unos pasos-. Deja que te vea. Estas esplendido… aunque tal vez un poco cansado. No debes trabajar en exceso. Es lo que siempre le decia a Noah. Y tenia razon, ?sabes?

– La veo mejor que la ultima vez, Hannah. ?Que es de su vida?

– Me las apano, Christopher, me las apano como puedo. Gracias a Dios, tengo al pequeno Rick en casa. Cuando por la tarde se va a la escuela, me encuentro completamente perdida. Sus padres regresaran de Africa la semana que viene. Creo que dejaran que se quede conmigo hasta que finalice el semestre. Y tal vez me lo dejen tambien durante el verano. ?Como esta Karen?

Collins hubiera deseado decirselo, pero lo penso mejor considerando que complicaria demasiado las cosas y tendria que mencionar a Tynan.

– Pues muy bien -contesto-. Mejor que nunca. Le envia recuerdos.

Habian pasado al salon. Hannah senalo hacia la puerta vidriera, parcialmente oculta por pesados cortinajes marrones a medio correr.

– Fijate como llueve. Lastima que no nos haya salido un dia soleado. Hubieramos podido sentarnos en el patio. Bueno, da lo mismo, nos pondremos comodos aqui.

Collins espero a que Hannah se acomodara en el sofa y despues tomo asiento en un sillon que habia frente a la puerta vidriera.

?Puedo ofrecerte algo, Christopher? -le pregunto ella-. ?Cafe o te?

– Nada, Hannah. Muchas gracias. Queria hablarle de un pequeno asunto. No la entretendre demasiado.

– Pues adelante.

– En realidad, se trata del mismo asunto por el que acudi a visitarla la ultima vez, poco despues de la muerte de Noah. ?Lo recuerda?

– No demasiado -repuso ella frunciendo el ceno-. Han ocurrido tantas cosas… Creo que se trataba de algo relacionado con unos papeles de Noah que tu tratabas de encontrar, ?no es cierto?

– Si. Permitame que se lo recuerde. Estaba buscando un documento que no encontraba, un documento complementario relacionado con la Enmienda XXXV. Noah deseaba que yo lo buscara y revisara. Dijo que se llamaba Documento R. Pero no he conseguido dar con el. Y, sin embargo, es necesario que lo encuentre. La otra vez le pregunte si se lo habia oido mencionar a Noah alguna vez. Me dijo usted que no. Esperaba que tal vez pudiera usted recordar alguna otra ocasion en la que…

– No, Christopher, si se lo hubiera oido mencionar, lo recordaria. Jamas le oi hablar de nada llamado Documento R. Noah raras veces comentaba conmigo los asuntos de su trabajo.

Collins decidio utilizar otra tactica.

– ?Le oyo usted mencionar alguna vez a Noah un lugar llamado Argo City? Es una ciudad de Arizona que ha sido objeto de estudio por parte del Departamento de Justicia. -Repitio lentamente el nombre:- Argo City.

– No, jamas.

Decepcionado, Collins decidio pasar de nuevo revista al viejo terreno ya recorrido.

– La ultima vez que estuve aqui le pregunte si Noah tenia algun amigo o colega en quien pudiera tener depositada su confianza, alguien que pudiera ayudarme a encontrar el Documento R. Me aconsejo usted que acudiera a ver a Donald Radenbaugh a la penitenciaria de Lewisburg, cosa que yo le agradeci muchisimo.

– ?Viste a Donald Radenbaugh? -le pregunto Hannah.

– No, murio antes de que pudiera reunirme con el.

– Pobre hombre. Fue una tragedia. ?Y que me dices de Vernon Tynan? ?Le has preguntado acerca del Documento R?

– Lo hice inmediatamente despues de haberla visitado a usted, pero no pudo ayudarme.

– En tal caso, me temo que no has tenido suerte con el Documento R, Christopher -dijo Hannah encogiendose de hombros-. Si Vernon Tynan no ha podido ayudarte, estoy segura de que no habra nadie mas que pueda hacerlo. Tal como tu sabes, Vernon y Noah eran muy amigos… quiero decir que trabajaron en estrecha colaboracion en la elaboracion de la Enmienda XXXV. En realidad, la ultima noche de Noah… la noche en que sufrio el ataque, Vernon y Harry Adcock se encontraban en esta misma habitacion trabajando con Noah. Ocurrio precisamente mientras estaban hablando. Noah sufrio un repentino ataque, se inclino hacia adelante y cayo al suelo. Fue terrible.

Collins no tenia conocimiento de aquello.

– ?Quiere usted decir que Noah se encontraba en compania de Tynan y de Adcock la noche en que sufrio el ataque? No lo sabia. ?Esta usted segura?

– No es cosa que pueda olvidarse facilmente -repuso Hannah con tristeza-. Fue una reunion insolita. Noah no tenia por costumbre trabajar de noche. Supongo que lo hacia por mi. Bueno, por su cuenta trabajaba muy a menudo. Pero me refiero a trabajar en compania de otras personas. Recuerdo que Vernon insistio en verle aquella noche y vino aqui despues de cenar.

– ?Acompanado de Harry Adcock?

– Estoy casi segura -repuso ella vacilando un poco-. De la presencia de Vernon si estoy segura, claro. Pero… fue una noche muy ajetreada… tal vez este confundida. ?Quieres saber si Harry estaba aqui tambien?

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